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Bucaramanga
Sábado 05 de octubre de 2019 - 12:00 PM

La Ruta del Misterio en Santander: Tras las huellas de los Guane en Los Santos

Hace cientos de años, el vasto terreno que hoy comprende al municipio de Los Santos estuvo habitado por una población de grandes hombres que se identificaban por su físico y su fuerte carácter. La historia de estos pobladores está registrada, no solo en los que nacieron en esta región, sino en sus montañas, sus ríos y su tierra.

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Los sorprendentes acantilados, el clima y las extraordinarias formaciones rocosas, pueden ser para algunos el principal atractivo turístico del municipio de Los Santos. Sin embargo, la verdadera magia solo puede ser contemplada por aquellos que se atreven a aventurarse en busca de una belleza que se sale de lo común para ser vista a través de las huellas de una población que hizo parte de nuestras raíces y cuya historia se puede observar, sentir y palpar.

Según Nelson Ramírez Guevara, guía turístico y conocedor de la cultura Guane, en el municipio de Los Santos hay 25 cuevas que resguardan la historia de esta tribu. También, hay más de 10 mil pictogramas registrados que pertenecieron a esta comunidad.

Unas huellas que no se borran

Son incontables las historias que se han tejido alrededor del pueblo Guane, la mayoría, basadas en textos y crónicas escritas por aquellos españoles que pretendían ‘conquistar’ estas tierras.

Se dice que su piel no era tan colorada como la del resto de indígenas que habitaban para esa época el territorio que hoy es Colombia. Se ha afirmado que eran más altos que los de las demás tribus y que se infringían una deformación tabular oblicua en su cráneo, supuestamente, para tener una apariencia felina. Esto se podría ratificar debido a los hallazgos de restos óseos.

En el pueblo y en casi toda su zona rural se han encontrado huesos, flechas, telas y vasijas que, dicen, pertenecieron a esta comunidad que se asentó o deambuló por estas tierras. De igual forma, hay pictogramas que todavía se encuentran en excelente estado y pueden ser contemplados ya que han sobrevivido a las inclemencias del tiempo y el clima.

Las personas que viven cerca, cuentan que en ocasiones se pueden escuchar todo tipo de ruidos y sonidos y que también se ven cosas que se salen de lo común.

Por ejemplo, a solo unos cuantos metros del parque principal, se encuentra un abrigo rocoso llamado ‘Las Gachas’, cuyo terreno es una evidencia del paso de los Guane por esta región. Aquí, la montaña fue el lienzo escogido por esta tribu para plasmar y expresar la manera en cómo vivían y lo que veían, mediante la pintura de líneas, figuras, animales y seres antropomorfos. Todo esto pintado de colores rojo y ocre gracias a materiales minerales como la hematita y componentes orgánicos.

“Estos dibujos pueden ser las estrellas; este dibujo, la representación del sol; y estas líneas, el agua. Lo que veían a su al rededor era lo que pintaban”, explicó Ramírez Guevara.

De igual forma, la gran cantidad de cavernas que se encuentran en las diferentes veredas del pueblo, sirvieron como resguardo para esta comunidad, así como fueron sus complejos funerarios, que se convirtieron en la última morada de muchos indígenas pertenecientes a esta tribu.

Y aunque los vestigios de esta comunidad no han desaparecido, sí se han visto ‘saqueados’ y ‘ultrajados’ por parte de muchos ‘guaqueros’ que han entrado a cuevas como la de ‘El borboso’, la más grande y extensa de esta zona, donde se han encontrado múltiples elementos precolombinos y que ha resguardado los más importantes tesoros, los que pertenecen a nuestra historia.

Sin embargo, todas estas acciones obedecen a una necesidad de sobrevivir, pues en esta tierra, de predominancia rural, la tierra es árida y casi no llueve. También, ha hecho falta una apropiación cultural de lo que significa el hallazgo de estos elementos, pues los ‘guaqueros’ no comprenden el valor histórico que recae en sus manos, y que muchas veces llega al mercado negro.

