El ‘revolcón’ que vive desde hace una semana la carrera 15, con la entrada de las rutas convencionales de buses y de los taxis, ha hecho más frenético el paso por esta avenida.
Tanto de día como de noche, el flujo vehicular se ha visto atestado de vehículos, más de los que a diario se veían. Las imágenes que se aprecian dan cuenta del retorno de los otroras trancones que se registraban en este punto de la ciudad en un pasado reciente.
Como se recordará, desde el pasado 24 de noviembre, quince rutas sufrieron modificaciones como consecuencia del Plan de Manejo de Tráfico; y en los ajustes se les permitió el paso de ellas por este corredor vehicular.
Todo hace parte del plan de contingencia vial diseñado para el inicio de las obras del Plan de Revitalización del Espacio Público.
Pese a las buenas intenciones de las modificaciones, las largas filas de buses, tanto del Metrolínea como de las rutas convencionales y de los taxis, volvieron a ser ‘el pan diario’ de los bumangueses. Total: la congestión vehicular hace ebullición en esta avenida ‘hasta más no poder’.
Los comerciantes del sector denunciaron que, tras la puesta en marcha de este nuevo plan de movilidad, los ‘mototaxis’ se multiplicaron: “Antes se impedía el paso de las motocicletas por la carrera 15, ahora todas ellas transitan por este tramo vehicular ‘como abejas al panal’. Lo peor es que no se ven los alféreces impartiendo el orden”, dijo Juan Eduardo Gómez, dueño de uno de los negocios de esa zona.
Él instó a la Dirección de Tránsito de Bucaramanga a redoblar las cuadrillas de agentes viales que estaban en ese tramo vehicular, antes de la entrada en vigencia de la redistribución de las rutas: “Los alféreces deben ponerles freno a los conductores ilegales”.
Los otros ‘lunares’
Los problemas de la carrera 15 no solo se detectan en la movilidad: la invasión del espacio público, el microtráfico, los asaltos callejeros, los asesinatos, la prostitución y, en general, los episodios de inseguridad se apoderaron de este céntrico lugar.
De hecho, el mayor número de delitos que ocurren en la capital santandereana se cometen en El Centro y es la carrera 15 una de las zonas más neurálgicas.
El panorama es desalentador tanto en las jornadas diurnas como en las nocturnas.
Vanguardia recorrió la vía y encontró que, de día, las ventas ambulantes no dejan pasar a la gente, además el ruido es insoportable con los pitos, los megáfonos a todo volumen, las algarabías y las peleas callejeras.
De noche, el panorama es peor, pues un muladar de basura sale a flote. Además, los habitantes de calle improvisan sus dormitorios en las aceras y la prostitución se aposta en las esquinas. En general, una improvisada zona roja ‘resplandece’ en la vía.
Son de los dos tiempos que vive la carrera 15, una zona que está a la deriva y en donde el desorden ‘campea’.
Lo que más sorprende de la carrera 15, considera como la ‘espina dorsal’ de Bucaramanga, es que a pesar de ser un punto clave para el desarrollo y el trabajo de los bumangueses, hoy es el lugar que menos identidad tiene.