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Bucaramanga
Jueves 11 de febrero de 2021 - 12:00 PM

Las santandereanas que se destacan en la ciencia y tecnología en Santander

Este jueves 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Niña y la Mujer en la Ciencia. Vanguardia le cuenta la historia de ocho profesionales que trabajan en las llamadas áreas Stem ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés en Santander haciendo visible a las científicas y derrumbando estereotipos.

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En el día mundial de la mujer en la ciencia Vanguardia le cuenta las historias de algunas trabajadoras ejemplares que han dedicado su vida a las áreas Stem.
En el día mundial de la mujer en la ciencia Vanguardia le cuenta las historias de algunas trabajadoras ejemplares que han dedicado su vida a las áreas Stem.

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En el día mundial de la mujer en la ciencia Vanguardia le cuenta las historias de algunas trabajadoras ejemplares que han dedicado su vida a las áreas Stem.

Desde hace seis años, cuando el calendario marca el 11 de febrero, miles de mujeres alrededor del mundo celebran su día. Se trata de una fecha que busca incentivar la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia desde la igualdad de oportunidades y el empoderamiento.

Son 24 horas para dejar claro que las mujeres pueden trabajar en las áreas Stem y para incentivar a cientos de miles de niñas y jóvenes a elegir la ciencia y la tecnología, sin importar los estereotipos o barreras que puedan existir.

En esta fecha, Vanguardia le trae ocho historias de mujeres talentosas, responsables, curiosas, creativas, enfocadas y muy preparadas que le apostaron todo a la ciencia. Sentimos que nos quedamos cortos en adjetivos para describirlas pues basta ver el resumen de sus logros para maravillarnos: hablamos de dos doctoras en química, una doctora en Ciencias Médicas, una doctora en Ciencias Naturales, una doctora en Ciencias Biológicas, una doctora en Informática, una magister en Ciencias Básicas Biomédicas y una magister en Genética Humana.

Sandra Sanabria Barrera es bacterióloga y Doctora en Ciencias Médicas. En la actualidad se desempeña como directora del Banco de Tejidos de la Fundación Cardiovascular de Colombia, FCV, y es la Gerente de la Unidad Business Lab, estrategia en la que se realiza el diseño y desarrollo de soluciones que pueden ser gestionadas a través de tecnologías, también en la FCV.

Esta sangileña, quiso hacer de la bacteriología su camino profesional porque su currículo tenía mucha química y esa era su pasión. “La química me gusta mucho, no me imaginaba trabajando en un laboratorio clínico, yo me veía en el sector de la industria, pero en el camino fui descubriendo otros campos de mi profesión”, menciona.

Para esta santandereana lo más difícil de su carrera y de dedicar su vida a la ciencia y la investigación ha sido ser mujer.

“En todos los escenarios se ha visto una diferencia muy marcada por el hecho de ser mujer. El porcentaje de mujeres investigadoras es muy pequeño a comparación de los hombres y mantener el equilibrio entre ser madre, esposa, hija, investigadora y estudiante ha sido complicado. Muchas veces por ese rol no te aceptan, sin embargo, no significa que no se pueda hacer”, dijo.

Y a pesar de todas esas dificultades, el mensaje que le deja a las futuras investigadoras y científicas es que creer es poder.

“No importa de dónde vengas, en cualquier profesión puedes hacer ciencia y tecnología. Ser científico no es algo ilógico, hay muchas formas de hacer ciencia. Mis padres no tienen estudios profesionales, pero siempre me inculcaron que el estudio es la forma de salir adelante y así he ido creciendo en todos los aspectos de mi vida. Por eso no se conformen con lo que conocen, sean inquietas, curiosas...”.

María Camila Flechas Alarcón es contundente al hablar. Ninguno de sus conocidos duda de sus palabras pues a pulso ha ido construyendo su perfil de científica conocedora de su campo de acción.

La curiosidad que siempre la ha caracterizado la llevó a elegir el camino de la investigación, esa ruta que desde hace cuatro años la ubicó en el cargo de directora de investigación de una reconocida empresa del sector salud en Santander.

