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Sábado 04 de febrero de 2023 - 12:00 PM

Informe especial Salvando animales en peligro de extinción en Santander

Pese a que el Departamento es considerado como el segundo más biodiverso de Colombia, también tiene elevadas cifras de especies de fauna amenazadas. Conozca algunas de ellas y las batallas que se dan para conservarlas, rescatarlas, rehabilitarlas y hacer que regresen a su hábitat.

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Suministrada / VANGUARDIA
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Suministrada / VANGUARDIA

Diego Carvajal / VANGUARDIA
Diego Carvajal / VANGUARDIA

Diego Carvajal / VANGUARDIA

De las cerca de 241 especies que, según el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia, SIB, están en peligro crítico de extinción en el país, en Santander habitan, al menos, 51 de ellas. También se afirma que el 11 % de las especies únicas del país que viven en el Departamento corren el riesgo de desaparecer.

Según datos de la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, CDMB, entre las especies que se encuentran amenazadas está el Oso de Anteojos, que tiene su hábitat en los páramos de Santander y que utiliza como uno de sus corredores el Parque natural Regional Bosques Andinos Húmedos el Rasgón, una zona protegida por la Corporación.

Vea también: En fotos: el drama del cautiverio animal en Santander

Una de la aves insignias, consideradas en peligro, es el Cóndor de Los Andes, que anida en los riscos del páramo del Almorzadero, del municipio de Cerrito, y que sobrevuela también cerca a Santurbán.

Asimismo, en este listado sobresalen el Colibrí Ventricastaño y el Cucarachero de Nicéforo, dos pequeñas aves que tienen sus nidos en el Cañón del Chicamocha, el Tigrillo Lanudo, que se mueve por terrenos cercanos a Rionegro, la Rana de Lluvia, que habita la zona de Simacota y el Paujil Copete de Piedra, que se encuentra cerca a Betulia y San Vicente de Chucurí.

Por su parte, la Corporación Autónoma Regional de Santander, CAS, agrega que dentro del inventario de fauna también hacen parte: el Jaguar, que tiene su hábitat en la Serranía de Los Yariguíes; el Puma, que recorre municipios como Gámbita y Onzaga; el Venado Cola Blanca que habita en García Rovira; el Chavarrí del río Magdalena; la Nutria, que es vista en provincias como la Guanentina, cercando al río Fonce, y la tortuga Hicotea que se halla en toda la zona del Magdalena Medio.

No obstante, hay una especie que se encuentra dentro de la lista roja de animales en peligro crítico de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, Uicn, y es el Mono Araña, también conocido como Choibo o Marimonda, un mamífero propio de la serranía de Las Quinchas y la cuenca del río Magdalena cuya disminución de población se ha hecho evidente en los últimos años.

El rescate de ‘Luna’

En julio de 2022, el Grupo de Fauna Silvestre de la CDMB recibió el reporte de habitantes de un barrio al norte de Bucaramanga, quienes afirmaban que en una vivienda de la zona se encontraba amarrado un primate vistoso, de extremidades largas y colores llamativos, rasgos que no pasaban desapercibidos.

Tras el proceso de inteligencia que se le hizo a la denuncia, el jueves 23 de julio del año anterior, funcionarios de la Corporación y Policía establecieron un operativo de rescate que arribó al barrio Los Colorados, sobre las 3:00 p.m. de ese día. Allí encontraron a una hembra de Mono Araña con un collar atado al cuello y del otro extremo un lazo amarrado a un árbol, lo que restringía su movilidad.

“Efectivamente nos encontramos con un ejemplar de Mono Araña en un parqueadero, en condiciones que no son óptimas para la especie. Al ver la presencia de los rescatistas, se subió al arbol y comenzó a llamar la atención, inclusive, se abalanzó sobre uno de los funcionarios, como pidiendo libertad”, narró una de las médicas veterinarias que participó del operativo.

Según versiones no corroboradas, el primate fue comprado por algunas personas en una carretera y posteriormente fue dejado en la vivienda de la familia en la que fue hallado.

Luego de la incautación, el animal fue puesto en un guacal y se trasladó hacia el Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre - CAV de la CDMB, ubicado en Floridablanca.

En este sitio, ‘Luna’, como fue bautizada la hembra, fue recibida por el médico veterinario del CAV, Juan Sebastían Mejía, quien la sometió a una rigurosa evaluación física y de salud. “El animal no llegó en malas condiciones, pero sí con un poco de distención abdominal debido a la inadecuada dieta de alimentación que recibía”, explicó el profesional.

