La impensada desaparición de dos maestros que dictaban clases en el Norte de la ciudad, al tiempo que adelantaban sus estudios profesionales en la Universidad Industrial de Santander, UIS, hace parte de la macabra historia que vivió Bucaramanga por cuenta de la violencia durante las décadas de los 70, 80 y parte de los 90.
Un número incalculable de personas muertas, cuerpos decapitados y desmembrados aparecieron durante dicho periodo en la zona que popularmente se conoce como La Cemento, sobre el eje vial que desde el Norte de la capital santandereana conecta con Girón y con la salida hacia la Costa Atlántica.
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Fue una de las áreas de Bucaramanga que se tiñó de rojo durante la sangrienta época de la mal llamada ‘limpieza social’, cuando en una noche oficialmente se reportaban hasta diez homicidios, tal y como lo indican los registros históricos de Vanguardia.

Una de las noches más violentas fue la del jueves 8 de junio de 1988. Para entonces ya se hablaba de la temible ‘Mano Negra’. Según el reporte oficial de las autoridades, en un lapso menor a dos horas, diez personas fueron asesinadas con armas de fuego, incluyendo subametralladoras. Los pistoleros se movilizaban en dos automotores.
Ni siquiera las autoridades tienen un cálculo aproximado sobre cuántos cuerpos sin vida fueron encontrados en La Cemento, muchos de ellos incluso con rastros e indicios de tortura.
La intolerancia estaba desatada en las calles de Bucaramanga para 1988, año en el que se notificó la desaparición de los dos maestros en el sector del Café Madrid. Ellos hacen parte de las cerca de cuarenta víctimas mortales, entre estudiantes y activistas sindicales, registradas en el Archivo Oral de Memoria de Las Víctimas, Amovi-UIS.
Hablamos de Nilson Sierra y Leonardo Amaya, quienes, según la Unidad para las Víctimas, desaparecieron en medio de los hechos de violencia y conflicto armado que existían en Bucaramanga para entonces.

De acuerdo con lo señalado por dicha dependencia del Gobierno Nacional, en “La Cemento tuvieron lugar prácticas violentas desde la década de los 70’s. Fue un sitio que se usó para arrojar cadáveres en la época conocida como ‘limpieza social’”.
Las autoridades señalan que se trató de una época de “violencia mal nombrada, según afirma el Centro Nacional de Memoria Histórica, y que fue usada como forma de terror y control social para eliminar a los considerados ‘marginados sociales’, práctica frecuente en algunos lugares y momentos del conflicto armado”.

Jornada de conmemoración y reconocimiento
Con el objetivo de rendir un homenaje a los muertos y desaparecidos, y expresar solidaridad con sus familias, la Unidad para las Víctimas programó para este sábado 22 de abril un acto conmemorativo en el Norte de Bucaramanga, en la Escuela Club Unión Sede E, en el barrio Café Madrid,
En el evento que se realizará, entre las 2:00 p.m. y las 5:00 p.m., las autoridades resaltarán el “poder transformador de las víctimas, por su capacidad de resiliencia y continuar adelante sin haberse quebrado”.
Organizaciones y entidades como la Mesa Municipal de Participación de Bucaramanga,
la Gobernación de Santander, la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos Asfaddes, Sintraunicol UIS, y CUT Santander también participarán en esta actividad solemne.
Javier Peña, director territorial en Santander de la Unidad para las Víctimas, señaló el acto se convocó “para honrar la memoria de las víctimas y cerrar este ciclo de dolor desde un acto propicio para el simbolismo de la vida”.
Además de dicha conmemoración, las autoridades trabajan con el propósito de cambiar el significado que La Cemento tiene para muchos bumangueses y habitantes del área metropolitana, quienes fueron testigo de la violencia que allí se registró.
Conforme con lo explicado, se busca la “resignificación de aquellos lugares que están en la memoria de muerte y dolor”.
El Director territorial en Santander de la Unidad para las Víctimas indicó que “también queremos hacer un llamado de conciencia a la ciudadanía. La mal llamada ‘limpieza social’ no debe permitirse, ni aprobarse y tampoco legitimarse”.
Hasta la fecha ni siquiera se presume si fueron decenas o cientos de cadáveres los que aparecieron en La Cemento en dicha época. “Es un número indefinido. En ese entonces aún no existía el registro de víctimas, por lo cual no se hizo la contabilidad”, indicó el funcionario.