Un coach es, básicamente, un entrenador en determinada área de su vida. Alguien que lo podrá orientar para lograr el proceso de salir adelante en un momento difícil de su vida y en quien usted debe estar seguro de poder depositar toda su confianza. Es por esto que no debe tomarse a la ligera el primer paso: escogerlo bien.
Carlos Pardo, presidente del Instituto Nacional de Liderazgo, explica que “la efectividad del coaching oscila entre el 70% y 88%, esto es más que el doble de lo generado con la capacitación tradicional, cuyo porcentaje de efectividad está entre el 20% y 30%, pero es importante ser muy cuidadoso al seleccionar un coach para no tomar la decisión equivocada”.
Lo primero que debe saber es cuál es la diferencia entre una terapia de coaching y una con el psicoterapeuta. “La psicoterapia busca tratar trastornos emocionales para mejorar la vida, mientras que el coaching es como una guía para ayudar a una persona a avanzar en un proceso que no tendría por qué ser tan complejo, pero que vale la pena realizar con apoyo”, explica a psicóloga Carolina Dulce.
La coach Camila Díaz explica que “el coaching es una herramienta y puede tomarse con una psicoterapia. La idea ser una guía en un momento difícil o durante un emprendimiento para corregir los patrones que le impiden avanzar en su proceso”.
Las claves para reconocerlo
Carlos Pardo, Presidente del Instituto Internacional de Liderazgo explica cuáles son las claves para reconocer a un falso coach:
1 Mala preparación: Existen muchos oportunistas que sin estar formados y debidamente Certificados Profesionalmente se denominan Coach, por eso es importante validar que la escuela en la que se ha Certificado sea reconocida, que su tiempo de formación sea superior a 200 horas, que cuente con una buena experiencia de trabajo y referencias que acrediten su idoneidad.
2 Falta de ética profesional: Hay quienes se salen de los lineamientos del coaching y terminan en otro tipo de actividad profesional, llámese capacitación, consultoría, terapia u otras, por eso es necesario establecer acuerdos éticos bajo estándares internacionales.
3 Desenfoque en cuanto los objetivos del proceso: En coaching se habla de conversaciones de valor, pero lo más importante es el cumplimiento de los objetivos propuestos. No permita que su proceso o el de sus equipos de trabajo terminen en otras áreas. Hay que guiarse siempre por los acuerdos y metas establecidas, esto le garantizará resultados específicos y muy concretos.
4 No conexión: Poder conectar con el cliente es fundamental para un buen resultado. Puede hacerse desde la mente o desde el corazón. Hay quienes su altivez, su ego y prepotencia no se los permite. Ser coach es ser un servidor de la humanidad, un canal para que personas y equipos encuentren la respuesta que les hace falta y están buscando afanadamente. Un mal coach se conecta desde su ego, su conocimiento o estatus de su formación, mas no desde la humildad y el amor para poder servir y acompañar hacia los mejores resultados, creando ambientes seguros, de respeto, de seguridad, de confianza y transparencia.
5 Ausencia Emocional: Aunque esta físicamente presente está ausente, esa falta de presencia emocional, puede causar que el cliente o coachee (nombre que recibe quien recibe el proceso) se cierre a la comunicación, que no se sienta cómodo y por consecuencia se dificulten los resultados.
6 Tener empatía: Es la habilidad de sentir lo que siente el cliente. Tampoco se trata de quedar atrapado y engancharse con las emociones del cliente, ya que por lo general son demasiado fuertes y pueden sacar al coach de contexto y alejarlo del objetivo acordado. Es necesario un equilibrio y ante todo la responsabilidad de dejar al cliente en una emoción superior a la que llega en cada sesión.
7 No escuchar activamente: Hay quienes oyen, pero no escuchan. Escuchar es entender, validar y comprender todo el contexto. En coaching es necesario incluso aprender a escuchar lo inaudible, escuchar el cuerpo, los movimiento y hasta los silencio. Todo aquello que la persona no se atreve a decir o expresar son palabras sale al exterior de otras formas y es allí donde la habilidad del coach debe salir al rescate.
8 Dar consejos o direccionar: Aunque aparentemente un coach pueda mostrar sabiduría y conocimiento al dar un consejo o recomendación, en realidad lo que está manifestando es su incompetencia en esta profesión y su falta de confianza en el cliente para comprender que es él quien debe encontrar su propia respuesta y asumir toda su responsabilidad. Una frase coach dice: “Por favor no me digas la respuesta, tan solo ayúdame a encontrarla dentro de mí, porque allí es donde está la mejor respuesta y mi solución.
9 No saber preguntar: Es hoy y siempre una de las principales competencias de un coach. Pero no la única. Un coach es un canal de consciencia y autoreflexion no un entrevistador, la diferencia radica en algo que en coaching se llama ‘preguntas poderosas’ porque ayudan a crear consciencia, mueven la mente y el corazón de una persona o un equipo de trabajo para entrar en niveles de cambio y mejoramiento.
10 Quedarse en la mera conversación y nada más: Un coach debe ir siempre más allá de la conversación, la reflexión, el aprendizaje y la generación de consciencia, es siempre necesario ir más allá, no existe coaching si no hay movimiento y cambio, es necesario generar acciones precisas que lleven a una mejor efectividad y a los resultados esperados.
11 Ausencia de plan concreto: indiscutiblemente el proceso requiere planificar los cambios, tomar decisiones, establecer metas claras, cuantificables y retadoras en tiempos definidos, identificar los recursos reales y validar la evolución.