En el último mes del año, la calidad del aire en el área metropolitana de Bucaramanga tuvo un deterioro frente a los meses anteriores. En las mediciones hechas por la autoridad ambiental, pasó de “bueno” a “aceptable”. Si bien para las autoridades esta no es una señal de alarma, pues se encuentra dentro de los parámetros de la norma vigente, sí hay un factor que podría ser determinante para esta modificación: la quema de pólvora.
Según el reporte de la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, Cdmb, desde el 17 hasta el 28 de diciembre de 2022 la calidad del aire fue “aceptable” en las tres estaciones de monitoreo que tuvo habilitadas esa corporación.
Fueron doce días consecutivos en los que el registro señaló un aumento en la cantidad de material particulado PM 2.5 captado por las estaciones de monitoreo. Esas partículas de pequeño tamaño pueden ingresar al cuerpo humano y, dependiendo de factores como exposición y cantidad, causar distintas enfermedades.
Esa denominación de ‘aceptable’, dice la Cdmb, no representa un riesgo crítico, según la resolución 2254 de 2017 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible; aunque ya se refiere a “posibles síntomas respiratorios en grupos poblacionales sensibles”.
Por otra parte, Jairo Puente Bruges, ingeniero químico y docente universitario de química ambiental, considera que es necesario elevar la discusión sobre la calidad del aire en la ciudad.
Propone que existan mayores redes de monitoreo, se preste mayor atención a las restricciones de fuentes contaminantes y se revise la cantidad de espacios verdes por habitante (parques, bosques, árboles, etc.).
En sus palabras, la calidad del aire en algunos sectores de la ciudad “no es buena” y las normas nacionales son “laxas”.
¿Qué pasó en diciembre?
Para Leonel Enrique Herrera Roa, subdirector de Ordenamiento y Planificación Integral del Territorio de la Cdmb, hay varios argumentos que permiten concluir que la quema de fuegos artificiales en la temporada de festividades sería el factor principal en la variación de la calidad del aire. Para empezar, a finales de noviembre y los primeros días del 2023, cuando ya bajó el uso de la pólvora, el indicador se mantuvo en su condición de “buena”.
Además, en los reportes y seguimientos diarios que hace la corporación se empezó a evidenciar que el cambio en la calidad del aire se hizo visible desde la semana del 5 de diciembre. Desde esa fecha se presentaron algunos incrementos en ese registro de vigilancia.
Para ejemplificar, el funcionario de la autoridad ambiental, señaló uno de los reportes durante el ‘Día de las Velitas’.
“El 7 de diciembre, la estación Gaitán (centro de Bucaramanga) registró entre 4 y 8 microgramos por metro cúbico de PM 2.5. Llegadas las 10:00 p.m., esa concentración se elevó a 32; es abrupta esa concentración y se mantuvo hasta horas de la madrugada del otro día”, dijo Herrera Roa a Vanguardia, quien añadió que ese patrón se repitió durante los demás días de celebración de diciembre en las tres estaciones que operaron.
“Todo apunta a que se debe al uso de los fuegos artificiales empleados durante el mes de diciembre. Tenemos como soporte, además, un proyecto de investigación con la Universidad Pontificia Bolivariana (realizado entre 2015 y 2016), que permite evidenciar en la toma de muestras en los niveles de contaminación, la identificación de metales pesados provenientes de la pólvora”, agregó el funcionario.
Adicionalmente, según Herrera Roa, en el mes de diciembre no existieron reportes de fenómenos climáticos o incendios que hayan podido incidir directamente en la calidad del aire de la ciudad, hechos que sí ocurrieron en los meses de agosto y septiembre de 2022, en los que también se presentaron días con calidad ‘aceptable’.
“Hace falta información”
Jairo Puente Bruges, quien además es columnista de este medio, advierte dentro de sus consideraciones que es necesario que la ciudad cuente con más estaciones de monitoreo en la calidad del aire y que, de esta forma, haya una “mayor” información para conocer el estado del aire que respiran los ciudadanos.
El crecimiento del parque automotor en el área metropolitana, los puntos de contaminación por residuos sólidos y la deforestación de zonas verdes son apenas algunas de las razones por las que considera Puente Bruges no se puede hablar de una calidad idónea en algunos sitios de la ciudad.
“La normatividad colombiana es laxa en temas de calidad del aire, si se compara con otros países. A pesar de esto, hay algunos lugares en los que no se cumple (la norma mínima)”, dijo Puente Bruges, quien además coincidió en que “la pólvora también aumenta la contaminación del aire en todos los sitios”
La calidad durante los últimos meses
Durante el último semestre del año anterior, la calidad del aire en el área metropolitana de Bucaramanga osciló entre “buena” y “aceptable”, con mayor porcentaje en el primer indicador, según Herrera Roa.
Se espera que el reporte anual del año anterior sea entregado a principios del próximo mes de febrero.
No obstante, de acuerdo con los reportes de la autoridad ambiental, durante el año pasado no se registraron días en los que la calidad del aire haya superado la cantidad máxima de PM 2.5 que establece la resolución mencionada.