El actor español Javier Bardem, el villano de "Skyfall", elogió el método de trabajo del cineasta británico Sam Mendes, quien convirtió el rodaje de la última James Bond en "un laboratorio creativo" donde todos tuvieron la oportunidad de "probar cosas".
Vigésimo tercer filme que celebra al agente 007 -quien en "Skyfall" es encarnado por tercera vez por el británico Daniel Craig-, la cinta también marca los 50 años del agente secreto de Su Majestad, tras el lanzamiento en 1962 de "Dr. No", con Sean Connery.
"La primera que vi a James Bond fue a los 12 años, 'Moonraker', y desde entonces las he visto todas", dijo a la AFP el actor que interpreta al ciberterrorista Raúl Silva.
"La gente de mi generación ha crecido con James Bond. Así que era un lujo, un honor el hecho que te invitasen a participar en la película que celebra sus 50 años", agregó el artista de 43 años, ganador del Oscar como mejor actor de reparto en 2008 por su papel de psicópata en "No Country for Old Men" (traducida como "Sin lugar para los débiles" o "No es país para viejos").
La dirección de "Skyfall", que se estrena la semana que viene en España y Latinoamérica y el 9 de noviembre en Estados Unidos, quedó a cargo de Sam Mendes, quien ganó el Oscar a mejor director por su retrato de la sociedad estadounidense en "American Beauty" (1999).
Y su valentía al tomar el relevo del mito de 007 "está presente en toda la película", aseguró Bardem.
"Lo que ha hecho ha sido dar algo del toque clásico de las películas más clásicas de James Bond, y traer también una propuesta de personajes, una propuesta de relaciones entre los personajes y de diálogos un poco más complejos", añadió el actor español.
"Entonces la mezcla de las dos cosas hace que sea una película que funciona a los dos niveles. Funciona para aquellos que son grandísimos fans de James Bond (...) y para aquellos que quieren ver una buena película, funciona al nivel narrativo y dramático", prosiguió.
"Le encanta meter mano a las escenas, probar diferentes cosas, improvisar. Está muy abierto a las propuestas de los actores", dijo sobre Mendes.
"En el set se creó la sensación de un laboratorio creativo. Todos íbamos allí a probar cosas. Y esto, en una película como Skyfall, es extremadamente singular. Es un director con una sensación de juego y de respeto al trabajo".
"Me gusta proponer cuando se me despierta la imaginación", continuó. "Si es un material rico, como era el caso, con diferentes matices, si uno empieza a imaginar cosas, hay que proponer. Es una manera de entrar en el juego".
Por eso, dijo Bardem, "ha sido uno de los viajes más placenteros al nivel personal y profesional, porque ha sido un proceso muy cargado de creatividad que quizás no esperaba, siendo una película tan grande".
Este trabajo creativo también fue aplicado al papel de Silva, tanto por su carácter como por su aspecto físico, en particular en la escena que presenta al personaje: un largo plano en el que Bardem se acerca desde el fondo hasta enfrentarse a la cámara y reunirse con James Bond y el espectador.
"Sam y yo trajimos varias ideas y trabajamos sobre cómo abordar la misma escena desde diferentes tonos y diferentes matices (...). Sam Mendes usó estas cosas para configurar la escena que se ve ahora en la película", explicó el actor.
Lo mismo ocurre con el aspecto físico de Silva, quien lleva el cabello rubio y muestra casi siempre una extraña sonrisa, demasiado amplia y casi infantil, inquietante en el rostro de un psicópata.
"La apariencia física de un personaje, siempre, siempre tiene que tener sentido dramático. No se puede hacer gratuitamente, si no, no deja de ser una exhibición de la vanidad de uno", aseguró Bardem, esposo de la actriz española Penélope Cruz.
"Con Silva queríamos siempre crear situaciones incómodas al contrincante. Y esta incomodidad tiene que estar presente en el físico, de una forma explícita. De allí vinieron las ideas de crear un físico que fuese incómodo de mirar, en el sentido de que no sabes que está pasando con este tipo".
