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Bucaramanga
Lunes 04 de marzo de 2019 - 12:00 PM

La alegría de Diego por estar a un paso de volver a caminar

Nueve meses después de sufrir la amputación de sus piernas y de superar lentamente las quemaduras de su cuerpo, Diego Mendoza regresó al HUS con una nueva esperanza, volver a caminar.

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El proceso de fabricación de las prótesis de Diego ha tardado dos meses. Sin embargo, aún faltan ajustes según su proceso de adaptación. Foto: Suministrada / VANGUARDIA LIBERAL)
El proceso de fabricación de las prótesis de Diego ha tardado dos meses. Sin embargo, aún faltan ajustes según su proceso de adaptación. Foto: Suministrada / VANGUARDIA LIBERAL)

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El proceso de fabricación de las prótesis de Diego ha tardado dos meses. Sin embargo, aún faltan ajustes según su proceso de adaptación. Foto: Suministrada / VANGUARDIA LIBERAL)

“Mi mayor anhelo era tener las prótesis para volver a caminar y poder defenderme por mí mismo”.

Estas son las palabras de Diego Alexander Mendoza Sánchez, de 16 años, quien nueve meses después de un accidente que le arrebató las piernas, tendrá la oportunidad de ponerse nuevamente en pie.

Aunque las huellas en su cuerpo le recuerdan el momento en que su vida cambió para siempre, su ilusión por volver a caminar es más fuerte.

“Hasta ahora me las midieron y me pusieron de pie. Por ahora, las siento cómodas, aunque dicen que cuando empiece a caminar voy a sentir unas pequeñas molestias”, relató.

Con el apoyo de varias instituciones como el Hospital Universitario de Santander, HUS y la Quinta Brigada del Ejército Nacional, el menor, oriundo de Santa Rosa, sur de Bolívar, recibió las que serán sus nuevas piernas, fabricadas en el Taller de Órtesis y Prótesis del Hospital.

“Exactamente no sabemos cuándo me las entreguen. Dependiendo del avance que tenga en las terapias, los médicos decidirán”, añadió.

Cerca de dos meses tardó el personal del taller del HUS en fabricar estas prótesis. Sin embargo, aún falta ajustar algunos detalles.

Según Carlos Antonio Rojas, director técnico del Taller de Órtesis y Prótesis del HUS, un paciente promedio tarda un año en adaptarse a su nueva condición.

“El caso de Diego es muy especial. Es un reto para él y para nosotros (el grupo interdisciplinario del HUS), no sabemos cuánto tiempo tomará”, señaló.

Actualmente la piel de Diego continúa sanando. Una vez esto suceda, se alargarán las prótesis a su estatura adecuada.

Un amor que cura

“Ha sido un proceso muy duro. Al principio no quería saber nada. No me quería levantar. No quería salir de la casa, ni que nadie me hablara. Por las noches lloraba, no quería que sufrieran por mi culpa, sentía que debía estar solo”, narró Diego.

Con ayuda de psicólogos, profesionales médicos y la familia, Diego fue saliendo poco a poco de su tristeza. (Ver recuadro)

Sin embargo, hubo alguien más que le ayudó en su proceso.

“A los pocos días de haber llegado a casa conocí una muchacha por internet, que hoy en día es mi novia. Ella empezó a darme consejos y me hizo sentir que debía seguir luchando por la vida”.

A pesar de sus cicatrices y de la diferencia, Diego encontró el amor y hoy tiene nuevos motivos para seguir adelante.

“Antes del accidente estaba estudiando. Cuando pasó todo no quise seguir. Ahora con mis prótesis quiero regresar y formarme para ser alguien en la vida”, manifestó con entusiasmo.

Evolución sorprendente

El director de la Unidad de Quemados del HUS, Carlos Martínez, afirmó que “las quemaduras con las que recibimos a Diego eran prácticamente incompatibles con la vida. Gracias al manejo de la unidad de quemados y al coraje de él y su familia logramos sacarlo adelante. Para poder salvar su vida tuvimos que amputarle las piernas y ahora se encuentra en procesos de cirugía plástica y rehabilitación”, dijo.

La madre del menor, Alba Janeth Sánchez, agradeció la labor conjunta que han hecho las instituciones y personas para que Diego pueda recuperarse, “Me he sentido motivada porque lo veo a él también así. Saber que va a volver a caminar y a ser independiente me da alegría. Desde el momento que le amputaron sus piernas, me propuse no ver a mi hijo postrado en una cama. Así me tocara difícil iba a tratar de conseguirle las prótesis. Saber que ya las tiene es una ayuda muy grande para que pueda hacer su vida más llevadera”, dijo.

Una tragedia con tinte de esperanza

Diego sufrió el accidente en mayo pasado tras manipular inadecuadamente unas pimpinas de gasolina. En el incidente ocurrió una explosión en la que falleció su hermana de cinco años, Mary Steffany Mendoza, también resultó gravemente herido otro menor de edad Enel Osorio Martínez, quien presentó quemaduras múltiples en más del 50% de su cuerpo.

En un helicóptero del Ejército Nacional, Diego y el otro menor herido fueron trasladados a Bucaramanga, en donde recibieron atención médica. Meses después, esta Institución volvió a transportar a Diego y a su mamá para que el menor continúe con sus controles y terapias además de recibir las prótesis que lo pondrán nuevamente en pie.

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Publicado por Claudia Isabel Delgado

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