Los recientes episodios que terminaron con la salida de la jefe de gabinete de la Presidencia y de la renuncia del embajador de Colombia en Venezuela tienen y tendrán consecuencias económicas, políticas y jurídicas. Una de ellas es la devaluación del dólar, divisa que está cercana a cotizarse en $4.000.
“Esto, aunado a otra serie de situaciones nacionales e internacionales, viene generando un escenario de incertidumbre política, que en vez de constituirse en dificultad para el mercado cambiario colombiano se ha convertido en oportunidad”, explicó Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario.
Cabe recordar que entre el 5, 6 y 7 de junio el dólar se ha devaluado con respecto a la divisa nacional en cerca de $140.
“Es posible que el dólar tenga una tendencia hacia los $4.000 al finalizar junio, debido al comportamiento de los precios del petróleo Brent y WTI, a las ganancias en los mercados bursátiles europeo y de Wall Street, a la aprobación del endeudamiento por 34 billones de dólares al gobierno estadounidense, a la posible pausa en el aumento de la tasa de intervención del Banco de la República este mes y a la disminución del IPC en mayo”, afirmó Amorocho.
Varios analistas consultados por dataiFX han explicado que el dólar viene cayendo por una combinación de factores nacionales e internacionales como la decisión de Estados Unidos de elevar el techo de la deuda, la posibilidad de que la Reserva Federal esté finalizando el ciclo alcista en sus tasas de interés, los mensajes de responsabilidad fiscal del Ministerio de Hacienda de Colombia, la moderación que podrían tener las reformas del Gobierno en el Congreso de la República.
Y a todo eso se suma la expectativa por un mayor influjo de divisas a raíz del billonario negocio con el que el Grupo Gilinski se quedará con Nutresa, el laudo arbitral que acaba de ganar Ecopetrol por más de 1.000 millones de dólares por los sobrecostos de la Refinería de Cartagena, y también por los datos de inflación que se siguen moderando en Colombia.
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Trámite de las reformas estructurales
Una de las consecuencias más evidentes de la crisis político-jurídica reciente se evidencia en la lentitud en el trámite de las reformas estructurales de salud, laboral y pensiones.
Paradójicamente, esta situación ha sido bien recibida por los mercados, pues analistas e inversionistas han expresado en reiteradas ocasiones que las actuaciones del Gobierno y el Congreso de no dar a conocer los costos fiscales de las reformas tienen un sabor a improvisación que ha generado incertidumbre en el horizonte fiscal del país y las expectativas del mercado, afirmó Amorocho.
“No es sorpresa que mientras en la Casa Nariño se contiene la respiración, los mercados respiren con alivio ante la expectativa de que se aplacen las reformas para el próximo período de sesiones ordinarias”, agregó el profesor de Hacienda Pública y Presupuesto de la Universidad del Rosario.
Los factores enunciados anteriormente han contribuido a que la tasa de cambio colombiana se haya fortalecido con respecto al dólar y a que, al menos en lo que resta del mes de junio, haya una tendencia a la baja con algunas volatilidades al alza dependiendo de los precios del petróleo.
Para Amorocho, “por lo pronto el precio del dólar tenderá a los $4.000 y, por qué no, a los $3.900, según sea la evolución de los hechos de la crisis política, del crecimiento económico nacional y de los mercados internacionales entre junio y julio de este año”.
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Beneficios para la economía colombiana
La revaluación del peso beneficia a la economía colombiana en la medida que sería conveniente realizar pagos de deuda, también se podrían aumentar las importaciones necesarias para la producción en el sector de bienes alimentos y manufactura, así como motivar el ahorro y la inversión en títulos de renta fija por el diferencial que se podría tener por la acelerada devaluación del dólar en la coyuntura.
Sin embargo, y desde otra óptica, invertir en dólares nunca será malo porque el mercado es volátil y hoy puede estar bajando el precio de la divisa americana, pero en el corto y mediano plazo de la actual vigencia fiscal el dólar puede estar oscilando en un rango de precio entre $4.300 y $3.900, señaló el economista.
El panorama cambiario y fiscal muestra que será muy sensible a la suerte de las reformas estructurales que avanzan con lentitud en el Congreso, a las marchas en favor del gobierno, al mejoramiento de varios indicadores sociales y a la indeterminación de los costos fiscales de las reformas, agregó Amorocho.
“Aunque muchas cosas pueden ocurrir mientras se acerca el final de este periodo legislativo, tales como tomar la decisión de aprobar las reformas en periodos extraordinarios o aplazar su debate para la siguiente legislatura, al menos en el mes de junio veremos una volatilidad de la moneda con manifestaciones de revaluación del peso y de ligeros movimientos al alza de la tasa de cambio peso-dólar”, concluyó.
Periodista económico en Vanguardia. Magíster en Estudios Políticos, de la Universidad de Caldas. Comunicador Social – Periodista, egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana. De La Guajira.
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