Solamente por parte de Bucaramanga, existen 11 puntos con vertimientos de aguas residuales que contaminan al río de Oro. Compuestos altamente tóxicos, como fenoles y mercurio, han sido identificados en sus aguas por parte de las autoridades.
Expertos y autoridades han clasificado al Río de Oro como uno de los afluentes más contaminados en Santander. De la mano con la comunidad, Vanguardia recorrió su cauce y encontramos múltiples afectaciones que estarían ocasionando graves impactos negativos en la calidad de sus aguas. (Ver video en vanguardia.com)
Mientras los santandereanos reclamamos una pronta solución para la descontaminación de esta importante fuente hídrica del área metropolitana, el Río de Oro se “resiste a morir”, mientras se materializa la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales propuesta desde hace más de una década.
Estudios técnicos advierten que hay dos factores que inciden en la contaminación de este afluente: 1. La indebida disposición de todo tipo de residuos y sustancias tóxicas a lo largo de su cauce. 2. Los vertimientos que se realizan por parte del sistema de alcantarillado del área.
Comunidad y ambientalistas también señalan que las actividades del relleno sanitario El Carrasco igualmente inciden negativamente en las aguas que desembocan sobre el Río de Oro.
“Cambió de color y olor”
Mauricio Gómez Niño, presidente de la Fundación Centinelas del Planeta y habitante de Girón, indicó que el Río de Oro comenzó a perder la calidad de sus aguas “hace más de 30 años. Antes era el escenario en donde los residentes del área hacían sus paseos. Poco a poco comenzó a llenarse de aguas residuales a raíz de los barrios que se fueron conformando”.
“A través de los años notamos que, al igual que su olor, su color cambió, antes era transparente. Al Río de Oro llegan las aguas de la quebrada La Iglesia, que resulta afectada en momentos por El Carrasco. Tenemos conocimiento de que la Planta de Tratamiento de El Carrasco no tiene capacidad para tratar toda la cantidad de lixiviados generados en el relleno sanitario”, agregó Gómez Niño.
En el recorrido realizado observamos vertimientos de color verde que caen al afluente, concentración de espumas y de lodos, escombros y hasta muebles.
Las autoridades han encontrado sustancias altamente tóxicas para el ser humano como Cromo +6, Fenoles y Mercurio.
Rubén Anaya, miembro de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, Emab, informó que en la Planta de Tratamiento de Lixiviados de El Carrasco “se ha venido aplicando un sistema de tratamiento que da cumplimiento a la normatividad, la Resolución 0631, que establece los parámetros de evaluación para garantizar que los vertimientos que se realicen en las fuentes de agua superficiales no generen impacto negativo”.
Conforme con lo explicado, luego de su tratamiento, estas aguas se vierten a la quebrada El Carrasco, que desemboca en la quebrada La Iglesia, la cual desemboca en el Río de Oro.
Es preciso dejar en claro que no se han reportado problemas con los lixiviados en informes recientes de las autoridades sobre dicho relleno sanitario. No obstante, en 2014 la Procuraduría aseguró, tras una inspección, que El Carrasco estaría contaminando fuentes hídricas.
En el Río de Oro se han descubierto decenas de vertimientos ilegales, generados por negocios como talleres automotrices y viviendas irregulares ubicadas cerca de sus orillas.
“Cuando el vertimiento se genera a las corrientes naturales, nosotros trasladamos la evidencia a la autoridad ambiental para que realice lo pertinente. Cuando el vertimiento se genera a nuestro sistema, iniciamos una investigación muy minuciosa y detallada para identificar si es una conexión errada o clandestina. Si persiste, trasladamos el caso a la autoridad ambiental”, informó Mauricio Sarmiento, subgerente de alcantarillado de Empas.
Ambientalistas como Gómez Niño señalan que “el Río de Oro no está muerto, sí está muy contaminado, pero aún tiene vida. Se han visto peces e iguanas en sus alrededores, el río se resiste a morir”.
Gestión de autoridades
Leonel Herrera Roa, subdirector de Gestión de Ordenamiento y Planificación del Territorio de la Cdmb, indicó que “ya dimos el primer paso para la descontaminación de esta fuente hídrica, con la firma del convenio entre Cdmb y Empas para ejecutar estudios de prefactibilidad y diseños definitivos de la Ptar de Río de Oro”.
Esta Planta de Tratamiento de Aguas Residuales requiere una inversión inicial por alrededor de $11 mil millones, solamente para determinar detalles como qué tecnologías se emplearán y cuál será su costo total.
Édgar Olarte Lizarazo, miembro de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Alcaldía de Girón, resaltó que “con apoyo de la comunidad y autoridades se realizan jornadas de recuperación, limpieza, siembras y restauración, sin embargo, se debe trabajar más y contar con el apoyo articulado de los demás municipios”.
