El abandono del Centro Cultural y Recreativo de La Cumbre se ha convertido en una de las quejas más constantes en la Comuna 8 de Floridablanca.
La comunidad de esta zona advierte que el sitio es hoy un foco de proliferación de mosquitos y malos olores, también es un basurero. De hecho, por entre las rejas y huecos de sus deteriorados muros se puede observar el verdor insalubre del agua y la lama que le salieron a los pisos de las dos piscinas por su prolongado desuso.
En ese sentido, le exigen al Gobierno municipal que se desocupen las piscinas y se efectúen las intervenciones respectivas, no solo de mantenimiento, sino en la estructura, que permita poner al servicio este lugar que desde enero de 2016 quedó cerrado, ante el inminente riesgo de colapso. Después de seis años, sigue siendo incierta su reapertura.

El Centro Cultural y Recreativo de La Cumbre es un bien público, cuyo costo ascendió a los $3.532 millones. El 14 de julio de 2010 se suscribió el contrato para desarrollar la obra que pretendía beneficiar a unas 80 mil personas con áreas para el sano esparcimiento.
Angie Perilla, habitante del barrio La Cumbre, expresó que “el centro lleva seis años cerrado y no se puede utilizar porque en cualquier momento colapsa. En la parte de atrás, donde se encuentran las piscinas, se cayó un techo. La cantidad de zancudos es insoportable, no sé qué pasa allí, pero tiene un fétido olor, además es tal el abandono que ya lo convirtieron en un botadero de basura y escombros”.
Perilla recordó que no habían pasado seis meses desde que se inauguró, cuando se tuvo que impedir el acceso de las personas para evitar que ocurriera una emergencia o una tragedia, en el peor de los casos.
“Actualmente solo funciona allí la Registraduría y el Punto Vive Digital y hay una persona encargada de vigilar estos dos espacios y ya, el resto del lugar está a la deriva. Le han quitado rejas, ladrillos, ventanas. Pedimos al Municipio que nos colabore con el mantenimiento del lugar porque el criadero de zancudos se está prestando para la proliferación de enfermedades y ese olor a fétido se volvió insoportable. A pocos metros hay viviendas”, acotó.
Entre tanto, Francisco Valbuena, dirigente comunal de La Cumbre, le dijo a una comisión de la Personería de Floridablanca que visitó el lugar, que “este escenario, que debía traernos diversión y alegría a la comunidad, se convirtió en el principal criadero de zancudos, con las consecuencias que ello implica, porque todos los vecinos quedamos expuestos a contraer dengue”.
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En control político
En la mañana del lunes, precisamente, el Concejo de Floridablanca citó a debate de control político a la Secretaría de Infraestructura Municipal y a la Oficina de Contratación, para hablar sobre este tema.
Desde la Oficina de Contratación de la Alcaldía de Floridablanca se comunicó que actualmente se lleva a cabo un procedimiento de incumplimiento, con base en el artículo 86 de la Ley 1474 de 2011, respecto de los siniestros acaecidos en la obra.
Sin embargo, hay dos inquietudes que están relacionadas con situaciones que ocurrieron durante la ejecución del contrato de obra.
Una de esas es que el contrato inició su ejecución el 8 de octubre de 2010 y la licencia de construcción que aparece dentro del expediente contractual tiene fecha del 29 de julio de 2011. Además, los planos de obra fueron aprobados el 8 de agosto de 2011.
Otra duda es que la interventoría fue contratada el 30 de diciembre de 2010, con fecha de inicio el 15 de marzo de 2011.
Asimismo, el 28 de marzo de 2011, la Gobernación de Santander suspende el convenio interadministrativo por la carencia de la licencia de construcción.
El 20 de junio de 2012, la interventoría deja constancia de las falencias por parte del supervisor de la Alcaldía.
“Lo que nos preocupa desde la Oficina de Contratación es que fue de conocimiento de los supervisores y demás funcionarios de la Administración todas las inconsistencias y actuaciones contrarias al adecuado trámite contractual”, expresó Cynthia Martínez Cornejo, jefe de la mencionada oficina.
El otro motivo por el que la Oficina de Contratación no ha podido determinar la responsabilidad del contratista, dijo Martínez Cornejo en el Concejo, es por el menoscabo del debido proceso en el procedimiento del incumplimiento del contrato.
La funcionaria subrayó que el 2 de abril de 2018 se contrató una consultoría por $50 millones, pero los resultados no permiten identificar cuál es el daño emergente estimado como resultado de las variaciones del diseño, un aspecto fundamental para fijar en qué porcentaje o en qué medida sería responsable el contratista.
de agosto de 2022 se realizará el Comité de Obras Inconclusas. Este analizará si hay lugar para apropiar las disponibilidades de recursos para la intervención física de terminación o de demolición del Centro Cultural y Recreativo de La Cumbre.
Frente a las garantías, aclaró que la de estabilidad de la obra fue constituida por cinco años, contados desde el acta de entrega de la obra, por lo que su vigencia finalizó el 24 de septiembre de 2018. Por su parte, la de responsabilidad civil extracontractual venció el 8 de febrero de 2013.
“Actualmente la Oficina de Contratación se encuentra la espera de poder contar con todos los soportes, conclusiones, conceptos, fundamentos técnicos detallados, claros y completos para una adecuada deliberación del procedimiento, con el fin de proferir el acto administrativo que permita declarar el siniestro del incumplimiento”, acotó la funcionaria.
Cabe destacar que la Secretaría de Infraestructura Municipal presentó unos estudios previos para contratar una nueva consultoría, pero el proyecto fue devuelto por unos ajustes. La Oficina de Contratación consideró que es necesario saber el porcentaje de la obra que se puede rescatar o cuánto se requiere para que quede funcional.
Fernando Mier, secretario de Infraestructura, dejó claro que se han realizado actividades de limpieza, pero no se pueden desocupar las piscinas por aspectos estructurales.
