martes, 03 octubre 2023
miércoles 24 de mayo de 2023 - 7:06 AM

¿Qué tan pobres son las y los santandereanos? Estas son las subidas y bajadas de las condiciones de vida en el departamento

De las 15 variables que mide el Índice de Pobreza Multidimensional, Santander obtuvo 7 con mejoras entre 2021 y 2022, otros 7 desmejoraron, y solo uno se mantuvo igual. ¿En qué le fue tan bien y tan mal a la región?

Lo que sí quedó claro con los resultados del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) es que las y los santandereanos, en términos generales, mejoraron sus condiciones de vida entre 2021 y 2022, bajo cinco dimensiones: condiciones educativas del hogar, de la niñez y juventud, de la vivienda, salud, trabajo y acceso a servicios públicos domiciliarios.

El Departamento Administrativo Nacional de Estadístico (Dane) presentó ayer los resultados de este indicador, y para la región se registró una baja en la pobreza multidimensional en 2,9 puntos porcentuales, al pasar de 13,3 % en el 2021 al 10,4 en el 2022, ubicando a Santander en la novena posición entra los departamentos.

Y si se compara el IPM del 2018 con 2022, se evidenció una mejora en las condiciones de vida en Santander antes y después de la pandemia, con una contracción de 2,2 puntos porcentuales, cuando baja de 12,6 % a 10,4 %.

Estos datos generales demuestran el esfuerzo del sector público y privado en reducir la pobreza de quienes habitan Santander. Y como dice el dicho popular “El diablo está en los detalles”, al revisar las 15 variables que mide el IPM, que se conocen como privaciones, la región presentó unos clarososcuros.

¿Qué tan pobres son las y los santandereanos? Estas son las subidas y bajadas de las condiciones de vida en el departamento

¿Qué dicen las variables?

De las 15 variables, Santander obtuvo 7 con mejoras entre 2021 y 2022, otros 7 desmejoraron, y solo uno se mantuvo igual. ¿En qué le fue tan bien y tan mal a la región?

Hubo un aumento en analfabetismo, bajo logro educativo, barreras a servicios para cuidado de la primera infancia, hacinamiento crítico, material inadecuado de paredes exteriores, rezago escolar y trabajo informal.

Mientras que hubo una disminución en barreras de acceso a servicios de salud, desempleo de larga duración, inasistencia escolar, material inadecuado de pisos, sin acceso a fuente de agua mejorada, sin aseguramiento en salud y trabajo infantil.

La única privación que registró el mismo porcentaje fue inadecuada eliminación de excretas.

Es preocupante, según el Dane, la privación de bajo logro educativo registró un incremento, estadísticamente significativo, de 2 puntos porcentuales entre 2021 y 2022. Otra variable para considerar en su alza fue trabajo informal, con 1 punto porcentual.

El otro lado de la moneda estuvo en la disminución, estadísticamente significativa, de la inasistencia escolar en 5,5 puntos porcentuales. Lo que evidenció la superación de la pandemia en este aspecto. Otra caída considerable fue la de la privación de sin aseguramiento en salud, con 5,1 puntos porcentuales.

Ocupados e informales, pero pobres

La doctora en Administración Isabel Cristina Rincón, decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Contables de la Udes, precisa que entre las primeras cosas que se pueden observar del IPM es que las principales regiones que disminuyeron más su pobreza multidimensional entre 2021 y 2022 son aquellas territorios que, históricamente, se han considerado como los más olvidados por el Estado, como Guainía, Magdalena, Bolívar y Casanare; mientras que las principales economías como Bogotá, Antioquia, Atlántico, Cundinamarca y Santander, las del top en competitividad, registraron disminuciones más leves.

En el caso de Santander, redujo su pobreza multidimensional por debajo del total nacional, que fue de 3,1 puntos porcentuales.

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“Esto permite interpretar dos cosas fundamentales: primero, que hay 18 regiones que lo están haciendo mejor que Santander; segundo, que las cifras de ocupación y desempleo del 2022 impactaron en pocos puntos dicha reducción, es decir, hay mucha más ocupación y menor desempleo, pero la ciudadanía en el departamento sigue siendo pobre”.

