Según las autoridades de Bucaramanga, “una familia estaría detrás del negocio de las fundaciones de rehabilitación”. Vanguardia habló con las personas que denunciaron las irregularidades.
Secretaría del Interior afirmó que muchos de estos lugares son fundaciones ‘fachadas’. En algunos casos hasta prohíben utilizar baños y las personas se ven obligadas a hacer sus necesidades fisiológicas en los pocillos donde les sirven la comida.