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Bucaramanga
Miércoles 01 de abril de 2020 - 12:00 PM

Ni en confinamiento se respira un mejor aire en Bucaramanga

Los incendios forestales y las quemas de biomasa serían los responsables de que persista la mala calidad del aire, aunque en la ciudad se haya disminuido la emisión de gases contaminantes producida por vehículos.

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El ingeniero Luis Alberto Morales recomienda a la gente no exponerse mientras ocurre este fenómeno. Es decir, las personas no deberían hacer actividad física intensa muy temprano en la mañana, ni en la noche donde baja la capa de mezclas, porque son franjas en la que hay un pico de concentración. (Foto: Marco Valencia  / VANGUARDIA)
El ingeniero Luis Alberto Morales recomienda a la gente no exponerse mientras ocurre este fenómeno. Es decir, las personas no deberían hacer actividad física intensa muy temprano en la mañana, ni en la noche donde baja la capa de mezclas, porque son franjas en la que hay un pico de concentración. (Foto: Marco Valencia / VANGUARDIA)

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El ingeniero Luis Alberto Morales recomienda a la gente no exponerse mientras ocurre este fenómeno. Es decir, las personas no deberían hacer actividad física intensa muy temprano en la mañana, ni en la noche donde baja la capa de mezclas, porque son franjas en la que hay un pico de concentración. (Foto: Marco Valencia / VANGUARDIA)

En temas ambientales, marzo ha sido un mes difícil para la región. Los peores niveles de contaminación atmosférica se sostuvieron durante los 31 días corridos. Y aunque las autoridades locales intentaron establecer medidas, la contingencia se tuvo que cambiar para atender la llegada de un virus altamente contagioso.

Según el Área Metropolitana de Bucaramanga, AMB, entidad que efectúa los monitoreos diarios, durante el 45,8% del tiempo evaluado, la calidad del aire en Floridablanca, Girón y, por supuesto, la capital santandereana, se mantuvo en índice rojo, lo que significa que las concentraciones de material particulado PM 2,5 fueron tan altas que el aire que se respiró fue dañino para la salud. Durante el otro 40,6% del tiempo, el índice fue naranja, es decir rango dañino para la salud de grupos sensibles, entiéndase esto como mujeres embarazadas, niños y adultos mayores.

El 10,3% restante muestra un índice amarillo, el cual hace referencia a un rango moderado que, pese a no revelar ninguna afectación a la salud de la población, sí advierte que hay una elevación en la polución de la ciudad.

El 3,2% pendiente en el balance estadístico no tiene ninguna característica. La entidad aclaró que corresponde a los cinco días en que la estación de Ciudadela Real de Minas no pudo arrojar ningún resultado por encontrarse en mantenimiento.

Mejoramiento paulatino

Iván Vargas, director del AMB, explicó el comportamiento de la calidad del aire durante el mes pasado fue preocupante. “Se debe a un factor meteorológico desfavorable que se presenta cada año, causado por una inversión térmica. Lastimosamente en este 2020 transcurrió con muchísima más fuerza, también hay otro factor que agrava el problema y son los incendios en el país y en la Orinoquia venezolana”.

No obstante, espera que después del 15 de abril ya esté subsanada esta situación, sin dejar de reconocer que es difícil predecir cuándo volveremos a tener una mejor calidad del aire. “Esperemos que se dé dentro de poco tiempo porque ya llevamos tres noches con lluvia y si siguen las precipitaciones lograremos bajar los índices. Nos ayuda también que la circulación de carros se haya reducido en la ciudad”.

Si bien, hasta el Ideam ha advertido que con el ingreso de lluvias, nubosidad y humedad podría terminar este episodio, en los siguientes días, hay quienes advierten que seguiremos sin tener un buen respiro. El descenso en las partículas nocivas será paulatino.

Voz del experto

Vanguardia habló con el ingeniero Luis Alberto Morales, exsubdirector ambiental del AMB, quien tiene un amplio conocimiento en la materia, teniendo en cuenta que muchas personas se cuestionan por qué si un gran porcentaje de los vehículos dejaron de circular por las medidas restrictivas para evitar la propagación del COVID-19 cada día desmejora la calidad del aire.

