Publicidad

Local
Miércoles 03 de mayo de 2023 - 12:00 PM

Una transición energética desordenada le costaría 160 billones a Colombia, advierte Fedesarrollo

Hasta una caída de 1,4 puntos en el PIB de los departamentos y la reducción del 13,4 % en empleos por regiones serían las drásticas consecuencias si se desarrolla una transición energética acelerada, desordenada e irresponsable, advierte Fedesarrollo.

Compartir
Imprimir
Comentarios
Suministrada ACP / VANGUARDIA Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.
Suministrada ACP / VANGUARDIA Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.

Compartir

Suministrada ACP / VANGUARDIA Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.

En su charla ‘Retos y costos de la transición energética’, Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, expresó sus preocupaciones si se desarrolla una transición acelerada, desordenada y no responsable con Colombia.

“No es apagar este sector minero-energético (minería, energía e hidrocarburos), sino potenciarlo para que aporte más, invierta más y así tener recursos para financiar dicha transición energética”, aseveró Mejía.

Si Colombia no hace una transición energética de forma ordenada y sin tener en cuenta los impactos que habría en los demás sectores que tienen relación con los hidrocarburos y minería, tendría que pagar un costo bastante alto: $160 billones, según estimaciones de Fedesarrollo.

“Los riesgos de oferta y tecnológicos se pueden ver en un escenario en el que se sustituye la energía producida mediante gas y carbón por tecnología eólica, por ejemplo. El costo estimado de mantener el volumen de generación sería de $163,3 billones a 2035, unos 38,9 mil millones de dólares. También se estima que las pérdidas en valor presente neto de acelerar la transición energética desmontando las empresas de generación de energía térmica equivaldrían a $9,3 billones”, precisó.

Dependencia

Recordó que la industria minero-energética es la fuente primordial de la generación de divisas para Colombia, “seis de cada 10 dólares que entran al país provienen del sector minero-energético. Y no hay forma de reemplazarlas en el corto plazo”.

Para Mejía, lo que debe primar es una visión eficiente de transición a largo plazo, que busque complementar el ingreso de divisas y no su reemplazo.

También habló de las fuentes de financiación extranjera directa, que se enfoca a largo plazo y estable. “La tercera parte de la inversión extranjera directa viene de la industria minero-energética, es decir, el 25,6 % en el 2022”.

La participación promedio de la inversión extranjera directa (IED) del sector minero-energético sobre el total ha sido del 31,5 % en la última década. De esta manera, la inversión del país también demuestra una alta dependencia por el sector.

Entonces, Mejía recalcó que el Gobierno es dependiente de los ingresos petroleros e inversiones minero-energéticas, que en el 2022 registró un comportamiento positivo producto del buen precio del crudo.

“La economía colombiana registra una fuerte dependencia hacia el sector minero-energético. Durante la última década, este sector ha representado en promedio el 57 % de las exportaciones totales”, dijo Mejía.

Agregó que la participación promedio de los ingresos petroleros sobre el total de los ingresos del Gobierno nacional ha sido de 8,7 % en los últimos 10 años. Las dinámicas en el ingreso responden al comportamiento del precio internacional del crudo.

Preocupación en PIB y empleos

La preocupación del director ejecutivo de Fedesarrollo, ante este panorama, es la caída de hasta 1,4 puntos en el PIB por departamentos entre 2023 y 2030, si se descarta la exploración y producción de petróleo, gas y minerales, se ejecuta una transición energética acelerada y no responsable, si se deja de invertir en el sector de hidrocarburos en Colombia y si se frenan los contratos de exploración y producción petrolera y gasífera, más el impacto de la reciente reforma tributaria.

Esto también se verá en la caída de generación de empleos formales, según Mejía, quien estima una reducción de hasta 13,4 % empleos en los departamentos productores entre 2023 y 2030, como Santander, por menor inversión y freno en la exploración y producción de este sector.

En su presentación, Mejía precisó que la pérdida promedio anual del PIB en Santander se estima en 0,03 % del PIB departamental y la pérdida promedio anual de empleos se estima en 0,3 % de los ocupados.

“La reforma tributaria implicaría también un menor ingreso de regalías a los departamentos, lo que se traduce en una menor inversión, PIB y contratación de empleos formales”.

Escenarios de alta y baja exploración

El director de Fedesarrollo también presentó tres escenarios de producción petrolera en un contexto de baja exploración e impactos de la reforma tributaria. El primer escenario contempla el mayor potencial de esta industria, que pasará de 770,4 barriles promedio por día en el 2023 a 904,6 barriles promedio por día en el 2030.

El segundo escenario es el de baja exploración, que presenta una caída de 712,7 barriles promedio por día en el 2023 a 595,4 barriles promedio por día, es decir, 117,3 barriles promedio por día en siete años.

El último escenario combina la baja exploración y la reforma tributaria reciente. Aquí la producción parte de 672,7 barriles promedio por día en el 2023 a 486,6 barriles promedio por día en el 2030.

“Colombia cuenta con altas tasas de pobreza energética y bajos niveles de emisiones de CO2 con respecto al mundo y al resto de la región. Por esto, una transición energética responsable debe enfocarse inicialmente en aumentar el consumo de energía de la población”, remarcó el director ejecutivo de Fedesarrollo.

Según sus estimaciones, la transición energética deseable a 2030 es expandir el consumo de energía (47 GJ/hab: consumo per cápita de energía) a expensas de mayores emisiones de CO2 (2,2 toneladas de emisiones por habitante), a la par de incentivar paulatinamente el mercado de energía renovables.

Todo esto para que, posteriormente, se inicie el desmonte gradual de las centrales térmicas con el fin de descarbonizar la economía a 2050 (1,48 toneladas CO2 por habitante).

*El periodista fue invitado por la ACP al II Gran Foro.

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por Miguel Orlando Alguero

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad