De acuerdo con los resultados del diagnóstico del Índice de Progreso de la Juventud, la pandemia del COVID-19 lesionó aún más las pocas oportunidades que se les brindan a los jóvenes, tanto en Bucaramanga con en las demás ciudades del país.
Con 70,5 puntos, Bucaramanga es séptima en el Índice de Progreso de la Juventud, el cual compara nuestro municipio con las principales ciudades de Colombia. Y en tal radiografía, queda claro que la falta de oportunidades sigue siendo el principal obstáculo que encuentra esta población para alcanzar un mejor bienestar y calidad de vida.
De hecho, el más reciente balance de este Índice concluyó que el progreso juvenil de los bumangueses cayó 1,5 entre 2020 y 2021, viéndose afectada su tendencia de crecimiento anual por la llegada del COVID-19 a la ciudad.
Los bumangueses son superados en su orden por los jóvenes de Manizales, con 80,4 puntos; les siguen los de Montería, con 73,5; Medellín, con 73; Ibagué, con 71,1; Pereira, con 70,8; y Bogotá, también con 70,8.
Los resultados aparecen consignados en el análisis que hizo la Red de Ciudades Cómo Vamos, que evaluó los retos y las barreras que enfrentan las ciudades para garantizar el bienestar de los jóvenes. (Ver tabla)
Hablan los expertos
De acuerdo con Daniel Uribe Parra, director Ejecutivo de la Fundación Corona, entidad que auspicia el informe, “el Índice encontró que las ciudades con mejor crecimiento económico no son las que cuentan con los mejores niveles de progreso social para la juventud, entre ellas la capital santandereana”.
El análisis evidenció la existencia de desigualdades en el bienestar de la población joven entre las 15 ciudades estudiadas.
Para Diego Maldonado, director de la Red de Ciudades Cómo Vamos, “las implicaciones de los retrocesos en el progreso juvenil giran entorno a la inestabilidad que puede ocasionar un futuro con jóvenes que no estarían alcanzando su pleno potencial; es por esto que las ciudades que garantizaron a sus jóvenes las condiciones mínimas de supervivencia y las bases para mejorar y mantener su calidad de vida, ahora se preocupan por mejorar las condiciones para que los jóvenes logren alcanzar su pleno potencial”.
“Este Índice también concluyó que la desigualdad entre los jóvenes viene en aumento y que es la dimensión de ‘Oportunidades’ la más afectada por la pandemia, tanto en puntaje como en brecha”, añadió.
Advirtió que es probable que los impactos de la pandemia se sigan reflejando en los próximos años en las Necesidades Humanas Básicas y Fundamentos de Bienestar.
Por su parte, Diana Dajer, gerente de Participación Ciudadana, agregó que “este Índice muestra una amplia brecha entre las ciudades con mayores y menores puntajes, reflejando una alarmante y creciente desigualdad en el progreso social de la juventud por ciudades”.
Según ella, “esto debe ser tenido en cuenta con mucha atención, puesto que existen mayores brechas en sus garantías mínimas de supervivencia, en las bases que les permiten mejorar o mantener su calidad de vida y en las oportunidades que les permiten alcanzar su pleno potencial”.
“Por cuenta de lo anterior, el diseño de políticas públicas deberá procurar atender las realidades de cada territorio, focalizando aquellos lugares donde el progreso social se encuentra especialmente rezagado”, agregó.