“Siempre quise ser investigadora. Al principio creí que solo los médicos podrían hacerlo hasta que revisé el plan de estudios del programa de bacteriología. Ahí supe que podía estudiar esa carrera y desempeñarme más adelante en investigación. Saber que iba a ver materias como virología, inmunología y toxicología me encantó”, dijo Flechas Alarcón.

Esta profesional nacida en Boyacá y criada en Santander asegura que lo más difícil de pertenecer al campo de la ciencia son las oportunidades laborales, pues muchas veces son limitadas o mal remuneradas. “Actualmente solo ven a la investigación asociada a academia y pocas empresas ven la necesidad de contratar investigadores para desarrollar nuevos procesos o unidades. También el limitado presupuesto nacional para hacer investigación”, explicó la egresada de la Universidad Industrial de Santander.

Pese a que la magister en Ciencias Básicas Biomédicas dice no tener limitaciones por ser mujer mientras estudiaba, cree que “tal vez las mujeres sienten que su desarrollo es más difícil o experimentan machismo. El mayor reto es tal vez mostrar que lo que ellas consideran rutina laboral es una forma de aportar a la investigación incluso que los procesos de mejoramiento que han aplicado son una forma de innovar en la organización y que esto tiene reconocimiento”.

Flechas Alarcón está a cargo del desarrollo de proyectos de investigación en servicios de salud que puedan aportar socialmente en mejores servicios o procesos para los pacientes.

“No hay límites ni una camisa de fuerza para seguir una carrera o una pasión. La investigación y la ciencia son fascinantes y estamos abriendo puertas para que más mujeres podamos participar en grandes descubrimientos y aportes para nuevas generaciones. Que tengan la oportunidad desde pequeñas de conocer todo lo relacionado con la ciencia, la investigación, la innovación que puedan experimentar y aprender que no tengan límites en sus mentes” puntualizó la bacterióloga.

Norma Cecilia Serrano Díaz, es médica Genetista, Directora de Investigaciones de la FCV y directora del Laboratorio de Biología Molecular de Covid-19 de la misma institución.

Desde los 11 años, esta bumanguesa soñaba con dedicarse al mundo de la genética, por ello decidió estudiar medicina para después especializarse en su pasión.

“Mi amor por la genética nace de la lectura, especialmente de una nota de prensa de una universidad en Australia, en la que hablaban de la experimentación en genética. Desde ese momento empecé a inquietarme por el tema y por esto quise estudiar medicina, con el objetivo de ser genetista y dedicarme al área de la investigación”, recuerda.

Con esa meta por cumplir, la Doctora Serrano Díaz estudió medicina en la UIS, hizo una maestría en Genética Humana en la Universidad Nacional de Colombia y posteriormente estudió Biología Molecular en Londres.

“En la vida profesional se van poniendo retos y la inteligencia es la que nos permite superarlos. Una de las dificultades que tuve que enfrentar muy temprano fue no hablar un segundo idioma, que después tuve que aprender. También el enfrentarme a que la genética era una disciplina muy nueva en la ciudad, que la gente no conocía en qué consistía, ni entendía para qué servía”, menciona.

En este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, el mensaje que quiere dejar es que sigan adelante, que los sueños se convierten en realidad y la realidad se vive como un sueño.

“Este es un camino que vale la pena vivir, ninguno es fácil, se van a encontrar con retos, pero ahí está la esencia de la felicidad. El camino de la investigación está lleno de satisfacciones, trabajar en el laboratorio se convierte en una de las cosas más gratificantes, este es un campo apasionante y que no tiene límites”.

Liliana Calderón Benavides es ingeniera de sistemas graduada de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Unab, tiene una maestría en Ciencias Computacionales de Instituto Tecnológico Y De Estudios Superiores De Monterrey y es doctora en Informática y Comunicación Digital de la Universidad Pompeu Fabra.

Calderón contó a Vanguardia que eligió una carrera enfocada en tecnología porque desde joven se le facilitaba más las áreas Steam y cuando pudo decidir su profesión no lo dudó.

