Abril es un mes dedicado a intentar concienciar a las personas en el cuidado del planeta y hacer un uso responsable de sus recursos, a propósito del pasado Día Internacional de la Tierra.
Por ejemplo, Colombia aporta una cantidad reducida de gases de efecto invernadero (GEI) al planeta. Emite entre el 0,4% y el 0,6% del total mundial. De este porcentaje, por lo menos la mitad corresponde a agricultura y ganadería, ubicándose en primer lugar. El sector de la energía está en la segunda posición.
Hay que aclarar que el calentamiento global se refiere al aumento de la temperatura atmosférica de la Tierra a largo plazo, debido a que una parte de la radiación que llega al planeta se queda atrapada en la atmósfera por causa de los GEI
En total, el país emite 302,9 millones de toneladas de CO2 equivalente, mientras que las emisiones netas, que corresponden al total de las emisiones menos las absorciones, fueron de 279,1 millones de toneladas.
Empresas y empleados
Ante este panorama y más el rápido deterioro de los recursos no renovables del planeta, se necesita una demanda de conciencia e implementación de soluciones efectivas para contrarrestar esta crisis.
El establecimiento de medidas globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un excelente punto de partida, sin embargo, hace falta trabajar con mayor intensidad para el desarrollo de cultura pro-ambiental tanto a nivel individual como colectivo.
En este punto, las empresas juegan un papel fundamental en la puesta en marcha de cambios que disminuyan el impacto ambiental negativo.
Recomendaciones
Por tanto, Jamer Rusinque Avila, director del Programa de Administración de Negocios Internacionales, da los siguientes consejos para hacer que su empresa sea más amigable con el medioambiente:
1. Implemente un plan de manejo ambiental en sus procesos organizacionales que le permita garantizar la protección al medio ambiente. Una buena guía es la norma ISO 14001. La certificación en esta norma pretende la implementación de mejoras en la forma en que una empresa reduce su impacto en el medio ambiente que, a su vez, crea beneficios para el uso interno de los recursos.
2. Es fundamental que el direccionamiento estratégico de la empresa incluya el cuidado del medioambiente. Esto es muy positivo en la medida que las decisiones que se toman en cualquier nivel de la organización van a contemplar el mínimo impacto ambiental e inclusive va a permitir el desarrollo de acciones que promuevan el desarrollo sostenible.
3. Las empresas deben hacer un reconocimiento de su entorno externo inmediato (la comunidad que la rodea) y tener un relacionamiento activo con él. Esto permite entender cómo los procesos industriales impactan a la comunidad y, en dado caso, tomar acciones de mejora. Dicho relacionamiento puede, además, promover actividades conjuntas que lleven a la sana convivencia y la generación de cultura y la realización de acciones proambientales.
4. Como espacio de convivencia, las organizaciones pueden desarrollar cultura y por tanto conductas proambientales desde la educación. Enseñe a sus colaboradores sobre la importancia del cuidado del medio ambiente y sobre estrategias como el reciclaje en los procesos rutinarios en el ejercicio de sus funciones o el cuidado de los recursos. La idea es que los colaboradores interioricen las buenas prácticas ambientales en su entorno laboral y también fuera de su trabajo.
5. Es importante considerar que las buenas conductas ambientales de parte de las empresas generan credibilidad en el mercado con efectos positivos en las ventas.
Cada año, las personas toman más conciencia para que las marcas y empresas que usan sean ambientalmente sostenibles o tengan estrategias importantes que ayuden en este tipo de situaciones.
Juan Pablo Loaiza Ramírez, investigador en comportamiento del consumidor y practicas sostenibles, explica que, como consejo para entender la responsabilidad ambiental de una empresa, usted debe saber si la compañía se esfuerza por reducir las emisiones del producto, o por disminuir el consumo de energía y agua durante todas las etapas del ciclo de la producción.
Por otra parte, como otra herramienta, podría buscar si la empresa selecciona sus proveedores basados en criterios medioambientales, o si tiene auditorías ambientales en las que clasifica y determina que sus proveedores estén cumpliendo con ciertas políticas ambientales.
Silvana Amaya, analista Senior de Control Risks, argumentó que otra aspecto que debe tomar en cuenta el consumidor es “fijarse directamente si la marca tiene una política activa en ESG (medioambiente, social y gobierno, por sus siglas en inglés) que hacen referencia a los factores que convierten a una compañía en sostenible a través de su compromiso social, ambiental y de buen gobierno”.
Es importante que un consumidor conozca antes las prácticas ambientales de una empresa, debido a que puede tomar decisiones mucho mas conscientes en los productos que utiliza. Además, para las empresas también es importante tener esto en cuenta, ya que el consumidor de hoy en día está dispuesto a pagar un poco más por los productos si estos tienen un impacto ambiental detrás.