El pasado sábado 18 de enero se cumplió un aniversario más del asesinato de una comisión judicial en la vereda Santa Ana del municipio de Simacota, Santander, a manos de paramilitares, en complicidad con el Ejército.
12 fueron los funcionarios muertos a manos de un grupo conocidos como Los Masetos, en la región del Magdalena Medio, quienes investigaban la desaparición de un grupo de comerciantes que se movilizaba hacia Antioquia.
Cuando los funcionarios llegaron al sector de La Rochela, en la hoy vía Panamericana, fueron interceptados por un grupo de hombres que se hicieron pasar por guerrilleros y les ofrecieron su ayuda para esclarecer los crímenes, sin embargo, en el sector de Santa Ana, los mantuvieron encerrados en dos camionetas rojas y los atacaron con ráfagas de fusil.
Como se recordará, los funcionarios salieron de San Gil a investigar hechos recientes de asesinato y desapariciones en la región, 12 de ellos fueron ejecutados y tres de ellos sobrevivieron a la masacre.
Hasta la fecha el único condenado fue Alonso de Jesús Baquero, conocido como ‘Vladimir’. El general Farouk Yanine Díaz, quien era investigado, falleció antes que se resolviera su situación jurídica.
Por estos hechos, el Estado colombiano fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Al cumplirse 31 años de aquella violenta jornada, los parientes de las víctimas siguen esperando la tan anhelada justicia, esa que cada vez se ve más lejana y que en más de tres décadas no tocó a los autores intelectuales.
Aunque se instalaron placas en memoria de las víctimas, en La Rochela y Barrancabermeja, estas ya sufrieron los rigores del tiempo y el descuido, y se encuentran prácticamente en el olvido.