La Policía Ambiental de Bucaramanga trasladó, en noviembre pasado, al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre de la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, CDMB, a un pequeño felino, que parecía, por su aspecto, ser la cría de una camada de gatos.
De acuerdo con la autoridad ambiental, el animal llegó a una finca ubicada en la vereda San Pedro, en el sector de Vijagual de Bucaramanga. La comunidad lo rescató y llamó a la Policía.
Se trataba de un cachorro con una singular condición genética, llamada melanismo, que hace que el tono pardo propio de esta especie no se desarrolle. Este exceso de pigmentación genera que su pelaje sea totalmente negro.
El animal fue trasladado al Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, CAV, de la CDMB. Por su aspecto y tamaño se pensó en un principio que era una cría de gato doméstico.
“Fue difícil su identificación. Tenía cerca de un mes de vida cuando llegó. Sin embargo, con ayuda de varios expertos se determinó que se trataba de un tigrillo lanudo”, expresó el veterinario del CAV, Juan Sebastián Mejía.
Su nueva ‘casa’
El tigrillo fue dispuesto en un lugar silvestre del Centro de Atención de la CDMB. Se introdujo en un programa de ‘mama canguro’ y se le suministró alimento como remplazo de la leche materna. Con el tiempo se le cambió la dieta por distintas clases de carne propias de sus necesidades.
El veterinario Juan Sebastián Mejía reportó que “ahora ya se alimenta por sí solo, tiene buen estado de nutrición, buenas condiciones físicas, no ha tenido síntomas de estrés y está próximo a ingresar al programa de rehabilitación para ser devuelto a su hábitat”.
En sus cerca de cinco meses de vida, el animal ha sido valorado por varios especialistas médicos, entre ellos, un cardiólogo, que descubrió que el felino padecía una cardiopatía dilatada, por lo que ingresó a un tratamiento médico para corregir tal condición y permitir que su ciclo de vida continúe de manera satisfactoria.
Entrenando para cazar
Al tigrillo se le están ofreciendo presas vivas para despertar su instinto de caza.
“El proceso está avanzando. Lo que hace el tigrillo es, en un principio, jugar con esas presas y con eso va afinando su instinto de cacería. Sin embargo, en promedio, de 10 presas vivas que se le ofrecen se alimenta de cerca de dos. Va bien en esta labor de rehabilitación con miras a ser liberado”, explicó el veterinario del CAV, Juan Sebastián Mejía.
Los expertos de la CDMB dijeron que continuarán con el entrenamiento hasta que este llegue a la adultez, esto podría ser entre ocho y 12 meses. Luego, el felino tendrá que ser puesto en una jaula de aislamiento en la que una persona irá a ofrecerle el alimento, pero el felino no puede observarla. Las labores se enfocarán también en que el animal recupere su estado salvaje y evitar que cuando sea liberado llegue a buscar comida a alguna vivienda.
Una especie única
El veterinario Mejía aclaró que, desde que graduó en 2012, es la primera vez que atiende un tigrillo lanudo con esta clase de melanismo.
“Es muy poco común ver una especie así. Es bastante raro y sólo lo había podido apreciar en fotografías”, indicó.
Desde 2019 no se tenían noticias de un ejemplar así desde que en Montebello, Antioquia, fue hallada una hembra de pelaje negro en un cafetal de la zona. Luego de seis meses de rehabilitación fue liberada en la reserva protectora regional del Alto de San Miguel en el municipio de Caldas del mismo departamento.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, los tigrillos lanudos están considerados como animales en peligro de extinción. En Santander se puede hallar en zonas de alta montaña como el Cerro de La Judía, en Floridablanca, y el sector de El Diviso en Bucaramanga.
La importancia de este animal para es que ayudan a generar control biológico sobre ciertas plagas como roedores y aves que generan problemas para cultivos y para humanos.
En tal sentido, el director general de la CDMB, Juan Carlos Reyes Nova, hizo un llamado a la comunidad a que tome conciencia de que las especies de fauna silvestre no son mascotas, no son animales para tener en casas y deben estar siempre en su hábitat natural.
Además, recordó que tener estos animales en una vivienda es una ilegalidad, un delito que genera sanciones económicas y penales.