Aunque resulte imposible y un poco terrorífico, en una de estas cuevas, a la que se llega descendiendo 100 metros amarrado a una cuerda, se encuentra lo que podría considerarse como un cementerio, pues se han descubierto cientos de huesos pertenecientes a los Guane. Una imagen perturbadora, pero que al mismo tiempo evidencia la riqueza cultural de esta zona.

“Hay personas que se han llevado huesos de los guanes y tiene que devolverlos porque dicen que no los dejan descansar”, relató Ramírez Guevara.

El Salto del duende

Otro de los comentarios que se ha escuchado alrededor de esta comunidad, va ligado a su personalidad, específicamente su carácter, pues múltiples pobladores de esta región dicen que ese temperamento que nos caracteriza a los santandereanos, es en gran medida, una herencia de nuestros antepasados indígenas, ya que los Guanes preferían morir antes que someterse al yugo de los conquistadores.

Según los relatos de algunos habitantes de Los Santos, el bello Salto del Duende, acantilado de casi 300 metros de altura, es descrito como el lugar escogido por esta tribu para llevar a cabo los rituales en donde decidían quitarse la vida. Por eso, quizás, allí se siente un aura de misticismo que no deja inquietar a quien lo visita.

“Las historias de que los indígenas se lanzaban del salto sí son ciertas por las pictografías que los representan arrojándose al vacío, esto como una decisión por los saqueos y asesinatos de los que eran víctimas por parte de los españoles”, contó Ramírez Guevara.

De igual forma, hay otras leyendas que dicen que fue un duende quien se le apareció a esta comunidad y le prometió oro a quien se atreviera a lanzarse y saliera ileso ante semejante hazaña. También, que el llamado ‘duende’ no es más que una fuerza que succiona a la gente que se acerca demasiado al borde del abismo, por esta razón el lugar tiene la fama que ya todos conocen.

Es por eso, que los pobladores que habitan cerca a este gran acantilado cuentan que hay ruidos y sonidos que a veces perturban la tranquilidad que reina en el sector y que suceden, sobre todo, en la noche.

Por otra parte, cerca de este sitio hay una gran edificación que llama la atención porque se encuentra abandonada y nunca se terminó de construir. Muchos dicen que su construcción se detuvo luego del Bogotazo, ya que el dinero y los materiales pertenecían a Jorge Eliécer Gaitán, aunque esto no está confirmado.

Incluso, hay leyendas relatadas por los pobladores que dicen que el ‘misterioso duende’ fue quien no dejó que se terminaran las obras, ya que allí se construiría un convento y él ‘echó a volar’ a las monjas antes de que llegaran.

Fabio Armando Jiménez Almeyda, habitante de Los Santos, contó que en esa edificación ‘asustan’ y se sienten cosas extrañas.

“Mi mamá y mi nona decían que ahí se siente cuando un caballo llega arrastrando unas cadenas. Justo al lado hay una escuela y se oye como corren las sillas. Por toda esta zona pasan cosas muy raras, sobre todo en la vía a la vereda la Purnia, porque allá hay un cementerio de indios”, expresó Jiménez.

Mónica Gieldemann, antropóloga y doctora en arqueología, asegura que no hay información arqueológica que confirme las múltiples historias y leyendas alrededor de esta tribu, pero que sí se debe aprovechar la riqueza con la que cuenta este municipio para la investigación científica.

Realidad o fantasía, la tradición oral de este lugar, que se preserva de generación en generación, se convierte en otro aporte significativo a la riqueza de nuestra departamento, y de la misma forma, convierte a este humilde y olvidado pueblo, en uno de los patrimonios más importantes de Santander, pues en su tierra esconde, quizás, el más grande los tesoros: La historia de la vida misma.

Texto: Danilo Prada

Vídeo: Milton Velosa

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