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Cultura
Viernes 14 de abril de 2023 - 12:00 PM

Como una nube, tus rebeliones: El nuevo libro del escritor y periodista Hernán Estupiñán

Cómo se siente, cuando se vive de cerca, un día a día marcado por la violencia del narcotráfico, de la guerrilla, de los paramilitares Hernán Estupiñán lo cuenta en su novela Como una nube, tus rebeliones, un testimonio personal y periodístico de los años 80 y 90 en Colombia.

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Hernán Estupiñán. Foto suministrada / VANGUARDIA
Hernán Estupiñán. Foto suministrada / VANGUARDIA

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Hernán Estupiñán. Foto suministrada / VANGUARDIA

En 1993, cuando Pablo Escobar fue asesinado por el bloque de búsqueda en Medellín, en la ciudad algunos sintieron alivio, otros rabia y todos, miedo.

Pablo Escobar había sido el más grande causante de dolor y angustia en el país, pero en Medellín había dejado obras que, de alguna manera, satisfacían las necesidades que durante tanto tiempo habían sido dejadas de lado por el Estado para las personas vulnerables.

Hernán Estupiñán estaba en Medellín ese 2 de diciembre. Recuerda a una ciudad que recibió la notica con una mezcla de emociones que con el avance vertigionoso de la tecnología y la violencia hoy parecen desvancerse en el tiempo, pero que es necesario no olvidar nunca.

Como periodista y testigo de excepción de esa época, Hernán Estupiñán narra lo que vivió en los convulsos años ochenta y noventa en su libro “Como una nube, tus rebeliones”, una frase bíblica que enmarca una historia que nos invita a reflexionar del por qué de nuestros largos periodos de violencia y qué pueden enseñarnos.

Al leer su novela, que está escrita en términos de autofición, muchos lectores le dicen: “Sí, recuerdo ese día cuando estaba en tal lado. Recuerdo el dolor de tal cosa, recuerdo al vecino que secuestraron, etcétera. Las nuevas generaciones me dicen: qué bueno que me cuenten cómo fue, qué bueno que me cuenten lo que estaba pasando en mi país. Qué bueno que pueda acercarme a través de una novela basada en hechos absolutamente reales”, explica el reconocido escritor y periodista en entrevista con Vanguardia.

“Como una nube, tus rebeliones” es la séptima Hernán Estupiñán y es el resultado de un largo camino literario.

Hernán había intentado publicar su primera novela, “No pregunten por Katina”, una historia de desplazamiento y adopción. Pero los editores le pidieron que escribiera sobre el narcotráfico, el tema más álgido en la Colombia de Virgilio Barco. Él se negó, quería hablar del otro dolor del país, el del conflicto armado.

Y quería hacerlo desde el alma de una niña. Así que guardó su novela y siguió escribiendo sobre otros temas: una trilogía sobre la fe con personajes históricos, un libro de cuentos y cuatro novelas más, una de ellas histórica. Años después, logró publicar “No pregunten por Katina” en otra editorial y se inscribió en esa corriente.

Le consultó precisamente a su familia si le interesaba este tipo de historia: dijeron que sí, no por ser su familia, sino por la necesidad de no olvidar esa época. Entonces recordó el rechazo de los editores a su primera novela, la que hablaba del otro dolor del país.

Ahora tenía la madurez literaria para abordar este tema desde la ficción, pero con la base de la realidad. Siendo la literatura era un viaje interior, uno que se hace en la cuerda floja entre lo real y lo imaginado, Hernán estaba dispuesto a cruzar esta cuerda para que el lector se identificara con su historia, desde su propia vida, desde la autoficción.

“Algunos podrían pensar que esta novela está demasiado lejana en el tiempo y en las circunstancias, pero yo creo que no es así. Estamos hablando de la década de los 80 y 90, cuando nacieron muchas personas que hoy tienen veintitantos o treinta y tantos años. Treinta años en la historia de la humanidad o de un país no son nada, son parte de nuestro conflicto reciente. Lo que pasa es que el vertiginoso ritmo de la violencia en Colombia nos hace olvidar lo que vivimos.