“Era el ámbito natural para desenvolverme y potenciar estas habilidades y gustos que adquiría. Luego conocí la investigación y me pareció maravillosa. Me puse como meta tener la posibilidad de compartir el resultado de mi trabajo y me propuse tener un doctorado”, afirmó Calderón Benavides.

Sobre la paridad de género en su profesión, la doctora asegura que, aunque han podido fortalecer la vinculación de las mujeres en la ingeniería de sistemas, sigue siendo un tema más de hombres.

“Se ha tenido siempre la concepción de que los hombres son los que más generan nuevo conocimiento, que son los que marcan la pauta en los temas Stem. Pero con muchas de las cosas que he logrado en mi vida profesional siento que he sido pionera. Cuando uno tiene visión y trabaja por hacerla realidad va dejando a un lado esos posibles obstáculos”.

Con la pandemia, aseguró la ingeniera, se ha podido perder un poco de terreno ganado por las mujeres en el campo laboral. “Las mujeres seguimos siendo profesionales, pero preparando almuerzos, cuidando de la familia, versus los hombres que sí se encierran en su oficina. Y la pérdida del empleo afectó aún más a la mujer”.

Actualmente, esta santandereana se desempeña como docente de la facultad de ingeniería de la Unab, dirige el grupo de investigación en Tecnologías de Investigación, lidera la estrategia institucional sobre el uso de ciencia de datos y coordino la línea de investigación en informática del doctorado en ingeniería.

“Históricamente nunca hemos tenido un momento tan adecuado para demostrar las capacidades que tenemos las mujeres, que tenemos tanto potencial y valor como el que tiene los hombres. No se trata de cuestión de competencias, se trata de que nosotras mismas reconozcamos nuestro potencial. Muchas veces la sociedad nos ha marcado como las que vamos detrás del hombre. Sueñen, pero pónganle acción, porque un sueño sin acción se convierte en frustración”, enfatizó la doctora.

Marianny Yajaira Combariza Montañez es Química y magíster egresada de la Universidad Industrial de Santander, UIS, además realizó un doctorado y postdoctorado en la Universidad de Massachusetts, en Estados Unidos, en Química Analítica. En la actualidad se dedica a la docencia y a la investigación en la UIS.

Desde que recuerda, su pasión siempre fueron las ciencias. Asegura que sus clases favoritas eran química, biología y física. “Es una atracción que he tenido desde siempre”, señala.

Ese amor por su trabajo y por el campo de la ciencia y la investigación la ha llevado a conquistar grandes logros. Es investigadora senior de Colciencias, integra los paneles editoriales de algunas revistas que hacen parte del ‘American Clinical Society’ y pertenece a varias y reconocidas organizaciones internacionales dedicadas al mundo del saber.

“Mi corazón está en la investigación. Hacer investigación me lleva a enseñar lo que hago en mi trabajo y a motivar a otros a seguir por este camino”, dijo.

Pese a que investigar constantemente es lo que la mueve, Marianny reconoce que dentro de su trabajo hay dificultades, una de ellas la falta de recursos.

“Hacer ciencia está amarrado a la necesidad de tener una infraestructura científica robusta en el sitio de trabajo. Esto requiere que las administraciones, por ejemplo, de las universidades, sean conscientes de que para hacer ciencia se necesita inversión. Muchas veces uno como investigador tiene que buscar esos recursos y la energía que uno gasta en ese proceso en muchos casos se saca a expensas de sacrificar la vida familiar o personal”, relató.

Con todos los retos por afrontar, les envió un mensaje a las futuras generaciones de científicas.

“En ciencia no hay diferencia, lo que importa es el amor que le tenga uno a lo que hace, la disciplina es fundamental, no importa quien sea la persona que se entusiasme por la ciencia hay que ser curioso y organizado”.

Liliana Torcoroma García, bacterióloga de la UIS, magister en genética y evolución y doctora en Ciencias Biológicas de la Universidad Federal de San Carlos, eligió una carrera en la ciencia porque se interesó en la química y los microorganismos.

