El barrio Transición en Bucaramanga tuvo un comienzo humilde como un cafetal, pero pronto se convirtió en el hogar de personas desplazadas de zonas rurales. Este barrio, surgido gracias a la invasión de 42 familias, pasó a ser conocido como “Transición” debido a que se consideraba una zona temporal.
Toda esta historia, desconocida para muchos, está siendo recuperada por un grupo de jóvenes del barrio, quienes tuvieron la iniciativa de dar a conocer, además de los datos históricos, los talentos artísticos y culturales de su comunidad a través de la iniciativa “La Ruta de la Transición”.
El proyecto, liderado por Edwin Rojas y su fundación Capaz, busca potenciar los talentos y la historia cultural del barrio mediante la creación de murales y otras actividades culturales como danzas folclóricas, latinas y urbanas, teatro y talleres de música con tamboras, por ejemplo.
“Nuestra iniciativa nace como todo por la necesidad de tener un programa continuo y de seguimiento a los niños y jóvenes de nuestra comuna, pues siempre se veía el trabajo gestionado por diferentes secretarías (del gobierno local), pero no sé dedican hacer un seguimiento de estos niños que sueñan con ser artistas”, explica Edwin Rojas.
Y agrega que “luego de ver esa necesidad nos reunimos con amigos de mi barrio que tenemos talentos y empezamos a dar clases totalmente gratis para mantener a los pelados ocupados y alejados de tanto vicio que se ve en nuestro barrio”.
En 2022, la fundación ganó la convocatoria de Estímulos de Turismo Comunitario del Instituto Municipal de Cultura y Turismo y “La Ruta de la Transición” fue seleccionada junto con otras nueve rutas en Bucaramanga.
“El estímulo hizo posible la realización de 10 rutas con la participación de más de 150 turistas, que incluyen personas de la comuna y visitantes de otros barrios de la ciudad. En la Ruta tanto internos como externos, han resaltado el amor y la pasión de las y los jóvenes participantes, el amor por el barrio, la resignificación de espacios a través del color y la naturaleza, el impulso a los emprendimientos locales, la historia y la cultura representada en nuestras danzas folklóricas y la popular cumbia bumanguesa”, cuenta Edwin.
También pasa por el comedor comunitario y el kiosko, lugares de encuentro para la realización de los talleres danzas folclóricas, danza urbana e instrumentos musicales.
“Los talleres los reciben jóvenes ancianos, niños y niñas, con el aporte económico que realizan los turistas se le da continuidad al proceso de formación artística y cultural”, señala Edwin.
Además, se cuenta la historia de “la bloquera”, un proyecto comunitario que generó empleo y capacitó a los habitantes para autoconstruirse sus viviendas de manera económica y que hoy se ha urbanizado en un conjunto cerrado pequeño.
“Una de las paradas que más gusta es la estación de juegos tradicionales, donde al son de las cumbias se juega, trompo, maras, rana, se salta el lazo y los turistas conectan con su infancia”, afirma Ediwn.
“La Ruta de la Transición” es un ejemplo de cómo la creatividad y la colaboración pueden generar oportunidades para las comunidades más vulnerables de la ciudad.