Según las autoridades venezolanas, la encomienda iba con rumbo a Caracas.
En una encomienda procedente de Medellín, la Fuerza Pública de Venezuela detectó cocaína líquida camuflada en imitaciones de sombreros aguadeños.
El caso fue reportado el pasado 18 de mayo por la Unidad Regional de Inteligencia Antidrogas N°63, cuya base está en el aeropuerto Cacique Aramare, ubicado en el municipio de Atures, y el cual presta servicio a Puerto Ayacucho, la capital administrativa del departamento venezolano de Amazonas. Esta zona está ubicada en la frontera con Vichada, Colombia, separada por el río Orinoco.
Según la Unidad, 498 sombreros viajaban en tres cajas de cartón, las cuales también tenían cocaína líquida impregnada. De acuerdo con la prueba química realizada por los peritos, el alcaloide al parecer había sido inyectado en las alas de los sombreros.
La mercancía de 48,3 kilos salió de Medellín y su destino era Caracas, de acuerdo con el reporte oficial.
Sobre este tema se pronunció el general Domingo Hernández Lárez, jefe del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Ceofanb), asegurando en su cuenta de Twitter: “Venezuela no necesita sombreros colombianos impregnados de cocaína líquida, este es un pueblo digno y sin vicios, no seremos su ruta comercial”.
En su balance del caso, el general Hernández habló de 598 sombreros contaminados, 100 más que los reportados por la Unidad Antidrogas.
Perjuicios para un símbolo nacional
Frente a lo ocurrido, la Alcaldía de Aguadas, municipio del departamento de Caldas, rechazó que los narcotraficantes utilicen estos símbolos, aunque sean imitaciones, para sus negocios ilegales.
Edilson Bustamante Ospina, secretario de Educación, Cultura y Deportes de Aguadas, luego de observar las fotografías publicadas por la Unidad Antidrogas, indicó que los sombreros decomisados no son originales, ya que no fueron tejidos a mano, sino fabricados de manera industrial.
Recordó que los sombreros aguadeños son un símbolo patrio y cuentan con un sello de denominación de origen del Ministerio de Comercio. Que los narcos los hayan usado, así se trate de réplicas, “genera una repercusión grande, que va en contravía y enloda la tradición de un pueblo”.
La Administración local tiene un programa llamado “Somos artesanos”, que busca proteger a quienes tejen a mano, con palma de iraca, estos populares sombreros. “En Aguadas hubo una época en que había 5.000 tejedores, ahora solo quedan 600, todas mujeres, y estamos trabajando para que su labor sea mejor remunerada”, precisó el funcionario.
Añadió que, más allá de este caso, también hay fabricantes que se aprovechan del renombre de los sombreros aguadeños para comercializar prendas de este tipo, fabricadas con otros métodos.
Sobre este caso, que genera perjuicios para este símbolo nacional, la Fuerza Pública venezolana no reportó sospechosos capturados.
