En el marco del Congreso de Palmicultores que terminó ayer en Barranquilla, Nicolás Pérez Marulanda, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma, Fedepalma, reiteró los planes del sector y el potencial que existe en materia de biocombustibles elaborados a partir del aceite crudo de palma.
Recordó Pérez Marulanda que en lo corrido de este año hasta mayo, se han producido 875 mil toneladas de cultivos de palma, lo que significa un crecimiento del 4,3 % con respecto al mismo periodo del año anterior.
El presidente de Fedepalma explicó que tres de cada cuatro toneladas que se producen en el país se destinan al mercado interno. El aceite de palma colombiano participa con el 96 % de la producción local de aceites y grasas del país y abastece adecuadamente el mercado local de alimentos, consumo humano, biodiésel y alimentación animal.
Reiteró, además, que el aceite de palma colombiano es la materia prima para la producción de biodiésel y el año pasado demandó 570 mil toneladas para garantizar la mezcla del 10 % en todo el territorio colombiano, contribuyendo de forma inmediata y confiable a la transición energética que requiere el país.
Futuro promisorio
Por su parte, Jorge Bendeck, expresidente y miembro de la junta directiva de la Federación Nacional de Biocombustibles de Colombia, manifestó que el mañana de la palmicultura es promisorio no solo porque el mercado internacional se abre ante la posibilidad del aceite, sino porque como materia prima está por convertir a Colombia en un gran productor de biocombustibles avanzados, ahora para el transporte aéreo, marítimo y terrestre.
Para lograr este fin, dijo Bendeck, habrá de requerir cantidades crecientes de aceite de palma certificada y para ello es necesario nuevos cultivos para que las puertas de exigentes mercados internacionales se mantengan.
Sin embargo, el expresidente de la Federación Nacional de Biocombustibles dijo que la situación es preocupante porque en el camino de producir combustible sostenible de aviación (SAF), en Europa y Estados Unidos están cerrando las puertas al aceite de palma, “alegando razones injustas para Colombia, ya que no nos pueden señalar de violadores de una sola de las normas, ni de violar los Acuerdos de Cero Deforestación”. Para ello se ha llevado a distintos escenarios “las pruebas de cómo en el país se respetan (los acuerdos) y la deforestación no existe para sembrar palma. La alta productividad alcanzada es gracias a las investigaciones que han permitido reducir las áreas necesarias para crecer como lo han comprobado entidades certificadoras”.
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Además, Bendeck advierte que a esto se suman recientes decisiones de la Unión Europea y EE.UU, para frenar el acceso de nuestro aceite de palma y cualquiera de sus derivados, específicamente, el del biodiésel y de los biocombustibles avanzados de aceite de palma, especialmente el SAF. Esto se traduce en que si un avión con destino a Europa carga SAF de palma en Colombia, será sancionado.
En otras palabras, los aviones con ese destino se abstendrán de hacerlo en nuestro país salvo que se tenga SAF de otras materias primas como el de soya, aceite de cocina usado o alcohol.
Por tanto, el expresidente de la Federación de Biocombustibles dijo que una de las recomendaciones a los palmicultores es que de la asamblea salgan recomendaciones al Gobierno Nacional para que actúe con diligencia ante los gobiernos mencionados anteriormente y busquen contrarrestar estas decisiones que afectan el acceso a sus mercados.
En este mismo sentido, Pérez Marulanda recordó que el programa de aceite de palma sostenible de Colombia es la estrategia que este sector ha implementado en los últimos años para mostrar que la palmicultura colombiana es distinta de la del sureste asiático, que es la que generó toda esta percepción de la deforestación.
De igual manera, precisó que el 53 % del aceite de palma crudo producido en Colombia está representado en las empresas palmeras firmantes del Acuerdo Cero Deforestación.
Las cifras
El más reciente informe sobre el sector, presentado por La Federación Nacional de Biocombustibles de Colombia (Fedebiocombustibles), señala que el año pasado se consumieron cerca de 685 mil toneladas o 207 millones de galones de biodiésel producido a partir de aceite de palma.
Cada uno de estos galones de energía líquida renovable sustituyó un galón de diésel fósil o Acpm, es decir, que el sector transporte de carga, pasajeros, paquetes y mercancías, por segundo año consecutivo rompió su registro de consumo, con un crecimiento cercano al 8 % respecto del 2021, apostándole de manera concreta y contundente a la transición energética justa.
