Transición energética, seguridad hídrica, costos del espectro y cambio climático serán algunos temas que se tratarán en el XXV Congreso Andesco, la próxima semana. Por eso, Vanguardia conversó con Camilo Sánchez, presidente del gremio de los servicios públicos.
Andesco arranca la otra semana su congreso anual, ¿cuáles serán los enfoques o temas coyunturales de este año?
Lo primero es que cumplimos 25 años como gremio, eso es difícil en este país por mantenerse. Lo segundo es que los servicios públicos son y serán esenciales para el deber ser de poder vivir. Es decir, son el nivelador social por excelencia. Lo estamos haciendo desde 1994 con la Ley 142. Y se va la diferencia entre cómo era en esa época y cómo estamos hoy, pero se nos olvida las coberturas que teníamos en energía, gas, agua y residuos.
¿Hoy cuál es la cobertura?
Las coberturas son significativas. Por ejemplo, en la de energía eléctrica estamos por encima de 96 %. En las grandes urbes tenemos casi cobertura completa y en las zonas rurales y las periferias nos falta esa última milla, que es la más costosa.
¿Qué otros mensajes darán?
Otro mensaje es que la gente cree que nuestras empresas hacen lo que quieren, pero este sector es el más regulado y vigilado desde lo técnico y científico con la Creg y la CRA, más la Superintendencia de Servicios Públicos.
Ojalá entiendan que aquí no se suben los servicios porque se quiere, incluso hay rentabilidades máximas y hay obligación de no poner en riesgo el servicio, en especial a los usuarios más pobres. Por ejemplo, el 70 % de los colombianos gana un salario mínimo o menos. A nosotros no nos interesa que el precio del servicio suba por encima de la inflación. Hacemos todo para que el usuario sea nuestra razón de ser.
Insistiremos en que lo técnico prime sobre lo político en este sector para que haya viabilidad y se cierren las brechas de acceso y cobertura.
¿Qué le dirán al Gobierno?
Le queremos insistir al Gobierno que no podemos equivocarnos porque uno de los éxitos del sector es tener no solo empresas públicas, sino privadas y mixtas. En el pasado estas compañías públicas eran fortines políticos, hoy son fortines empresariales y técnicos, porque aquí creen que lo único que funciona es lo público y lo privado también es ejemplo de un excelente servicio. Y también tenemos problemas.
¿Qué problemas tiene el sector?
Por ejemplo, en Colombia, cobramos el espectro por encima del promedio de Latinoamérica y nos quita competitividad. Por eso, con el Gobierno estamos trabajando en ese asunto.
Otro problema son las consultas previas. Necesitamos llegar a puntos de encuentro con las comunidades, quitar el mito de que las empresas son el Gobierno con la responsabilidad de hacer escuelas o vías. Nosotros tenemos la responsabilidad de prestar el servicio. Aquí todos ponen para evitar un desequilibrio financiero de las empresas porque quienes más pierden son los pobres.
La inflación está bajando en el país, ¿el sector cómo aporta a esa reducción?
Tenemos subsidios cruzados, se subsidian a los estratos 1, 2 y 3, el 4 no tiene, y el 5 y 6 entrega parte de los subsidios, más unos recursos que da el Gobierno por los ministerios. Pero hay que entregarlos bien, a los que lo merecen, porque hoy tenemos mucha gente ‘colada’ en los subsidios. Hay que hacer un cambio para no desperdiciar plata y que llegue al que de verdad lo necesita.
Además, en Colombia, hay indexadores, es decir, son una regla de juego que pone la CRA y la Creg para determinar los costos que entran a la facturación. Ahora tenemos un nuevo indexador en la fórmula, producto del pacto nacional con el Gobierno. Entonces, entre el IPC y el IPP, se pondrá el de menor porcentaje como indexador. Hacia el futuro tenemos que quitar todo lo que no tenga que ver con el servicio, para que solo se cobre lo que se tiene que cobrar.
