Se dio el lujo de jugar con él, de ser su amigo e, incluso, en un partido Diego Armando Maradona le cedió el puesto de número 10.
Jorge Ernesto Ramoa, uno de los históricos de Atlético Bucaramanga, es una voz autorizada para hablar del Maradona futbolista, de ese que brillaba en el campo de juego, pero que al mismo tiempo era el más compañerista de todos.
“Es muy triste porque hace poco cuando fue su cumpleaños le escribí algo y lo único que resaltaba era desearle que fuera feliz, porque no lo había visto bien en las últimas apariciones”, dijo.
Ramoa actuó con Maradona en Boca Juniors de Argentina, en 1981, logrando el título de la temporada y, además, desde muy niño admiró al astro argentino y conformó una gran amistad.
“Siempre tuve ídolos en Boca desde muy niño, pero después de que conocí a Diego cuando tenía 10 años, que lo enfrenté por primera vez, desde ahí fue una idolatría. No solo por el jugador sino por la persona”, indicó Ramoa, al recordar su primer contacto con el campeón del mundo de 1986, cuando se enfrentaron Paternal contra Argentinos Juniors, en las categorías menores.
Justamente, reconoce Ramoa, dos años menor que Maradona, que en alguna ocasión lo fueron a buscar de Argentinos Juniors, pero su padre le dijo que allá no fuera porque estaba Diego, quien jugaba en su mismo puesto: mediocampista de creación.
En 1981 coincidieron en Boca y a Ramoa se le infla el pecho al recordar una anécdota.
“Resulta que en un partido no jugó Miguel Ángel Brindisi y jugué yo de titular. Brindisi jugaba de 10 y Diego más adelantado y ese día como iba a jugar yo, en la charla técnica el entrenador le dice a Diego que jugara de 10 y a mí me dijo que jugara a un costado; pero Diego, de 20 años, ya tenía gran personalidad y le comentó al director técnico que dejara a ‘Coco’, ya en esa época me decía así, de 10 y que él se quedaba más adelantado. Eso para mí fue muy motivante, porque fue un gran reconocimiento que me dijera que yo de 10 y él más de punta”, dijo uno de los referentes del Atlético Bucaramanga.
Ramoa, quien después de su retiro como jugador y tras dejar una huella imborrable en el Atlético Bucaramanga, al que representó en la década de 1990, se ha dedicado a la dirección técnica y recientemente a ser comentarista de fútbol, valoró el compañerismo y la amistad de Maradona.
“Difícilmente alguien que compartiera equipo con Diego habla mal de él, porque era un gran compañero, una persona de sentimientos, muy apasionado. Guardo los mejores recuerdos, porque incluso en su libro él me nombra como uno de sus primeros amigos cuando llegó a Boca. Me llevo eso de ser considerado su amigo y conocer a su familia”, agregó Ramoa, quien no dudó en reconocer que es un día muy triste para el fútbol, porque se va “el más grande de todos los tiempos, no existirá un jugador como Diego”.