Luego de la valoración, al animal se le dispuso un espacio en este lugar y alimentación especial con lo que se busca rehabilitarla y, en su momento, liberarla de nuevo en su hábitat.

Sin embargo, hay una limitante y es el hecho de que en el pais hay escasos procesos de rehabilitación para primates grandes, por lo que la CDMB buscará una alianza para que por su buena salud y edad, ‘Luna’ sea candidata a la liberación.

El veterinario Mejía también recordó el caso de un Tigrillo Lanudo, de pelaje negro, también en peligro, que fue confundido con un gato doméstico y fue recogido por una familia. “A él tuvo que implementársele un programa de ‘mamá ganguro’, por su edad se le manejaron lactoremplazadores y de a poco se le ofreció dieta de carne. El ejemplar ya creció y actualmente se le están dando presas vivas para estumularle su instinto de cacería. Si todo sale bien, este año podría estar devolviéndose a su hábitat”, narró el veterinario.

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El fascinante tigrillo negro que pasó por gato

La Policía Ambiental de Bucaramanga trasladó, en noviembre pasado, al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, CDMB, a un pequeño felino, que parecía, por su aspecto, ser la cría de una camada de gatos.

De acuerdo con la autoridad ambiental, el animal llegó a una finca ubicada en la vereda San Pedro, en el sector de Vijagual de Bucaramanga. La comunidad lo rescató y llamó a la Policía.

Se trataba de un cachorro con una singular condición genética, llamada melanismo, que hace que el tono pardo propio de esta especie no se desarrolle. Este exceso de pigmentación genera que su pelaje sea totalmente negro.

El animal fue trasladado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, CAV, de la CDMB. Por su aspecto y tamaño se pensó en un principio que era una cría de gato doméstico.

“Fue difícil su identificación. Tenía cerca de un mes de vida cuando llegó. Sin embargo, con ayuda de varios expertos se determinó que se trataba de un tigrillo lanudo”, expresó el veterinario del CAV, Juan Sebastián Mejía.

El tigrillo fue dispuesto en un lugar silvestre del Centro de Atención de la CDMB. Se introdujo en un programa de ‘mama canguro’ y se le suministró alimento como remplazo de la leche materna. Con el tiempo se le cambió la dieta por distintas clases de carne propias de sus necesidades.

El veterinario Juan Sebastián Mejía reportó que “ahora ya se alimenta por sí solo, tiene buen estado de nutrición, buenas condiciones físicas, no ha tenido síntomas de estrés y está próximo a ingresar al programa de rehabilitación para ser devuelto a su hábitat”.

En sus cerca de cinco meses de vida, el animal ha sido valorado por varios especialistas médicos, entre ellos, un cardiólogo, que descubrió que el felino padecía una cardiopatía dilatada, por lo que ingresó a un tratamiento médico para corregir tal condición y permitir que su ciclo de vida continúe de manera satisfactoria.

El veterinario Mejía aclaró que, desde que graduó en 2012, es la primera vez que atiende un tigrillo lanudo con esta clase de melanismo.

“Es muy poco común ver una especie así. Es bastante raro y sólo lo había podido apreciar en fotografías”, indicó.

Desde 2019 no se tenían noticias de un ejemplar así desde que en Montebello, Antioquia, fue hallada una hembra de pelaje negro en un cafetal de la zona. Luego de seis meses de rehabilitación fue liberada en la reserva protectora regional del Alto de San Miguel en el municipio de Caldas del mismo departamento.

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, los tigrillos lanudos están considerados como animales en peligro de extinción. En Santander se puede hallar en zonas de alta montaña como el Cerro de La Judía, en Floridablanca, y el sector de El Diviso en Bucaramanga.

La importancia de este animal para es que ayudan a generar control biológico sobre ciertas plagas como roedores y aves que generan problemas para cultivos y para humanos.

En tal sentido, el director general de la CDMB, Juan Carlos Reyes Nova, hizo un llamado a la comunidad a que tome conciencia de que las especies de fauna silvestre no son mascotas, no son animales para tener en casas y deben estar siempre en su hábitat natural.

Además, recordó que tener estos animales en una vivienda es una ilegalidad, un delito que genera sanciones económicas y penales.

No corrieron la misma suerte

Pese a los esfuerzos de las autoridades ambientales por salvar la vida de la fauna silvestre amenazada, en ocasiones los finales no son felices.

