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deportes/ciclismo
Sábado 22 de abril de 2023 - 12:00 PM

Karina Flórez, la ciclista santandereana que tiene la medicina para pedalear la adversidad

Conozca la historia de la ciclista charaleña Karina Flórez Sanabria, quien recientemente ganó la Clásica de Anapoima, Cundinamarca, y se convierte en una de las pedalistas santandereanas de mayor proyección de cara a las principales competencias nacionales e internacionales.

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Fotos: Sebastián Claros / Inside Cycling / VANGUARDIA / VANGUARDIA
Fotos: Sebastián Claros / Inside Cycling / VANGUARDIA / VANGUARDIA

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Fotos: Sebastián Claros / Inside Cycling / VANGUARDIA / VANGUARDIA

Su voz refleja la humildad y la sencillez que tiene el santandereano de provincia, pero detrás de esa amabilidad y don de gente se esconde una combativa ciclista que no se baja de la bicicleta por más inclinada e imposible que sea la cuesta.

Justamente, las colinas de su natal Charalá, territorio cuna de la Libertad de América por sus aportes en la revolución de los Comuneros, forjaron un carácter que no declina los brazos ante las adversidades que trae el deporte y también la vida.

Guiada por su padre, Martín Flórez, quien desde muy niña le inculcó la práctica deportiva y también ha hecho las veces de su entrenador, Karina Flórez Sanabria incursionó primero en el patinaje (ocho años) y después, sobre los 14 años, en el deporte de las ‘bielas y los pedales’.

Su talento y disciplina, inmediatamente, se hicieron sentir en diferentes eventos departamentales y nacionales que la llevaron, como dice el narrador argentino Mario Sabato, “como una moto”, a ir escalando posiciones en el pedalismo.

Ganó los Juegos Intercolegiados Nacionales de 2016 y recibió el respaldo del Gobierno en el programa Supérate.

Pero su excelencia en el deporte también se evidenciaba en los resultados académicos y fueron estos los que la dirigieron a la Universidad del Rosario, en Bogotá, con una beca para estudiar medicina.

Durante el tiempo de universitaria estuvo dedicada 100% a sacar adelante su carrera, aunque nunca dejó de lado el amor por el ciclismo, el cual practicaba en los tiempos libres, además de que continuó, como si siguiera en competencia, durmiendo y alimentándose como una deportista élite.

Volvió al ciclismo

Pero el ‘bichito’ del ciclismo, ese que tanta gloria le ha entregado a Santander con Severo Hernández, Alfonso Flórez, Víctor Hugo Peña y Ana Cristina Sanabria, solo por mencionar a algunos referentes de la ‘Tierra del Cañón del Chicamocha’, la volvió a picar durante la recta final de la exigente carrera de medicina, que también coronó como cualquier puerto de montaña que se le aparece.

Primero, con un fortalecimiento muscular en el gimnasio, y luego con una mayor carga de kilómetros, con trabajos de intensidad sobre su inseparable amiga, la bici, Karina, como en los viejos tiempos, le empezó a ‘dar leño’ a sus rivales.

Como quien no quiere la cosa, se presentó en diferentes Chequeos en Bogotá y en una carrera amateur en Medellín, y los resultados fueron sobresalientes, que la motivaron a sacar su licencia para retomar la competitividad, luego de varios años.

Además, como en la carreras contrarreloj, en las que busca mejorar su desempeño porque sus 1,56 metros de altura le permiten estar más adaptada a la escalada, pronto el equipo Colombia Pacto por el Deporte – GW Shimano se fijó en la ciclista ahora de 22 años.

Firmó contrato con ellos y más se demoró en ponerse objetivos cuando los empezó a cumplir, ratificando que “lo que se propone lo consigue, tanto en el ciclismo como en su carrera de medicina”, así lo advierte Jorge Duarte, presidente de la Liga Santandereana de Ciclismo.

Los triunfos llegan a toda velocidad

Durante la última semana, en la Clásica de Anapoima, la pedalista, que sueña con integrar algún equipo World Tour para disputar las Grandes Vueltas del ciclismo femenino, dominó de principio a fin el certamen, llevándose, además, dos victorias de etapa de tres posibles.

Karina Flórez confirma que heredó de los grandes ciclistas de Santander la habilidad para subir con velocidad y agilidad las montañas más inclinadas y la pericia para descolgarse de las lomas, así como para aguantar el paso en el terreno llano, ante pedalistas de mayor peso y estatura, al mejor estilo de Nairo Quintana cuando sigue la rueda de los potentes europeos en esas duras etapas del Tour de Francia con el viento en contra.

“Me defiendo un montón en la subida, pero trabajamos en mejorar en el plano y la contrarreloj, porque busco y me gustaría ser una ciclista que se defienda en todos los terrenos. Yo soy de estatura baja, mido uno 1,56; sin embargo, siento que esto tiene un componente muy importante de preparación, para así tratar de defenderme en todo, además de que no soy nerviosa para bajar y también me defiendo bien”, reconoce Karina.

Al final, en suelo cundinamarqués, necesitó de cuatro horas, 32 minutos y 10 segundos para cumplir con los 115 kilómetros del certamen, y fue escoltada por Jazmín Soto (Formesan – Arroz Casanare – Liro Sport), a una diferencia de un minuto y 29 segundos; y Leidy Paola Torres (Bikers Club – Cell), a dos minutos y 28 segundos.

Seguirá escalando

Este éxito se transforma en el punto de motivación para seguir escalando, a buen ritmo, hacia el éxito.

“Quería estar en un equipo profesional, que era uno de mis objetivos y se dio pronto, otro de los objetivos era ganar una etapa y ganar una carrera y ya lo hice, ganando las dos primeras etapas; gracias a Dios se nos dio porque era la primera carrera con mi nuevo equipo y eso nos da un poco más de confianza, nos permite soñar en grande, pero teniendo los pies en la tierra”, dice la hija ilustre de Charalá.

Además de perseguir sus sueños, Karina también hace un llamado para que otras ciclistas santandereanas, como ella, reciban el apoyo suficiente para que puedan foguearse y competir, para así salir adelante en una rigurosa actividad, a la que alguna vez pensó dejar a un lado precisamente porque los recursos escasean.

Mientras tanto, se concentra en proyectar su carrera ciclística, con la que desea, en medio de las subidas, bajadas y terreno agreste, alcanzar los sueños, por difíciles que parezcan.

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Publicado por Néstor González Álvarez

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