Un ingeniero eléctrico bumangués pasará a la infausta historia del crimen organizado por ser el primer colombiano extraditable por tráfico de fentanilo, una droga que en Estados Unidos ha matado más adictos que la tradicional cocaína.
Se llama Dábinson Niño Meyer, tiene 33 años y su vida dio un vuelco en 2015, cuando llegó a la nación de los dólares en busca del sueño americano. Se radicó en el estado de Pennsylvania y en un principio se ganó el sustento en los típicos oficios de inmigrante: aseo de instalaciones y reparación de electrodomésticos.
Según la investigación de la DEA, Niño se habría involucrado con una red de distribución ilícita de fentanilo, un opioide sintético 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina.
En el mercado legal, esta sustancia se receta para tratar el dolor de pacientes de cáncer y otras agonías, pero en el bajo mundo se ofrece como estupefaciente, en dosis únicas o mezclas que a menudo resultan letales.
Fuentes cercanas al caso le contaron a El Colombiano que Niño regresó a Colombia en 2018, al parecer para evadir las investigaciones judiciales.
Llegó a su natal Bucaramanga y después se trasladó al municipio de Acacías (Meta), donde consiguió trabajo en la industria electrónica.
Mientras esto ocurría en nuestro país, en la Corte del Distrito Este de Pennsylvania avanzaba el expediente en su contra, que finalmente llevó a la expedición de una orden de arresto con su respectiva solicitud de extradición. La justicia estadounidense le formuló dos cargos por conspiración para distribuir fentanilo.
La epidemia
Las autoridades norteamericanos ya catalogaron el abuso de este narcótico como una epidemia, la cual azota a ese país hace cinco años.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en 2020 hubo 91.799 muertes por sobredosis de drogas, con una tasa de 28,3 decesos por cada 100.000 habitantes; un incremento con relación a 2019, cuando la tasa fue de 21,6 (70.630 muertos).
De las víctimas de 2020, 56.516 fallecieron por abuso de opioides sintéticos distintos a la metadona, como el fentanilo (en 2019 fueron 36.359). Para compararlo con otras drogas, 19.447 murieron por sobredosis de cocaína y 13.165 por heroína.
De acuerdo con un informe reciente de la DEA, el fentanilo suele traficarse en pastillas, mezclado con otras sustancias para potencializar el efecto narcótico; en muchos casos es combinado con oxicodona, otro medicamento para el dolor.
La situación es tan grave que durante 2021 se incautaron 20.000 pastillas que contenían mezclas ilícitas con fentanilo. Y en cuatro de cada diez de esas pastillas, la porción de este opioide era superior a 2 miligramos, lo que se considera una dosis letal.
La persecución
Con esos precedentes, las investigaciones contra los traficantes de fentanilo se convirtieron en una prioridad para las agencias de seguridad de EE.UU. Una vez salió el pedido de extradición, el año pasado, los delegados de la DEA y los policías de la Dirección Antinarcóticos comenzaron a rastrear los pasos de Niño Meyer.
La búsqueda inició en la capital santandereana, donde fuentes humanas les contaron que el extraditable se mantenía en una finca de Acacías.
Un grupo de uniformados viajó a la zona y este 22 de marzo logró darle captura, cuando se movilizaba en una camioneta por una carretera.
El director (e) de la Policía Antinarcóticos, coronel José Roa, declaró que “esta captura es de trascendencia internacional, por el peligro que representa esta persona, que con su actividad criminal afecta la salud de miles de ciudadanos en el mundo”.
Niño permanece en una celda policial, a la espera de su traslado al pabellón de extraditables de la cárcel La Picota.
