sábado, 10 junio 2023
sábado 20 de julio de 2019 - 12:00 AM

Economía azul, la economía de la naturaleza

Hace más de 50 años se capturó la primera foto de la Tierra desde el espacio, esta se llamó Earthrise, en español, Salida de la Tierra. En ese momento quedó confirmado, nuestro planeta es azul, pero ¿estamos haciendo que cambie su color con nuestras actividades productivas?

Erróneamente se ha pensado que la economía azul tiene que ver con la economía relacionada con el océano. Carlos Bernal Quintero, director del programa Zeri (Zero Emissions Research Initiative) para Latinoamérica, y amigo cercano de Gunter Pauli, creador de este concepto, asegura que “es azul porque desde lejos el planeta se ve azul”. La idea de esta economía es el desarrollo de estrategias para identificar oportunidades en las regiones con el fin de diseñar proyectos productivos que puedan satisfacer las necesidades locales con recursos igualmente locales.

Este concepto toma la naturaleza como su guía de pensamiento integral y sostenible pues, según Carlos Bernal, no hay ninguna industria más brillante, inteligente y sostenible en el planeta que la misma naturaleza, pues ella reutiliza de la mejor manera posible toda la materia que resulta de cada uno de sus procesos.

Entonces, ¿por qué no hemos adoptado por completo este modelo económico? Porque enfrenta varios retos a nivel social y legislativo. El hombre, según el Director de Zeri para Latinoamérica, ha desarrollado tecnologías para manipular la naturaleza, no para aprovecharla, un ejemplo de ello es que “las fuerzas energéticas más grandes del universo están en el sol, pero el hombre hace represas”.

Cuando se idean proyectos que no van en armonía con la naturaleza, el ser humano se amenaza a sí mismo, pues a pesar del daño ambiental que ha generado nuestras actividades, “el hombre desaparece pero el planeta sigue, por eso más que salvar el planeta necesitamos salvar las posibilidades de vida del hombre en la Tierra”, precisa el vocero de Zeri para Latinoamérica.

En su presentación hace unas semanas del Plan de Manejo de Residuos Sólidos en Bucaramanga, Gunter Pauli, creador de este concepto económico, expresó que lo que es verdaderamente necesario para implementar esta economía es cambiar la forma de pensar de la sociedad, pues asegura que en el caso de nuestra región “es difícil que el santandereano piense que El Carrasco no es un problema, sino una oportunidad”.

De igual forma es necesario realizar cambios en la ley, pues según este emprendedor belga, son cuestiones legales las que impiden que la ciudadanía pueda usar los 6.000 metros cúbicos de gas que produce nuestra Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) a diario.

Gunter Pauli tiene proyectos en más de 40 países alrededor del mundo y entre ellos ya hay resultados cuantificables de la implementación de este modelo económico. “En Japón solo el 2% de la basura del país entero va a un relleno sanitario”, sin embargo, asegura que les costó 24 años llegar a esta emisión. Es por esto que Carlos Bernal afirma que es necesario aprender a pensar más en el largo plazo para contrapesar los procesos de globalización, pues al hacerlo en el corto plazo se pierde la visión de la ética y la sostenibilidad, y se realizan proyectos sin pensar en el impacto que pueda tener en el futuro.

En el caso de la iniciativa de los residuos sólidos se estarían creando 31.000 empleos en 20 años, pero para esto “es necesario transformar la lógica de la ciudadanía, pues no es fácil sentirse optimista y aun más cuando por 20 años la lógica ha sido de pesimismo”.

Aplicar la economía azul conlleva cambios en la sociedad donde la equidad y la ética determinan el actuar de la ciudadanía, siempre pensando en el bien común, concluye el vocero de Zeri.

Una movilidad sostenible

La Electrificadora de Santander, ESSA, se ha convertido en un ejemplo de aplicación de economía azul en nuestra región al entender que la compañía debe no solo generar valor económico, sino social y ecológico, por esto creó el proyecto Movilidad Eléctrica Sostenible.

Esta idea tuvo su origen en 2017 y empezó a implementarse este año al inaugurar la primera Ecoestación o punto de carga rápida, y vincular dos vehículos eléctricos a la compañía con el objetivo de evaluar una posible transición total de su parque automotor de sistema de combustión a eléctrico, además de poder comunicar la experiencia de la movilidad sostenible, explica Andrea Pardo Barbosa, profesional del área Comercial de ESSA y líder del proyecto. “Estas son apuestas tempranas, estamos pensando a largo plazo”, asegura.

La expectativa actual con el proyecto es que este semestre se pueda inaugurar el segundo punto de carga, en este caso estándar o lento, por lo que se va a ubicar en un centro comercial de la ciudad. Por eso, las entidades encargadas de proyectos de infraestructura deben contemplar los requerimientos de esta transición, asegura la vocera de ESSA.

Por: Camila K. Gélvez Salazar

“El hombre desaparece pero el planeta sigue, por eso más que salvar el planeta necesitamos salvar las posibilidades de vida del hombre en la Tierra”: Carlos Bernal Q.

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