Hace aproximadamente un mes y medio la vida de Sofía González Valencia, una menor de 11 años, nacida en Medellín, cambió por completo gracias a una intervención quirúrgica practicada por la médica y cirujana colombiana Sara Mendoza, quien es la Jefe de Cirugía Cardiovascular Pediátrica y Congénitas de la Fundación Cardiovascular de Colombia. FCV, y un equipo multidisciplinario de esta institución santandereana.
Sofía recibió un corazón artificial, dispositivo conocido técnicamente como HeartMate III, una alternativa para aquellas personas cuyo corazón no es compatible con un trasplante.
La cirugía llegó después de que a los siete meses de vida a Sofía le diagnosticaron miocarditis viral, una condición que dilata el corazón e impide el bombeo de sangre con normalidad.
Con medicación se mantuvo estable gran parte de su vida, hasta que en octubre de 2021 empezó a sentir fuertes dolores en el estómago y fatiga al realizar cualquier actividad. Por su condición de salud, en mayo pasado fue remitida desde Medellín a Bucaramanga, donde confirmaron que su falla cardíaca era avanzada y necesitaba un nuevo corazón.
“Fue un gran reto porque el dispositivo está diseñado principalmente para adultos y tiene un tamaño estándar que debe entrar en el pecho de la niña. Es una situación que no es fácil de controlar porque no se sabe con exactitud con cuánto espacio contamos”, aseguró la cirujana.
“El proceso no fue fortuito”
Haber implantado en el pasado otros mecanismos de asistencia ventricular fue vital para esta cirugía. A su experiencia le sumó el estudio de literatura sobre el tema y conversaciones con expertos mundiales en esta técnica.
“Me he entrenado mucho y tenía cierto bagaje, el proceso no es fortuito, pienso que llegó el momento en que la oportunidad y la preparación se juntaron y sucedió”, relató.
En medio de la preparación también hubo una reunión con Sofía; el objetivo principal, cuenta Sara, era encontrar juntas tranquilidad. “Quería conocerla, contarle lo que íbamos a hacer y sentir que ella aceptaba que yo sería su cirujana”.
corazones artificiales, aproximadamente, han sido implantados en Latinoamérica. En Santander lo implantó por primera vez una mujer cirujana.
Tras siete horas en el quirófano el resultado fue positivo. “Un procedimiento de este tipo solo se puede hacer con el apoyo de un gran equipo. Esto fue un logro conjunto con las instrumentadoras, anestesiólogos, perfusionistas, todo el manejo de enfermería, nuestro especialista el doctor Leonardo Salazar, el acompañamiento de la cirujana Diana Fajardo y el doctor Holger Buchholz, de Abbott, la casa fabricante del dispositivo, entre otras personas”, dijo.
Una vez culminó el procedimiento, llegó la noticia de que pese a que en Latinoamérica se han implantado aproximadamente 100 de estos dispositivos, la gran mayoría en adultos y un porcentaje reducido en pacientes pediátricos, se había convertido en la primera mujer cirujana en implantar un corazón artificial.
“No me imaginé que iba a tener ese reconocimiento, no me lo esperaba, lo hice porque era necesario, pero me siento contenta porque cada vez más se va rompiendo la brecha entre hombres y mujeres en el campo quirúrgico”, sostiene la líder de Cirugía cardiovascular pediátrica y congénitas de la FCV, quien a lo largo de su carrera ha tenido que enfrentar grandes retos.
“Entendí que soy buena para hacer cualquier cirugía, que soy capaz de hacerlo y decidí emprender este camino como un reto personal”, agregó.
Un puente al trasplante
Según cuenta la médico cirujana, en niños la asistencia ventricular se emplea como puente para un trasplante en el futuro. Por ahora Sofía debe rehabilitarse, aprender a manejar el dispositivo y seguramente en dos años o más se podría considerar para el trasplante de corazón.
Hace ocho años, la FCV se convirtió en la primera institución latinoamericana en implantar un corazón artificial. El hito ocurrió en 2014 y la paciente, Cielo González, quien entonces tenía 51 años, continúa hoy disfrutando de su familia y de su corazón.