En febrero de 2022, la Policía de Tránsito y Transporte, en un bus de servicio intermunicipal de pasajeros que cubria la ruta El Banco, Magdalena – Bucaramanga, requisó a un joven y le decomisó un cargamento de tortugas hicoteas o galápagos desmembradas, con sus respectivos huevos.

Se trataba de 33 ejemplares de estos anfibiosque eran transportadas en una cava y que, según se presume, iban a ser comercializadas por la idea errada de que su carne tiene propiedades afrodisíacas. Esta especie ha sufrido una disminución de cerca del 30% de su población en los últimos 20 años.

Raíces de las amenazas

En tal sentido el director de la CDMB, Juan Carlos Reyes, detalló que la principal causa para que haya especies de fauna en peligro, en distintas clasificaciones, es el tráfico ilegal de animales silvestres y representa una amenaza porque “mientras los saquemos de su hábitat natural para traerlos a vivir en las ciudades estamos haciendo que su ciclo biológico se interrumpa, les sea imposible reproducirse y por ende la perpetuación de su especie sea imposible”.

En la mayoría de los casos el tráfico se da en la venta de animales silvestres que son tenidos como mascotas en casas y apartamentos.

La deforestación es otra de las causas de esta problemática puesto que cuando se destruyen los hogares de los animales se genera una migración a lugares en los que se les dificulta hallar alimento, encontrarse con los de su especie y también hace que sean presa facil de otros depredadores.

La caza ilegal, aunque en menor escala, también genera la reducción de número de especies en el Departamento.

Las cifras de la CDMB señalan que durante 2022 llegaron 1.268 animales a su Centro de Atención y Valoración, de los cuales 1.082 fueron rescatados, 47 incautados y 139 fueron entregados de manera voluntaria por la ciudadanía. De esta cifra, 401 fueron aves, 407 mamíferos y 460 reptiles.

El drama del cautiverio animal

El encierro genera en los animales todo tipo de alteraciones mentales y físicas que los pueden llevar hasta la muerte. Según el director de la CDMB, Juan Carlos Reyes, “las personas tienen un concepto errado de que un animal silvestre está bien sólo por el hecho de tenerlo bajo techo, darle comida o fabricarle una ‘casa’ enjaulada. El maltrato animal se inicia desde el momento de que los sacan de su hábitat y se los llevan a vivir en entornos humanos”.

Por su parte, la líder del Grupo de Fauna Silvestre de la CDMB, Diana Pérez dijo que “a los animales encerrados se les ve su mirada triste, muchas veces en mal estado nutricional porque las personas les dan lo que creen que deben comer, sin tener en cuenta la cantidad ni qué alimento es apto para ellos. La comida con sal y propia de los seres humanos les causan un daño irreversible en sus organismos”.

Entre otros, los animales en cautiverio sufren de estrés, desnutrición, degeneración de pelajes y plumas, caídas en el sistema inmunológico. “Ellos necesitan de grandes extensiones de tierra para desarrollar su ciclo biológico”, afirmó el coordinador del Centro de Atención y Valoración de la CDMB, Juan Sebastián Mejía.

La lucha por la rehabilitación

A la fecha, en el CAV de la CDMB hay ocho ejemplares de especies amenazadas, entre ellas Titís Cabeciblancos, tortugas Hicoteas y Morrocoy, un Tigrillo Lanudo y una Mono Araña.

Estos animales se encuentran en un proceso de rehabilitación que tiene como finalidad su liberación. Para ello se les ofrece alimentación adecuada para ponerlos en condiciones físicas y de salud óptimas. “Lo que se busca es que se puedan valer por sí mismos y que adopten los comportamientos propios de la vida silvestre como conseguir su alimento, cazar, relacionarse con los de su especie y reproducirse. Estos procesos son variables y pueden tardar hasta un año y medio” indicó el director de la CDMB, Juan Carlos Reyes.

La otra cara de la moneda es la de animales que, aunque se les adelanta la rehabiltación, no responden a los tratamientos y tienen que permanecer el resto de sus días en el Centro de Valoración. Aunque tienen un espacio para vivir y alimentación garantizada, tal y como lo afirma el veterinario encargado del CAV, “estos son seres que van a estar condenados a cadena perpetua por un delito que no cometieron porque aunque la jaula sea de oro sigue siendo jaula”, finalizó.

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Publicado por Milton Velosa Araque

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