Los bumangueses y demás vecinos del área metropolitana llevan más de 14 años padeciendo los desajustes, las pésimas frecuencias, la inseguridad, las erradas gestiones de los gobiernos de turno, los desbarajustes económicos y, en general, la mala planificación que ha tenido durante todo ese tiempo el Sistema Integrado del Transporte Masivo, Sitm.
Con estoicismo y casi que resignados, los pasajeros del servicio del transporte urbano han vivido molestias sin par, entre otras cosas, por la poca efectividad que tuvieron las rutas, los trazados, los diseños, los demás trayectos y las diferentes gerencias que han ‘timoneado’ al Metrolínea.
Las reuniones que se protocolizaron la semana pasada entre los acreedores del Sitm y del Ministerio del Transporte, al menos por ahora, no han sido suficientes para salvar al ente gestor del Metrolínea de una crítica situación económica por la que pasa, al deber 300 mil millones de pesos en demandas y fallos judiciales.
‘Crónica de una muerte anunciada’
Desde su puesta en marcha en Bucaramanga y el área, el Sistema Integrado de Transporte Masivo se vio ‘cara a cara’ con una serie de inconvenientes y desaciertos.
Hagamos memoria: el 22 de diciembre de 2009 fue el lanzamiento oficial del Sitm en Bucaramanga, cuya construcción se inició en el 2004 durante la gestión del entonces alcalde, Honorio Galvis Aguilar.
Desde aquella época, Metrolínea fue el blanco de críticas, además de afrontar una gran crisis financiera, situación que en la actualidad lo tiene ad portas de la liquidación del ente gestor.
Vale recordar que, desde hace tres años, la entidad que administra el sistema entró a la Ley 550 para resolver esta crisis; no obstante, a la fecha no se ha podido solucionar y sigue registrando bajas.
Los acreedores no aceptaron la propuesta del ente gestor que se basaba en pagar la deuda a un tiempo de 20 años con un plan de pagos, pero, este ajuste no fue recibido y el proceso se decretó desierto.
Se presume que hoy, de manera oficial, la Alcaldía de Bucaramanga, emitiría un comunicado en el que anunciaría cuál será el futuro del ente gestor.
Y aunque el Municipio dijo que el servicio de transporte local no se suspenderá, entre los usuarios hay mucho escepticismo.
Para Omar Alonso Ordóñez Anaya, ciudadano y usuario del Sitm, “las bajas frecuencias y la falta de mantenimiento no son causas, son consecuencias de lo que está sucediendo con el Metrolínea”.
A su juicio, “la causa principal fue la pésima planeación de las rutas. Desde el mismo momento en que se inició el funcionamiento del Sitm se evidenció el vacío en la movilidad. Para resumir, en el área metropolitana de Bucaramanga prácticamente bastaba con usar una sola ruta de bus urbano para ir a cualquier parte; con el sistema masivo esto cambió y consecuentemente se incrementó el transporte informal”.
El ‘Top 5’ de los lunares del Metrolínea
1.
Falta de mantenimiento: Los usuarios del Metrolínea siempre han denunciado que las condiciones de los vehículos ‘verdes’, al igual que las de las estaciones, no han sido para nada satisfactorias.
2.
Desacertadas gestiones de quienes han estado al frente del Metrolínea: Muchos gerentes y administraciones, así como fallidas estrategias, dieron al traste con la ‘conducción’ directiva del Metrolínea.
3.
Actos delincuenciales: A través de las cámaras del Sitm, a diario se evidenciaron los atracos, los abusos y en general las fechorías que se cometían al interior de los buses y de las estaciones.
4.
Transporte informal: Ya es común ver a los ‘mototaxis’ dejando o recogiendo pasajeros en una esquina. De hecho, las propias autoridades han identificado 156 ‘terminales satélites’ de este ilícito servicio de transporte.
5.
Poca cobertura y pocas frecuencias: Tras el lento servicio, las limitadas rutas y la escasa cobertura, los buses del Metrolínea se veían completamente atiborrados.
