Todos los empleados de los diferentes departamentos de Vanguardia y de Qhubo hacen grandes esfuerzos para que, a pesar de la cuarentena y del COVID-19, los dos periódicos estén a tiempo en sus manos y para que sigan conectados vía on line con una información precisa, oportuna y veraz.
Desde nuestra Casa Editorial hoy queremos reconocer a nuestros propios héroes. Ellos, como muchos otros profesionales que dan lo mejor en estos duros tiempos del Coronavirus, conforman la gran familia de Vanguardia y Q’hubo.
En medio la pandemia que hoy afronta el mundo entero, nuestros colaboradores hacen ingentes esfuerzos para garantizar que usted pueda leer el diario acontecer de la región, del país y del planeta, a pesar del aislamiento preventivo en el que andamos.
Cumpliendo con las más estrictas medidas de seguridad, por el peligro del virus, hoy podemos escribirles en letras mayúsculas un reconocimiento a ese valioso recurso humano y técnico que hace parte del primer diario del oriente colombiano y por supuesto de Q’hubo, convertido hoy en el más destacado periódico popular de Colombia.
Es un sencillo aplauso a cada uno de nuestros celadores, voceadores, mensajeros, aseadoras, secretarias, recepcionistas, diseñadores, publicistas, ingenieros, camarógrafos, cajeros, fotógrafos, periodistas y, en general, a todos los profesionales que trabajan desde hace muchos años aquí. Entre todos y tras un valioso trabajo de equipo continuamos la bella labor de mantenerlos a ustedes bien informados, durante las 24 horas, día tras día.
Algunos están en casa teletrabajando, otros siguen en las calles cubriendo las noticias y las transmisiones en vivo de Vanguardia.com
Los reporteros gráficos, por su parte, están prestos a tomar los mejores ángulos de las noticias; ni hablar de nuestros guardas, quienes de manera rigurosa y profesional han seguido velando por nuestra seguridad.
Desde mucho antes que se detectara el primer caso del COVID-19, todos estaban prestos a ponerle el pecho a la brisa; algunos incluso a pesar del riesgo que representa hoy estar en la calle haciendo su trabajo.
A todos aquellos que hemos improvisado en nuestras casas singulares salas de redacción; a esos periodistas que están conectados con la información para actualizar en tiempo real nuestros canales digitales; a todos los voceadores que se levantan desde muy temprano a llevarles a cada uno de nuestros suscriptores el impreso; a las aseadoras que limpian, pulen y acicalan cada rincón de la empresa; a los ingenieros, que nos ayudan con la parte técnica y nos desenredan todas las terminales de nuestros computadores; en fin, a todos van nuestra voz de agradecimiento.
Estos héroes sin capas, pero con una gran disposición de servicio, están en los Departamentos de Circulación y Distribución, Soportes, Tecnología, Gerencia, Administración y Financiera, Producción, Comercial y Publicidad y, por supuesto, Redacción.
No los mencionamos sólo porque desempeñan sus labores diarias con excelencia y pulcritud, sino porque al mismo tiempo están dando ejemplo de valentía en estos duros tiempos de pandemia y logran transmitir todo su profesionalismo y compromiso para garantizar una información clara y precisa. También hacen ese periodismo útil que hoy, más que nunca, es esencial para la humanidad.
Ellos han desplegado toda su capacidad humana, técnica y profesional para brindarles una gran cobertura informativa.
Guardando las más estrictas recomendaciones de prevención, estamos cumpliendo no sólo con los estándares más altos de rigurosidad periodística, sino también con enfoques éticos y responsables para que la población reciba noticias en tiempo real.
Sus esfuerzos hacen posible que hoy tenga usted en su hogar el primer diario del oriente colombiano y una nueva edición de Q’hubo, tal y como han contado con ellos durante poco más de un siglo en sus corazones.
También seguiremos resaltando a nuestros héroes invisibles de la región. Hablamos de los doctores, las enfermeras, los sicólogos, las trabajadoras sociales, los policías, los soldados, los voluntarios, los empleados de las farmacias, los sacerdotes, los barrenderos, los labriegos, los bomberos, los tenderos, los celadores, en fin...
Es reconfortante saber que, entre todos, estamos demostrando que de esta salimos juntos.