Buscando la luz interior
En “Un beau soleil intérieur” el mundo del arte es el escenario en el que se traza una historia que apunta a un viaje introspectivo. Sin saberlo, Isabelle, protagonista de este relato que explora cada faceta del mundo femenino, es un ser completamente insatisfecho con su vida emocional. De manera errónea, asume que el amor y la felicidad habitan en el hombre. En medio de esa búsqueda infructuosa, convertirá la promiscuidad en su carta de navegación y encontrará tardíamente que esa radiante luz no se halla en el otro, sino en su propio ser.
La directora francesa Claire Denis expone en “Un sol interior” una propuesta realista del universo femenino. Con un aire de cine independiente y con un manejo de cámaras que centra su perspectiva en las emociones de los personajes, más que en la fotografía que acompaña cada escena, explora ese mar de contrariedades y ambigüedades que se construyen alrededor de una mujer madura que ya ha experimentado las mieles del amor, así como el desengaño y la insatisfacción permanentes. Isabelle, su creación, es una artista que intenta buscar cierta estabilidad emocional, pero que cada vez que se aproxima a los hombres encuentra seres incompletos, golpeados por la vida, egocéntricos y manipuladores, personajes sin alma ni corazón, bestias esclavizadas a sus eternos impulsos. Es por ello por lo que este recorrido llamado vida se torna infinito. Su aparente ingenuidad, que se percibe en los primeros minutos de la película, logra un proceso de transformación y, ante tantas bofetadas recibidas, descubre que nadie ni nada podrá emprender algo que solamente yace en su interior.
Esta producción realizada entre Francia y Bélgica consigue ser universal al presentar un dilema habitual en esta época: el lograr o no ser correspondida. Esa ansiedad por encajar en la vida de otro convierte la búsqueda de Isabelle en una carrera demencial que no se satisface con encuentros furtivos con todo tipo de hombres (suicidas, pervertidos, huraños, extrovertidos, introvertidos, liberales, conservadores, egocéntricos, violentos, manipuladores, adictos al sexo, etc.). Ante ese desenfreno en el que se torna su vida, aparece una especie de gurú del amor, interpretado por el gran Gérard Depardieu, quien, en una corta intervención al final de la película, genera más interrogantes que respuestas a esta mujer que se niega a explorar su mundo interior, ante las trampas constantes, eficaces y certeras con las que ataca ese misterio y embrujo llamado amor.
‘Un beau soleil intérieur’ ofrece una aguda y actual lectura de una sociedad que aún asume que la felicidad y la estabilidad emocional dependen del otro y de lo que este pueda llegar a ofrecer.