Rincón precisó que Santander cobija a su capital, que fue la de menor desempleo en el 2022, pero al mismo tiempo es la novena región en pobreza multidimensional.

“Estas son las consecuencias de la informalidad, que por un lado nos permite aplaudir, pero, por otro lado, nos hace cuestionarnos si realmente es eso lo que la región necesita”.

Según la académica, la región debe seguir apostándole a la educación, el empleo, la salud, las condiciones de vida de los niños y jóvenes y, por supuesto, a mejorar las condiciones materiales de los ciudadanos, espacialmente en las zonas rurales.

Una pobreza de contrastes

Ángel Galvis, magíster en Análisis Económico y asesor del área metropolitana de Bucaramanga, precisó que en Santander se considera pobre de manera multidimensional 10 de cada 100 personas, siendo la menor incidencia desde que existen registros, según la nueva metodología.

Asimismo, aclaró que un hogar se considera pobre si hay 33 % o más de las privaciones, que se consideran factores limitantes del desarrollo integral o impedimentos para el ejercicio de las capacidades de las personas.

“Es importante tener en cuenta que la evolución de la pobreza multidimensional en Santander, entre 2018 y 2019, tuvo una tendencia decreciente en la incidencia total y en los centros poblados rurales y dispersos, sin embargo, aumentó en las cabeceras urbanas. Posteriormente, debido al efecto económico de la pandemia, la tendencia se transformó en creciente en todos los tipos de vivienda, alcanzando su valor máximo en el 2021, con una incidencia total de 13,3%”, recordó Galvis.

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El analista económico puntualizó que para el 2022 se observan dos fenómenos: el primera, una reducción de la pobreza por debajo de los niveles prepandemia; y el segundo, una reducción de la brecha entre los principales municipios y las zonas rurales dispersas.

“Adicional, a la disminución de la pobreza también se puede observar una merma de la brecha entre los principales núcleos urbanos del departamento y la zona rural, pasando de 18,6 puntos porcentuales en 2018 a 13,2 puntos porcentuales en el 2022”.

Galvis sostuvo que la reducción histórica de la pobreza multidimensional se debe al fortalecimiento de dos dimensiones: condiciones de la niñez y juventud, y la de salud.

“Esto es consecuente con la priorización de la inversión social durante el periodo del COVID-19 en asuntos relacionados con la salud pública. En contraste, los temas por mejorar en Santander son las condiciones de educación tanto en materia de analfabetismo como de logro educativo y el trabajo informal”.

¿Qué hacer?

Por lo tanto, según Galvis, para continuar una senda de reducción de pobreza multidimensional es estratégico a nivel regional fortalecer dos tipos de acción, la primera es incrementar las inversiones en materia de calidad y de infraestructura educativa que permitan mejorar “el logro educativo” y reducir el analfabetismo especialmente en las zonas rurales dónde la incidencia es prácticamente el doble que en las principales ciudades del departamento.

La segunda, estimó el analista, son acciones para reducir la informalidad laboral, de las cifras se puede interpretar que el área metropolitana está conteniendo una informalidad que es creciente en el departamento, mientras en zonas rurales dispersas y centros poblados el 91,8 % de los hogares tienen al menos un trabajador informal, en las cabeceras urbanas el indicador es 20,9 puntos porcentuales menor.

"De hecho, cuando se cruzan estos datos con los de la Gran Encuesta Integrada de Hogares en el área metropolitana se viene reduciendo la informalidad en los últimos años, pero esta tendencia no está observando en el resto del departamento", dijo Galvis.

Mirada del sector público

El secretario de Planeación de Santander, Cesar García Durán, manifestó que la disminución de 2,9 puntos en el Índice de Pobreza Multidimensional es un indicador positivo, que refleja los esfuerzos realizados para mejorar las condiciones de vida de la población santandereana.

Según él, esto es producto de un trabajo articulado con el sector privado, la academia y los gremios para lograr implementar medidas y acciones efectivas para abordar las diferentes dimensiones de la pobreza que afectan al departamento.

