Cuando la rutina y la decepción colisionan
Para quienes aman el cine europeo y se deleitan con impecables e inolvidables interpretaciones, “Finding your feet” hará parte de esa selecta lista de películas que difícilmente pueden quedar en el olvido. Ante la rapidez de las actuales historias en donde la retina no alcanza a discernir lo que sucede, los cinéfilos podrán apreciar una entrañable narración que poco a poco los irá atrapando, de una manera silenciosa y pausada, de la mano de tres talentosos actores: Imelda Stauton, Celia Imrie y Timothy Spall, quienes dan vida a Sandra Abbott, Bif y Charlie Glover, respectivamente. Imelda viene de participar en la obra de teatro “Who’s afraid of Virginia Woolf?”. Timothy Spall, por su parte, protagonizó “The Journey”, filme que llegó el año pasado a las salas de cine de la ciudad. Celia Imrie hizo parte de “King Lear”. Es decir, Richard Loncraine, director de “Un nuevo comienzo”, escogió a tres consagrados artistas para llevar la verosimilitud a un nivel casi perfecto.
Este filme le apuesta a un relato que cuenta, por separado y de manera conjunta, la vida de tres personajes que son adultos mayores y que afrontan los rigores y los contratiempos del paso implacable del tiempo, pues además de sus marcadas arrugas y sobresalientes heridas, ellos lidian con vidas que han pasado cuentas de cobro a sus excesos en todos los aspectos que dan solidez a la existencia humana. En el caso particular de Sandra, quien ha gozado durante más de tres décadas de una vida llena de lujos, orden y aparente amor, descubre que su hogar, por el que tanto luchó, es un remedo de la felicidad. Su esposo nunca fue leal a su amor. En el momento de mayor tranquilidad para ella, la vida le propone el juego más doloroso y su matrimonio de cuento de hadas se dilapida como arena en las manos. Ante esta dolorosa situación, ella tendrá que renunciar a todo y empezar de nuevo, junto a lo único que posee realmente: su hermana Bif, su opuesto radical que, a diferencia de Sandra, ha logrado llevar una existencia sin materialismos, pero plena y sólida en todos los ámbitos. Su sentido de libertad es amplio, incluso en el terreno del amor. No juzga, no cuestiona y siempre tiene una cara amable y solidaria ante quien la busca. Por su parte, Sandra ha vivido en una burbuja en donde los prejuicios están a la orden del día. Ella conocerá, a través de su hermana Bif, a Charlie, un humilde hombre que, al igual que Bif, ha comprendido el secreto de la eterna felicidad, a pesar de los duros combates que la vida le ha ofrecido sin piedad. Junto a Charlie, Sandra hará un análisis de su pasado en aras de un nuevo presente.