Ahora que la Farc entró en un proceso de paz, que se está dialogando con el ELN, que el M19 tiene un presidente en el poder, parece que eso ya pasó. Pero no podemos ignorar que venimos de unas épocas anteriores a esas décadas, que reflejaban un conflicto aparentemente rural.

Veníamos de tomas guerrilleras, de la violencia partidista, que nos dejaron tantos muertos, secuelas y cicatrices. Y luego llegamos a ese conflicto que martirizó los pueblos de Colombia y que alcanzó los cascos urbanos de las ciudades. Yo viví un poco esas formas de violencia, por eso la novela plantea desde la violencia en los colegios, el bullying que siempre ha existido y luego pasó a ser violencia urbana con la masacre del Palacio de Justicia en Bogotá y las bombas de Pablo Escobar cuando yo era adolescente”.

Hernán Estupiñán señala que el libro está escrito para comprender el origen de nuestras violencias: “Pasamos a una violencia urbana en aquellas épocas y el conflicto cambió de los pueblos a las ciudades. Las bombas de Pablo Escobar nos dieron a entender que también estábamos en riesgo y había una zozobra a raíz de la locura de un hombre con poder en la violencia y capacidad para encontrar el mal”.

El autor de origen boyancese aclara que ha tenido que advertirle a muchos de los protagonistas de su novela que, aunque en clave de autoficción, es una novela.

“Mi familia se angustia por lo que voy a contar. La novela es una especie de historia de las vivencias de un clan familiar, el mío, de cómo vivió aquellas épocas de los años 80 y 90. Casi desde la ventana de nuestra casa, desde el patio de nuestro colegio y desde las calles de nuestra ciudad, vimos pasar esa violencia y fuimos protagonistas”.

Una travesía literaria

Hernán Estupiñán había intentado publicar su primera novela, “No pregunten por Katina”, una historia de desplazamiento y adopción. Pero los editores le pidieron que escribiera sobre el narcotráfico, el tema más álgido en la Colombia de Virgilio Barco. Él se negó, quería hablar del otro dolor del país, el del conflicto armado.

Y quería hacerlo desde el alma de una niña. Así que guardó su novela y siguió escribiendo sobre otros temas: una trilogía sobre la fe con personajes históricos, un libro de cuentos y cuatro novelas más, una de ellas histórica. Años después, logró publicar “No pregunten por Katina” en otra editorial y se inscribió en esa corriente.

Le consultó precisamente a su familia si le interesaba este tipo de historia: dijeron que sí, no por ser su familia, sino por la necesidad de no olvidar esa época. Entonces recordó el rechazo de los editores a su primera novela, la que hablaba del otro dolor del país.

Ahora tenía la madurez literaria para abordar este tema desde la ficción, pero con la base de la realidad. Siendo la literatura un viaje interior, uno que se hace en la cuerda floja entre lo real y lo imaginado, Hernán estaba dispuesto a cruzar esta cuerda para que el lector se identificara con su historia, desde su propia vida, desde la autoficción.

“Algunos podrían pensar que esta novela está demasiado lejana en el tiempo y en las circunstancias, pero yo creo que no es así. Estamos hablando de la década de los 80 y 90, cuando nacieron muchas personas que hoy tienen veintitantos o treinta y tantos años. Treinta años en la historia de la humanidad o de un país no son nada, son parte de nuestro conflicto reciente. Lo que pasa es que el vertiginoso ritmo de la violencia en Colombia nos hace olvidar lo que vivimos”, comenta.

El autor, de origen boyacense, aclara que ha tenido que advertirle a muchos de los protagonistas de su novela que, aunque en clave de autoficción, es una novela.

“Mi familia se angustia por lo que voy a contar. La novela es una especie de historia de las vivencias de un clan familiar, el mío, de cómo vivió aquellas épocas de los años 80 y 90. Casi desde la ventana de nuestra casa, desde el patio de nuestro colegio y desde las calles de nuestra ciudad, vimos pasar esa violencia y fuimos protagonistas”, dice.

A continuación, escuche la entrevista completa.

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Publicado por Paola Esteban

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