Hay que recordar que, la pobreza multidimensional se refiere a la falta de acceso a una serie de elementos y servicios básicos necesarios para una vida digna, educación, salud, vivienda adecuada, servicios básicos, empleo y seguridad social.

"Estos avances se atribuyen a diversas estrategias implementadas, que permitieron logros significativos en especial en el sector rural. En educación, gracias a los proyectos priorizados desde la Secretaría de Educación como Presente Profe – Mi Clase y Mi Pache, programa de alimentación escolar e infraestructura educativa. En vivienda tenemos los programas de construcción y mejoramiento de vivienda rural como Mi Techo es un Hecho, y programas de acueducto y alcantarillado para el sector rural dentro del Plan Agua Vida", explicó García.

Agregó que el aseguramiento en salud mejoró porque hubo una puesta en marcha del Sisbén IV en los municipios del departamento, más el fortalecimiento de la red hospitalaria y la implementación del modelo de red en salud.

"Es importante destacar que la reducción de la pobreza multidimensional no solo implica una mejora en los indicadores económicos, sino que también se refleja en una mayor igualdad de oportunidades y en la calidad de vida de las personas. El departamento de Santander, a través de sus esfuerzos sostenidos, ha demostrado su compromiso con el bienestar de su población y su enfoque en superar las múltiples dimensiones de la pobreza a través de la ejecución de programas de desarrollo social, inversión en infraestructura, promoción del empleo, fortalecimiento de la inclusión social", dijo el secretario de Planeación.

¿Y Colombia?

Catalina Chacón, economista con Maestría en Política Pública y docente de la Universidad Santo Tomás sede Bucaramanga, consideró que el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) va más allá de simples cifras, porque se convierte en una herramienta fundamental para el diseño y seguimiento de políticas públicas dirigidas a la reducción de la pobreza, especialmente enfocadas en la asignación de recursos a grupos de población con múltiples carencias.

"Los datos más recientes reflejan una sólida gestión de este tipo de políticas a mediano y largo plazo, y su impacto en las tasas de pobreza. Es especialmente destacable el papel que desempeña el aseguramiento en salud, como revelan las cifras, ya que ha sido el factor más determinante en la reducción de la pobreza multidimensional. Del mismo modo, los programas dirigidos a la atención de la primera infancia, como "De Cero a Siempre", han desempeñado un papel crucial en este logro", precisó la economista.

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Si bien se reconoce que aún existen desafíos pendientes y áreas de mejora en Colombia, según la docente, es importante valorar los avances alcanzados hasta ahora, que se han construido a lo largo de 12 años de trabajo en la reducción de la pobreza.

"Es esencial dirigir los esfuerzos y mejoras hacia la generación de empleo, dado que casi el 30 % de la pobreza multidimensional proviene del mercado laboral, donde la informalidad y el desempleo representan grandes desafíos, además de la coyuntura de reformas que se están gestando en el congreso. Del mismo modo, otro reto es la mejora de vivienda, que implica que el Ministerio de Vivienda vaya más allá de los programas de construcción de nuevas viviendas y aproveche su enfoque integral en ciudad y territorio, adaptándose a los nuevos contextos de ciudades más justas y sostenibles", estimó la economista.

Por último, resaltó el enfoque diferencial e interseccional que desde el Dane han promovido en estas nuevas cifras, y que se debe reflejar en las políticas públicas nacionales y locales.

"En ese sentido los tradicionales retos en reducción de las desigualdades, particularmente las rurales-urbanas y entre hombres y mujeres, se diversifican tomando a consideración otras intersecciones de las identidades, que en nuestra región además de género, etnia, edad, orientación sexual, discapacidad, vale poner el foco en la incidencia de los hogares con migrantes venezolanos y su condición de pobreza multidimensional", remató Chacón.


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Periodista económico en Vanguardia. Magíster en Estudios Políticos, de la Universidad de Caldas. Comunicador Social – Periodista, egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana. De La Guajira.

@MiguelOrlandoAM

malguero@vanguardia.com

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