Morales respondió que si bien desde el 21 de marzo, en la ciudad, bajaron significativamente las fluctuaciones en gases, asociadas a emisiones de vehículos, hay factores externos que impactan como la bruma y fuegos activos.

Lo anterior quiere decir que los niveles de contaminación se mantienen altos por una contribución muy significativa de material particulado, derivado de quemas de biomasa, que se están generando en forma regional tanto en el norte del país como en toda la zona de Venezuela, asimismo incendios en el noroeste de Bucaramanga.

“Hay un sinnúmero de eventos que confluyen. El hecho de que esté la transición de la época seca a humedad también genera unos fenómenos meteorológicos, que en algunos casos dificultan la dispersión de contaminantes, a veces se presentan fuertes vientos que arrastran la contaminación desde el norte de Colombia, desde la Orinoquia Venezolana hasta ciertos sitios y se estanca. Las ciudades que están en medio de valles concentran aún más los contaminantes, porque la dinámica de dispersión es más compleja, hace que no se diluya el aire, entonces las concentraciones incrementan”, acotó.

Considera que la solución no será precisamente la aparición de lluvias en Bucaramanga, sino en todo el territorio nacional. Los fenómenos de calidad del aire son de muy corta duración y se afectan rápidamente.

Es decir, cuando hay eventos como estos y empieza a llover, la contaminación residual va desapareciendo. Transcurrida una semana, desde el inicio de lluvias, por ejemplo, la calidad del aire ya empezaría a mejorar.

“Claro está que debe también llover donde están los incendios, porque que si llueve en Bucaramanga el aire se limpia y en dos horas vuelve a estar contaminado. Lo importante es que empiece a llover en la parte norte del país y en la Orinoquia para que se apaguen los incendios”, subrayó el ingeniero.

Concluyó con que este no es un problema simple de resolver y que las medidas transitorias como un pico y placa ambiental lo que evitará es que las condiciones sean más críticas.

¿Qué pasa en Cúcuta?

Durante la última semana de marzo, los habitantes de Cúcuta enfrentan una emergencia ambiental, debido a incendios que se han presentado en zona fronteriza con Venezuela.

Según expertos, todo el material particulado generado por estas deflagraciones ha sido arrastrado hacia el territorio colombiano conllevando a que no se logre una leve mejoría en la calidad del aire tanto en esta ciudad como en otras regiones del país.

Frente al tema, el Ministerio de Ambiente y el Ministerio de Relaciones Exteriores señalaron, a través de un comunicado oficial, que hasta el pasado 27 de marzo, fueron advertidos por la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental, la Gobernación de Norte de Santander y la Alcaldía de Cúcuta sobre las quemas en Venezuela, más específicamente en la región de Ureña, que presuntamente estarían afectando la calidad del aire de Cúcuta.

Desde ese momento, dice el documento, se han realizado todas las acciones pertinentes, Incluso, se le solicitó a la Gobernación del Estado de Táchira realizar una visita técnica a la zona del vertedero de basuras de Pedro María Ureña. El informe confirma la realización de quemas en ese sitio, aunque que para ese momento ya estaban controladas.

Pero como los altos niveles de contaminación en la capital de Norte de Santander continuaron afectando, asimismo, a gran parte del territorio nacional, el Gobierno Nacional emitió una nueva solicitud para llevar a cabo una otra visita técnica a la zona, con autoridades colombianas y venezolanas. El objetivo es verificar las condiciones y si es necesario prestar el apoyo requerido para la mitigación del impacto contaminante de cualquier actividad evidenciada en el terreno.

No obstante, se le solicitó apoyo de la Organización Panamericana de la Salud para que, por su conducto, se transmita a Venezuela la grave preocupación que genera el deterioro de la calidad del aire en Cúcuta y su potencial impacto sobre la salud pública y en especial, por la amenaza planteada por la pandemia del COVID-19.

DATO: 1.080 incendios se presentaron entre el 1 de enero y el 30 de marzo, en el país, según la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo. La mayoría ocurrieron en Cundinamarca, Boyacá, Meta, Antioquia, Huila, Casanare, Santander y Tolima.

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Publicado por Ingrid Paola Albis Pérez

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