No están muy claras las cuentas, en el área metropolitana de Bucaramanga, del registro de actividades ilícitas donde se utilicen sustancias tóxicas, como la escopolamina.
De hecho, las autoridades poco o nada se refieren al tema justificando que en esta zona del país no es tan frecuente su uso. Sin embargo, cada vez que se da a conocer un caso públicamente, las alarmas entre la comunidad se prenden.
A principios del mes pasado, una empresa de transporte de Lebrija, a través de un comunicado, llamó la atención por dos casos de mujeres que habían sido víctimas de robo, a través de esta modalidad, que no es nueva, pero que resulta altamente peligrosa.
En cuentas largas, las autoridades creen que durante este año se han atendido por lo menos cuatro casos de víctimas de escopolamina entre los cuatro municipios del área. No obstante, estas cifras son muy variables, porque no todas las víctimas denuncian, no todas llegan a un hospital y no a todas las llegan al hospital el examen toxicológico le aclara la sustancia que le administraron.
Un ciudadano, por ejemplo, le contó a esta redacción que hace unos meses cuando se encontraba departiendo con un amigo en un bar de Floridablanca fue víctima de escopolamina. “Nosotros estábamos tomando, pagamos la cuenta y no recuerdo más. A mí me encontraron en un Estación de Servicio y me llevaron hasta mi casa. Mi amigo apareció unas horas después. Nos robaron y nos saquearon las cuentas. Yo no denuncié y a mi amigo le pusieron muchos problemas para ese trámite”.
Una mujer, por su parte, relató que su caso ocurrió cuando solicitó un servicio por plataforma. “Yo no denuncié, pero si conté mi caso a través de redes para advertir. Yo me monté al carro y sentí un olor muy fuerte, al sentirme mareada abrí la puerta del carro y me tiré. Busqué ayuda en una peluquería que fue lo primero que encontré”.
Sin duda, el uso de escopolamina para cometer actos delictivos es una de las tantas aristas que tiene el tema de inseguridad que, a propósito, sigue disparada. Por lo menos, en datos de Policía, la cifra de hurto a personas en territorio metropolitano ya supera los 3.000 casos denunciados. Siendo en los CAI de San Francisco, Centenario, Américas, San Pío, Inem, Concordia y Los Andes, donde más reportes se tienen.
Cabe destacar que dicha sustancia también se utiliza para cometer actos sexuales violentos y secuestros exprés, entre otros hechos.
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En voz de un experto
Juliana María Giraldo Villamil, jefe médico de la Unidad de Emergencia y Trauma del Hospital Internacional de Colombia, HIC, explicó que “la escopolamina es una sustancia que se utiliza con fines delictivos, en dosis muy altas, para inhibir el sistema nervioso. Esto quiere decir que se compromete el estado de alerta de la persona, por eso se ponen un poco somnolientas, sin respuesta adecuada a los estímulos”.
Giraldo Villamil comentó que, según un estudio que está a punto de publicarse y en el que ella participó, se ha evidenciado que la sustancia que más se está utilizando con fines delictivos son las benzodiacepinas. “La escopolamina la utilizan, pero mezclándola con las benzodiacepinas, a veces con cocaína o con cannabinoides, para administrarla de forma oral”.
La mezcla de escopolamina con benzodiacepinas, dijo la jefe médico, produce amnesia, por lo que la persona –por lo general- no tendrá una relato completo de lo que ocurrió. Esto quiere decir que la persona no se acordará de nada, aunque a veces pueden recordar fragmentos muy cortos y sin mayor detalle de los hechos.
Una vez se administra la sustancia, la carrera es a contrarreloj. Son muy pocos los casos donde las personas pueden ‘librarse’ de esta ‘trampa’ que en algunos casos puede resultar mortal. Los efectos dependen de la dosis que se administre.
Los efectos buscados por el agresor son amnesia anterógrada, sedación, efectos alucinógenos con desorientación temporal y espacial, y desinhibición.
Así se administra
La administración de la escopolamina puede ser en polvo, a través de un papel. “Cuando se inhala, en ese mismo instante, la persona pierde su estado de alertamiento y se pone como somnolienta. Ahí es cuando le entregan a la víctima una bebida donde han diluido la benzodiacepina, logrando la sumisión total, o sea la víctima hará todo lo que los delincuentes le digan”, aseveró.
horas, en promedio, es el tiempo de duración del efecto de la benzodiacepina en una dosis alta.
También es frecuente que se administre en bebidas alcohólicas, cuando las personas están de rumba. De hecho, una gran proporción de los casos ocurre en medio de estos espacios.
“Cuando ven que la persona está más o menos con efectos del alcohol, cometen el acto delictivo. Esto puede ser mortal porque el alcohol es una sustancia que puede producir alteración de la conciencia, taquicardia, somnolencia y vómito; si se mezcla con otra sustancia con escopolamina y benzodiacepinas podría potenciar el efecto del alcohol y las personas podrían fallecer”.
La explicación de esto último radica que las benzodiacepinas produce depresión del sistema nervioso central.
Las benzodiacepinas son medicamentos de control y para recetársela a un paciente, el médico debe diligenciar un formato especial. Hay instituciones médicas donde los únicos médicos que pueden recetar y firmar dicho documento son los psiquiatras y especialistas de dolor y cuidado paliativo.
Entre tanto, la escopolamina es de fácil adquisición porque es un alcaloide natural que se obtiene de la semilla del ‘borrachero’ o ‘cacao sabanero’.
Recomendaciones
-Si se siente mareado o somnoliento no reciba ninguna bebida. Grite o busque ayuda en algún establecimiento.
-Si está en una discoteca, bar o restaurante, asegúrese que el licor sea destapado y servido en la mesa.
-No reciba bebidas de personas que acaba de conocer.
-No descuide su bebida. Si se tiene que alejar de la mesa no deje la bebida servida.
-Los delincuentes que operan con sustancias facilitadoras de delitos (escopolamina, medicamentos hipnóticos y sedantes, entre otros) trabajan organizadamente y utilizan mujeres muy atractivas físicamente como anzuelo para llegar a las víctimas.
-Alerte a otros si se siente desorientado.
-No se confíe de la simpatía de desconocidos.
-Salga en compañía de personas de confianza y compártales su ubicación.
-Si llega a encontrarse con una persona desorientada llame a la Policía o busque la manera de llevarla a un centro asistencial.