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Bucaramanga
Martes 05 de mayo de 2020 - 12:00 PM

COVID-19 dispara la deserción: 12 de cada 100 alumnos dejarían las aulas

La falta de acceso al internet, además de la poca preparación de las instituciones educativas para garantizar la formación virtual, están alejando de las aulas a los estudiantes de los colegios oficiales.

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La deserción en el preescolar es más notoria en esta época del COVID-19. Los propios profesores argumentan que, a pesar de los enormes esfuerzos adelantados en Santander, “el tema es grave”. Señalan que son evidentes las dificultades que tienen los padres de los menores para garantizarles la educación vía ‘on line’. (Foto: Jaime Moreno / VANGUARDIA)
La deserción en el preescolar es más notoria en esta época del COVID-19. Los propios profesores argumentan que, a pesar de los enormes esfuerzos adelantados en Santander, “el tema es grave”. Señalan que son evidentes las dificultades que tienen los padres de los menores para garantizarles la educación vía ‘on line’. (Foto: Jaime Moreno / VANGUARDIA)

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La deserción en el preescolar es más notoria en esta época del COVID-19. Los propios profesores argumentan que, a pesar de los enormes esfuerzos adelantados en Santander, “el tema es grave”. Señalan que son evidentes las dificultades que tienen los padres de los menores para garantizarles la educación vía ‘on line’. (Foto: Jaime Moreno / VANGUARDIA)

Mucho antes de la aparición de la pandemia del COVID-19 las cifras de la deserción en las escuelas, colegios y universidades de la región, al igual que en los preescolares, iban en ascenso.

No obstante, el coronavirus agravó el tema al punto de que se cree que de cada 100 alumnos que hoy adelantan el año lectivo 2020, doce dejarían las aulas en los planteles oficiales. Se teme que lo propio pase en los establecimientos privados, aunque ninguna directiva de esos colegios se ha pronunciado al respecto.

La falta de computadoras para las clases virtuales, los problemas económicos, sumados a las dificultades habituales que se presentan en la vida académica de los estudiantes, serían las causas de esta deserción.

Sin duda, las clases virtuales han sido un reto para los colegios, más teniendo en cuenta que el contexto de cada estudiante es distinto y que aún son marcadas las brechas en materia de acceso a la tecnología.

El tema es grave pues hoy, según el programa ‘Bucaramanga Cómo Vamos’, de cada cien niños que ingresan a primero primaria en el área metropolitana de la capital santandereana, sólo 40 están terminando el bachillerato.

Voces de expertos

Según el catedrático Gonzalo Ordóñez, “esta situación es muy grave, pues el año lectivo de 53 mil niños está amenazado. ¿La razón? Esta población se encuentra por fuera de la virtualidad planteada por el Ministerio de Educación y adoptada en Santander”.

Para Yani León, directora del citado programa ‘Cómo Vamos’, “en este contexto de emergencia sanitaria la deserción escolar es un fenómeno muy complicado, pero al mismo tiempo previsible”.

Y agregó: “En el caso de la educación básica y media la decisión de los hogares se va a debatir entre destinar los escasos recursos económicos que se tienen para comprar paquetes de datos para que el estudiante se pueda conectar o para comprar la comida diaria”.

“Si bien los niños y las niñas puede que no se retiren formalmente de la institución, lo harán de hecho al no disponer de internet o computador”, argumentó.

Dijo que “en el caso de las universidades, la crisis económica golpea a todos lo estratos y esta situación seguramente tendrá serias repercusiones en las matrículas del segundo semestre, ya que algunos decidirán aplazar estudios mientras se estabiliza la economía del país”.

Señaló que “para el área de la educación básica y media es relevante garantizar al menos un mínimo vital de internet y la disponibilidad de tablets o computadores. La deserción, como usualmente la medimos, puede que se multiplique, ya que hay serios problemas de acceso y no hay calidad en la educación. Si como sociedad no logramos superar la brecha digital, especialmente de los niños más desfavorecidos, esto empeorará”.

El catedrático Gonzalo Ordóñez coincidió en decir que “el problema más delicado es que no se le está dando una focalización a la educación de los niños que ni siquiera tienen acceso a los computadores”.

“Lo peor es que no hay rutas para atender estos problemas técnicos, sobre todo en las áreas rurales. Y se pretende que los padres de familias sean los profesores, cuando los jefes de hogar no están capacitados para ello”.

“Es preciso liderar una campaña masiva de protección al derecho de la educación de los niños pobres de la región”, puntualizó.

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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