Le dijimos al Gobierno que debe dejar recursos frescos en el presupuesto y de la reforma tributaria para ayudar a los usuarios que no pueden pagar la factura y bajar la tarifa como una forma de controlar la inflación. En el mundo sigue creciendo el valor de la energía y gas, pero en Colombia logramos romper la tendencia con 4,5 % menos en promedio en las facturas.
¿Cuánto dinero sería?
Entre $2 billones y $4 billones.
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¿Entonces, las fórmulas de la Creg deben ser revisadas?
Ya las estamos revisando y es parte del acuerdo entre Gobierno y el sector. Como lo dije, el IPP y el IPC se toma el más bajo para fijar las tarifas. Además, la fórmula es muy sencilla para el usuario p x q (precio por cantidad), que revisen la factura y miren la cantidad del consumo del servicio.
¿Qué pasó con la propuestas del Gobierno de bajar los precios?
Menos mal que el Gobierno no lo hizo porque hubiera sido gravísimo, hubiese puesto en riesgo lo montado en 30 años.
¿Qué otros riesgos identificaron?
Tenemos el riesgo del apagón. En este momento puede ser muy peligroso no tener a punto la generación de energía de los proyectos eólico y solar, más las demoras en Hidroituango y un crecimiento de la demanda superior a la oferta, con un fenómeno de El Niño que se acerca, que puede ser fuerte. No estamos preparados, por eso invitamos al Gobierno para implementar una política de uso responsable de la energía para que luego no tengamos que llorar. No queremos un apagón.
¿El sector ya se empezó a preparar para El Niño?
Sí, estamos preparándonos. Pero aquí todos ponen. Tenemos que entender que la energía eólica y solar que iba a entrar de la Alta Guajira no llegará porque hay problemas de orden público y de seguridad. No podemos dejar de perder ni un centímetro en seguridad para que no se vayan los recursos de inversión extranjera que son fundamentales para estos proyectos que cuestan $10 billones, que son fundamentales para una matriz limpia en el país, que representan el 12 % de generación de energía y lograr al 2050 la transición energética, pero hacemos todo lo contrario para esa transición.
¿Por qué dice eso?
El Centro Regional de Estudios de Energía sacó un estudio que concluye que en los próximos 10 años debemos aumentar 10 veces la producción del gas natural porque es el energético de la transición energética, porque es menos contaminante y el más barato, pero con los anuncios de no exploración parece que estuviéramos atentando contra nosotros mismos. Decimos que queremos contaminar menos, pero no le quitamos el IVA a los carros eléctricos y a gas; queremos más centrales hídricas, pero le ponemos impuestos en este tributaria del 3 %; queremos eólica y solar, pero le ponemos del 1 % al 6 % a turbinas y máquinas.
El discurso es fácil, pero volverlo real al 2030 y 2050 con nuestras metas será difícil.
¿Cree que la transición energética está en riesgo?
Está en riesgo la transición energética. Nosotros como sector queremos la transición, pero el Gobierno está haciendo todo lo contrario para lograrlo. Además, nosotros somos los mejores aliados porque nuestras empresas son más técnicas que el mismo Gobierno; las discusiones deben volverse más técnicas y no políticas, con argumentos y cifras concretas para no especular.
Si no tenemos para generar energía eólica y solar en La Guajira, menos tendremos para montar un tren eléctrico entre el Pacífico y la Costa Caribe. Tenemos que asincerarnos y ser prudentes. Insisto, no queremos un apagón porque la demanda sigue creciendo y la oferta no da para alcanzar, eso hace que se incrementen los precios para el usuario y a eso no queremos llegar.
El presidente Petro anunció una nueva reforma a los servicios públicos, ¿qué piensa sobre eso?
Del dicho al hecho hay mucho trecho porque en este caso se debe estudiar lo técnico. Dar un discurso es fácil, pero poner en riesgo la prestación de los servicios sí que sería peligroso para el país. Lo que se debe hacer es revisar y actualizar las leyes 142 y 143 para buscar el mejor indexador. No podemos llegar con mínimos vitales sin financiamiento, ni poner en riesgo la prestación.
No caeré en pelea con el presidente, pero le digo que aquí estamos para buscar la mejor solución desde lo técnico, porque no tener el servicio es lo más caro de todo.