Hoy termina la edición 51 del Congreso Nacional de Palmicultores, escenario para el reencuentro de palmicultores y donde se han dado a conocer los logros alcanzados y los nuevos retos y oportunidades que tiene la agroindustria de cara a los próximos años.
De acuerdo con Nicolás Pérez Marulanda, presidente ejecutivo de Fedepalma, el 2022 fue un año histórico en cuanto a producción con más de 1,7 millones de toneladas de aceite.
Recordó que el Congreso de Fedepalma es una apuesta por coordinar esfuerzos con los diferentes actores que rodean la palma de aceite: palmicultor, gremios, gobierno y empresas, para lograr así oportunidades reales para el campesinado.
A lo largo de la semana se ha hablado de temas como la contribución del sector al desarrollo del país y las alternativas que crea la agroindustria en las regiones del país.
También sobre las nuevas normativas internacionales, los retos de la cero deforestación, el uso de biocombustibles avanzados, la adopción de tecnología y las perspectivas del comportamiento de los precios y mercados.
Asimismo, de las oportunidades que crea la palma de aceite para contribuir al desarrollo del país y se mostraron alternativas de cómo, a través de esta agroindustria, se puede construir a un mejor futuro para Colombia.
De otra parte, Pérez Marulanda manifestó que, en cuanto a la sostenibilidad los proyectos e iniciativas en las que se viene trabajando en el sector palmero, hay unos activos muy grandes que puede aprovechar el Gobierno.
Por ejemplo, está el tema de la seguridad alimentaria, ya que la palma es un cultivo clave en la producción de alimentos, teniendo en cuenta que representa el 90 % de la producción de aceites vegetales en el país.
Además, “vemos una coincidencia en los temas de transición energética porque la palma de aceite hoy en día es la materia prima básica para la producción de biodiésel en Colombia”.
Y en el futuro, también será clave para los biocumbustibles avanzados y los biocumbustibles para la aviación: “Existe un inmenso potencial de nuestro producto para esa transición energética”.
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De igual forma, existen otros ejemplos de inclusión productiva, ya que este sector tiene una larga tradición de trabajo en pequeños, medianos y grandes productores en distintas zonas del país y bajo distintos esquemas. También es un ejemplo de formalización del empleo en el campo. “Eso es algo que el Gobierno también ha mencionado y que quiere incentivar”, indicó líder gremial.
Además, es un sector de cadena que ya esta agroindustrializado, ya que se inicia desde el cultivo, pasando por la extracción, la refinación, la producción de biodiésel y otros derivaos como la producción de jabones.
El dirigente gremial reconoció que en varias zonas del país ha habido un deterioro en las condiciones de seguridad, pero descartó que se trate de un tema dirigido exclusivamente al sector palmero: “Es una situación que, por lo hablado con otros directivos, se ha presentado en buenas parte de las zonas rurales”.
Explicó que en el caso de la palma se han presentado unas situaciones muy complicadas, dejando claro que hay unas zonas más afectadas que otras, “Lo que genera una preocupación generalizada y por eso se ha reforzado el trabajo histórico que se tiene de colaboración con la Fiscalía General de la Nación, con el ministerio de Defensa y con las Fuerzas Militares, así como de Policía para identificar correctamente el modo de operar de las organizaciones criminales”.
Recalcó que la idea es colaborar con información adecuada, aprovechando que el gremio está presente en 155 municipios.
Pérez Marulanda comentó que los niveles de exportación disminuyeron del 50 % al 25 %, un porcentaje adicional que fue dedicado a atender el mercado interno.
No obstante, por los precios récord, el 25 % despachado a los mercados exógenos significó que hubo unas exportaciones en monto y valor de mil millones de dólares en 2022.
Explicó que las exportaciones disminuyeron porque durante el aumento de precios internacionales, esencialmente, la industria nacional de alimentos sustituyó muchas importaciones de aceite de girasol y soya por palma colombiana, porque esta materia prima sigue siendo un sustituto de los otros aceites y tiende a ser más competitivo porque la palma es mucho más eficiente en la producción frente a otros cultivos y oleaginosas.
Precisamente, uno de los talleres fue sobre el aceite alto oleico, con charlas sobre la producción y extracción de este producto, los retos y proyecciones en comercialización y las estrategias de mercadeo para diferenciarlo en nuevos segmentos de consumidores.
Jaime González Triana, director de la Unidad de Gestión Comercial Estratégica de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, dijo en el marco del congreso que se adelanta en Barranquilla, que se busca mostrar que se tiene una nueva variedad de material híbrido OxG del cual se extrae aceite de palma alto oleico. Este tiene unas condiciones físicoquímicas distintas al aceite de palma en general y va a permitir un producto en el mercado diferenciado con unas condiciones especificas para múltiples usos industriales.
En el caso del aceite de palma alto oleico, hoy en día los cultivos de híbridos están alrededor de unas 100 mil hectáreas en el país y la producción esta cercana a las 340 mil toneladas. La idea de esta producción es que en la medida que pasa el tiempo vaya creciendo, teniendo en cuenta que este material es una respuesta que tiene la palmicultura a la pudrición del cogollo, que es la enfermedad de la palma, la cual afectó a muchas regiones.
Las oportunidades para el sector son varias con el híbrido y el aceite de palma alto oleico, no solo para el mercado, sino que se vienen renovando varias hectáreas que han sido afectadas con la pudrición del cogollo y con este material se va a lograr que se siga generando un buen impacto económico y social.