La semilla del idioma castellano la plantó en 1513 el español Ponce de León, oriundo de Valladolid, y ya ahora hay más hispanohablantes en EE.UU. que en España.
Estos son los términos que corren por la tradición oral de Santander, seguramente muchos ni siquiera fueron conocidos por Miguel de Cervantes Saavedra, pero han tomado tanto arraigo, que saltar de generación en generación no se ha vuelto tan ‘arrecho’.