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Martes 22 de noviembre de 2022 - 12:00 PM

Alba Malaver: Migrar implica encontrarse a uno mismo

La escritora de nacionalidad colombiana Alba Malaver presenta su libro Atrás vienen los otros, donde analiza el tema de la migración y de lo que pasa con las familias que se quedan cuando uno de sus integrantes migra.

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Fotos suministradas/VANGUARDIA
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Alba Malaver tenía guardado este libro hace un buen tiempo en su corazón. Desde hace alrededor de 20 años está fuera de Colombia: primero fue migrante en México y luego en Estados Unidos.

Y hace poco se puso a escribir. No tenía pensado publicarlo, hasta que otro escritor le recomendó que lo hiciera, que lo enviara a participar a concursos, que lo mostrara.

Así nació “Y atrás vienen los otros”. Con el tiempo, una editorial española se contactó con Alba, Ediciones oblicuas, donde recibió una mención honorífica por su novela, lo que la convenció de que su trabajo tenía sentido.

Y es así. Son tiempos de grandes migraciones en el mundo. Si bien se podría decir que somos todos migrantes en este mundo, es cierto que hay épocas cruciales en la historia de los países y las regiones del mundo que impulsan esta salida de los nacionales.

Alba está cursando un doctorado es Estudios prehispánicos precisamente para comprende “toda nuestra historia”, marcada por el deseo de vivir una vida más parecida a la que se vive en otras partes del mundo, con mejores condiciones.

Pero, ¿cómo deja eso a los países que ven salir a su gente?

Vanguardia habló con Alba Malaver acerca de su libro Atrás vienen los otros, un trabajo periodístico sobre la migración que plantea esta pregunta, además de analizar lo que viven, particularmente, las mujeres migrantes.

Usted es colombiana, mexicana por adopción e inmigrante en Estados. Cómo llegó a esta experiencia de vida y cómo lo relacionó con el libro.

“Llegué como migrante primero a México y en México me di cuenta de la situación de querer uno su patria, de apreciar el origen, las raíces. En Colombia la situación social, de violencia, lo lleva uno a esas ganas de huir, de buscar una salida, una vida que lo lleve lejos de eso, pero en México me di cuenta de que ese huir implica encontrarse a uno mismo, entender que en esa huida, en esa vida hay que volver hacia adentro, hacia uno, porque uno se va, pero extraña lo que lo hace único, lo que lo hace ser diferente. Ahí encuentras la diferencia y esa diferencia es lo tuyo. Es lo que te hace ser tú.

Fue muy bonito poder encontrarme y amar a mi Colombia, a mis raíces”.

Migrar a México es diferente a migrar a Estados Unidos...

“La migración en México es muy diferente a la migración a Estados Unidos porque en México tenemos el idioma, las mismas tradiciones y es algo positivo en cierto sentido.

En Estados Unidos el choque cultural es supremamente fuerte. Entonces habrá otros problemas que enfrentar.

La situación de las colombianas migrantes es más fuerte en Estados Unidos, aunque hay más colombianos y colombianas. Como decía, este huir te lleva a buscar al otro colombiano para sentirte protegido porque el idioma se convierte en esa cuestión que te abraza, que te hace sentir cariño, que te hace sentir protegido.

Encuentras que el idioma español colombiano te va a unir, tu cultura te va a unir y en ese unir te vas enterando de los dramas que no solamente son tuyos, sino son también de las otras, y más o menos parecidos.

¿Cómo es la migrante colombiana?

“En general es aguerrida, fuerte y tiene que salir adelante y lo logra. La mujer colombiana es muy decidida, muy determinada y eso hace que logre lo que se propone, pero en ese huir también hay que acordarse de conversar, de asimilar porque vas echando raíces en otro lugar y aunque tú quisieras regresar a tu origen ya no va a ser posible porque ya eres otra persona, vas a cambiar. Es irónico.

El problema de la migración es complicado porque no solamente pierde la persona como unidad, si no pierde lo que conocemos como país, nuestra gente”.

Estamos en un momento muy importante en materia de migración. ¿Cómo ha visto este momento de la historia en el que migran tantas personas?

“En muy duro ver como al pasar de los años esta problemática, en lugar de parar, se ha exacerbado. Los que pierden son los que quedan atrás y los que quedan atrás ven el ejemplo y quieren también, como el título del libro, huir, pero en ese huir el país es el que pierde y lo que hay que buscar es parar porque a donde uno vaya uno tiene que trabajar, echarle ganas y eso se puede hacer también en el propio país sin necesidad de desgarrarse”.

La migración desagarra...

“Cuando tú te vas llegas a una sociedad donde no te reciben, donde eres el diferente, donde te rechazan, donde hay discriminación. Imagínate entonces a esa persona, el sufrimiento de esa persona es doble porque en tu país tu luchas, pero imagínate luchando y que te agredan”.

Las mujeres vive también unos retos muy particulares en cuanto el tema de migración, ¿cuáles son esos retos muy específicos que viven las mujeres cuando migran a países como México o Estados Unidos?

“En realidad el reto más fuerte es que tienes que migrar y que eres el soporte de tu familia, entonces tienes que traer a tus hijos y tienes que ver cómo puedes salir adelante, eso hace más complicado el proceso.

El hombre todavía en esta sociedad patriarcal se siente libre y puede enfrentar el mundo más autónomo, mientras que la mujer no. La mujer no solamente tiene que pensar en ella, tiene que pensar también en los que están con ella: es supremamente doloroso y fuerte este enfrentamiento a esta problemática.

También, nosotros como colombianos somos un país de migrantes, no solamente migrantes hacia el exterior, sino también dentro de nuestro propio país, entonces tenemos la fuerza, la sangre, pero también ese sufrimiento, ese dolor de andar arrastrando esa nostalgia, esa melancolía. No hay necesidad”.

Cuéntenos un poco de su propia experiencia. ¿Cómo ha sido para usted la migración?

“A nivel profesional he podido lograr muchas de las metas que yo tenía propuestas, pero personalmente no he dejado nunca de pensar en mi tierra, en mi gente. He vivido con esa nostalgia y siempre en mi mente ha estado esta necesidad de regresar.

Soy muy consciente de que ya no soy esa misma persona que se fue y que mi regreso lo he podido vivir en el momento en el que voy de vacaciones. Es un regreso también a algo que ya no es totalmente mío porque ya soy otra persona y espero otras cosas de la gente.

He tenido que enfrentar varios mundos y mi mundo es un poco diferente. Es duro porque he podido lograr las metas, pero llevo 20 años por fuera y aún quisiera regresar a pesar de que sé que no lo voy a poder hacer nunca, ya no regresaré”.

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Publicado por Paola Esteban

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