La imagen de HH 211 revela una salida de una protoestrella de Clase 0, un análogo infantil de nuestro Sol cuando no tenía más que unas pocas decenas de miles de años.
Utilizando ALMA un equipo científico detectó el campo magnético de una galaxia tan lejana que su luz ha tardado más de 11.000 millones de años en llegar a la Tierra.
Este sistema binario es el más extremo de su clase conocido hasta ahora en términos de temperatura, ya que según los investigadores tendría unos 2.000 grados más que la superficie del Sol.
Es probable que las rocas no sean trozos despedazados del diminuto asteroide causados por el impacto de DART, sino que estaban esparcidos por la superficie del asteroide.
“Con Webb, no solo podemos ver agujeros negros y galaxias a distancias extremas, ahora podemos comenzar a medirlos con precisión”, dicen los investigadores.