“Estaba enfocada en esos temas. La bacteriología combina la función científica con la salud. Creo que mis estudios son herramientas para discernir los mecanismos por los cuales acontecen las enfermedades”, dijo García.

Para la doctora, uno de los desafíos más duros de superar son las bajas inversiones para ciencia y tecnología en Colombia. “Las mujeres además tenemos que luchar contra estereotipos que no están completamente trasparentes. Tenemos mayor rol en la vida doméstica y eso representa un desafío que no podemos negar”.

García, directora del doctorado y la maestría de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Santander, Udes, explicó que lo primero que deben tener en cuenta las niñas y jóvenes que quieren estudiar en áreas Stem es fortaleza y perseverancia.

“Muchas veces los estereotipos son autoimpuestos. Muchas de nuestras trabas no son externas sino auto impuestos. No va a ser fácil, pero es posible. Todavía falta mucha presencia femenina para que haya equidad, sobre todo en puestos de mando en cargos de dirección”, comentó la investigadora.

María Isabel Criales, caleña de nacimiento y santandereana por adopción, cumplió su sueño de llegar a la Antártida trabajando en la Universidad Industrial de Santander, UIS.

En diciembre de 2019 se convirtió en la única representante de la UIS en viajar a la Antártida, como integrante del selecto equipo de científicos que participaron en la VI Expedición Científica de Colombia al continente blanco.

Su sueño de ser Bióloga Marina lo empezó a forjar en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, luego hizo una maestría en Biología Marina en la Universidad Nacional y un Doctorado en Ciencias Naturales con especialidad en Plancton en la universidad de Bremen en Alemania.

“Desde que estaba en bachillerato fue mi gran pasión y sigue siéndolo. Me gusta mucho el mar, la vida allí, los ecosistemas... De adolescente mi hermano me llevaba a bucear, siempre tuve ese incentivo de la vida marina en mi casa”, relata.

Hoy, cuando cumplió su sueño y dedica su tiempo a la vida del mar reconoce que lo más difícil ha sido enfrentarse al mundo laboral.

“A veces no hay las suficientes oportunidades que uno quisiera, sin embargo, he contado con mucha suerte, siempre he sido muy dedicada en mi trabajo y en mis estudios y eso me ha permitido abrir las puertas de muchas cosas”, menciona.

A pesar de las dificultades, el mensaje que deja en las niñas que hoy se visualizan como científicas, sin importar el área, es que siempre busquen sus sueños.

“Una mujer feliz hace una vida feliz. En ciencia uno debe tratar de dedicarse a lo que le gusta, esto es pasión. Hay que hacer muchos sacrificios y estudiar con dedicación para lograr lo que quieren sin importar el área. Identifiquen eso que los apasiona y háganlo con cariño”.

El amor por la química llegó temprano a la vida de Johana Flórez Castillo. Esta química y doctora en química de la UIS, eligió su profesión porque le permitió entender muchos procesos naturales y a valorar cuál es el sentido real de la vida.

“A medida que transcurría mi carrera me fui apasionando al entender como la química domina todas las áreas de nuestra vida”, explicó.

Este camino, la llevó a ser elegida como una de las 25 científicas emergentes de Latinoamérica, galardonadas por la empresa 3M (multinacional encargada de investigar, desarrollar, manufacturar y comercializar tecnologías diversificadas).

“Lo difícil es que nosotras mismas nos ponemos unos estándares muy altos. Queremos ser la mejor profesional, la mejor mamá, la mejor esposa, la mejor persona y a veces es agotar. Tratar de distribuir nuestro tiempo en lograr todas esas facetas es agotador”, dijo.

Esta doctora en química es docente investigadora de la Udes y tienen entre sus campos de interés la Nanotecnología y biomateriales, la preparación de biomateriales y los sistemas de inmovilización.

Por: Daniela Puentes Rueda, Claudia Isabel Delgado

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Publicado por Redacción Vanguardia

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