sábado, 30 septiembre 2023
martes 30 de mayo de 2023 - 12:00 AM

“No explorar gas natural sí es más pobreza en Colombia”: Roberto Angulo

Expandir el acceso al gas natural puede contribuir a la reducción de la pobreza energética y elevar el bienestar de la población, reduciendo el uso de leña, madera o carbón para cocinar, concluye el economista Roberto Angulo, socio fundador de Inclusión SAS.

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Por la caída de las reservas probadas del gas natural, de 8 años a 7,2 años, se encendieron las alarmas sobre el rol de este energético en la transición en Colombia, su contribución a la reducción de la pobreza energética y la disminución del uso de leña, madera o carbón para cocinar.

La petición de Naturgas, el gremio del gas natural, es incrementar la cobertura de nuevos usuarios en 30 %. También piden continuar con los contratos de exploración.

En cuanto a abastecimiento, Colombia es ejemplo mundial, pasó de tener 1,9 millones de usuarios de gas natural a 10,7 millones en una década. La otra cara son los 1,7 millones de hogares que destinan más tiempo para preparar sus alimentos y recoger leña.

Sobre esta panorama, Vanguardia, conversó la semana pasada, en el Congreso de Naturgas, con el economista Roberto Angulo Salazar, magíster en Desarrollo Económico Urbano y socio fundador de la firma Inclusión SAS.

Hoy en Colombia hay millones de familias que todavía cocinan con leña, madera o desechos. ¿Qué implicaciones económicas, ambientales y de salud se presentan?

Hicimos un estudio para Naturgas y encontramos que 5,4 millones de personas en Colombia cocinan con leña, carbón y desechos, es decir, uno de cada 10, eso es bastante (10,6% de la población total). Pero hay una cosa clave aquí, y es que no es exclusivo de hogares pobres o de la zona rural lejana cuando a uno le dicen leña. Y cuando uno se pone las gafas de alta resolución se da cuenta que, por ejemplo, los vulnerables, los que recién salieron de la pobreza, el 11 % cocinan con leña, carbón y desechos. También se extiende a las áreas urbanas intermedias. En los pobres asciende a 17,4 % y en la clase media a 1,4 %. Por ejemplo, hay barrios en Cartagena donde hay gente cocinando con leña, carbón y desechos.

Y estos productos no siempre son gratis, tras de que hacen daño, tienen que pagar, incluso deben ir a recoger la leña y el carbón para cocinar. Esto eleva bastante las horas del trabajo no remunerado en oficios del hogar, que por lo general están a cargo de las mujeres. Entonces, cocinar con leña, carbón y desechos es un problema de condiciones de vida que afecta la salud, la equidad de género, el bolsillo.

Cuando el gas se conecta, se obtiene un efecto virtuoso porque mejora esas dimensiones. Encontramos que el gas libera $60 mil por hogar, si cocina GLP o pipeta de gas. Además, una expansión moderada en zonas urbanas intermedias podría reducir a la mitad la pobreza y la privación de energía en Colombia.

¿Cuáles son las razones del porqué en estas zonas urbanas intermedias no hay acceso a este energético, es por recursos o por política pública?

Partamos del hecho de que la cobertura de gas natural de Colombia es de las más altas en América Latina, con el 66 % de sus hogares. Sí, ha habido una revolución social del gas natural, pero esta ya está tocando techo, luego de tres décadas. Estamos colapsando porque tenemos que remover unas barreras para correr esa última milla y llegar a los hogares más pobres y excluidos.

Esto pasa en las (ciudades) grandes e intermedias a medida que estas progresan y se reducen los números de la pobreza. En el siglo XXI se han reducido a la mitad, vamos en 39 % en pobreza monetaria y 12,9 en multidimensional, según el Dane. A medida que esto pasa, al mismo tiempo van quedando unos bolsillos de los más excluidos, son los que no pueden conectarse.

Y no pueden hacerlo por dos razones: primero, por capacidad de pago, a pesar de que haya subsidios. Segundo, por la urbanización informal que no tiene la conexión domiciliaria. Es una barrera gigante porque una conexión cuesta $1,8 millones. ¿Quién cubre estos costos y quién podría superar esta barrera? Por ejemplo, las viviendas de interés social que entrega el Gobierno, ni siquiera tienen incluida la conexión domiciliaria.

$!“No explorar gas natural sí es más pobreza en Colombia”: Roberto Angulo

Tras la suspensión temporal del servicio de gas natural en el suroccidente y el Eje Cafetero, ¿qué tan valioso es este energético para la seguridad alimentaria y condiciones mínima de vivienda?

Hay que destacar dos cosas. Lo primero es el tema de los dispositivos asociados a los energéticos que usan los hogares. Eso es un punto clave cuando hablamos de pobreza porque no solo necesitamos acceso confiable, de calidad y eficiente, sino que necesitamos también dispositivos para transformar esa energía en bienestar. Colombia tiene un sustrato de hogares pobres y vulnerables que les es difícil enfrentar una contingencia en el que tengan cambiar sus dispositivos para transformar la energía en bienestar. Esto puede ser muy grave para un hogar que tiene que tiene unos ingresos que a duras penas le alcanzan para comprar los alimentos y los otros rubros necesarios en un mes.

Por otro lado, experimentar por primera vez una gran crisis del gas nos hace pensar lo importante que es el gas porque estamos acostumbrados a eso. El punto aquí es que el gas ha estado ahí, es una energía segura y accesible. Por tanto, el gas natural es la puerta de entrada de los hogares a la transición energética, es el que incluye a los hogares en estos asuntos de transformación. Es un drama pensar qué pasaría si no hay gas y es lo que vivimos estas semanas.

Respecto al informe de la ANH que confirmó la caída de las reservas probadas de gas y las ubicó en 7,2 años. ¿Si en siete años el país no logra sacar esa molécula de gas, cómo haremos y qué pasará?

Esto me parece una situación medio surrealista. Es decir, se supone que el Gobierno nacional es el del cambio social, con una promesa de equidad y reducción de la pobreza, una preferencia por los más pobres.

Este tipo de decisiones (no firmar más contratos de exploración) me sorprende y no logro entender la lógica que está detrás. Aún si esas son las preferencias sociales del Gobierno, impedir o frenar la exploración de alguna manera es ponerle palos en la rueda a la reducción de la pobreza, porque si el gas es potencial social, poner una barrera para explotar ese potencial social va en contra de los pobres.

Eso es un dato que tiene que interiorizar el Gobierno, no es una arandela o beneficio adicional del gas.

Insisto, es la puerta de entrada de los pobres a la transición energética, porque no explotar gas natural sí es más pobreza, menos movilidad social, más enfermedades respiratorias para los hogares pobres vulnerables y es más tiempo de trabajo no remunerado para las mujeres.

Entonces esta decisión claramente va a en contra de las preferencias sociales del Gobierno nacional o de su narrativa de cambio social.

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Periodista económico en Vanguardia. Magíster en Estudios Políticos, de la Universidad de Caldas. Comunicador Social – Periodista, egresado de la Universidad Pontificia Bolivariana. De La Guajira.

@MiguelOrlandoAM

malguero@vanguardia.com

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