Por estos días las calles de Bucaramanga se llenan de color con el florecimiento de los miles de guayacanes rosados y amarillos que engalanan a la Bonita.
Propios y turistas se deslumbran con la belleza de los grandes árboles de colores que adornan por estos días las calles de la capital de Santander.
Hugo León Sánchez, un habitante del sector de Real de Minas, destacó que “con el florecimiento de los árboles se puede ver un espectáculo majestuoso y sentir la armonía, la paz y el amor que representan”.
En la ciudad algunos de los puntos en los que se podrán observar, en lo corrido de este mes, los guayacanes rosados y amarillos, son la carrera 27, el Centro, Cabecera, San Alonso, Real de Minas, la carrera 15 y las Mejoras Públicas.
Sobre las características de esta especie, la bióloga y docente de la Universidad Industrial de Santander, UIS, Alicia Rojas, explicó que el Tabebuia Rosea, como se llama científicamente, aunque es un árbol de tipo maderable, se ha adaptado muy bien en las zonas urbanizables y es usado con frecuencia para adornar los diferentes espacios de la ciudad.
Los guayacanes florecen dos o tres veces al año, cuando se acercan los periodos de sequía. Cuando hay verano, “el árbol pierde sus hojas y empieza a florecer, por eso es que lo vemos totalmente rosado o amarillo. Sin embargo, esta etapa no dura mucho, puesto que las flores duran solo entre cinco y ocho días”, afirmó Rojas.
De acuerdo con el Área Metropolitana de Bucaramanga, AMB, en el 2014 se identificaron 5.508 árboles de esta especie. Sin embargo, se estima que hay unos 300.000 en toda el área urbana de Bucaramanga, Girón, Floridablanca y Piedecuesta.
Además de su belleza y sus hermosos colores, los guayacanes aportan también a la regulación del clima y la depuración del aire. Para su cuidado y mantenimiento los expertos recomiendan no clavar ningún objeto en su corteza o arrojar residuos que les puedan generar enfermedades.
