Según Alexander Torrenegra, CEO y cofundador de Torre, una plataforma global que permite a los usuarios encontrar fácilmente oportunidades laborales, las profesiones que van a ser mejor pagadas en 20 años “a lo mejor ni siquiera existen y mucho menos tienen una demanda en el mercado”. Pero, lo que sí es claro, es que la apuesta profesional debe ser por aprender.
“Esto es extremadamente importante, porque conforme empezamos a vivir el futuro, vamos a tener que hacer cosas que antes no hacíamos y ni se nos pasaba por la cabeza”, asegura el también inversionista de Shark Tank y emprendedor colombiano.
Dentro de ese conjunto de habilidades que llevan por la senda del aprendizaje, Torrenegra explica que no es indispensable un sitio físico para trabajar y que se debe aprender a liderar los trabajos y los equipos remotamente.
“Muchos de los líderes que hoy están teniendo problemas con sus compañías es porque no aprendieron a desaprender y aprender nuevas cosas, y les queda muy difícil visualizar cómo trabajar remotamente, porque simplemente hacen las cosas como las venían haciendo”.
¿Cómo va a ser la forma de conseguir el talento profesional del futuro?
Hoy día el asunto sigue siendo tan lento como lo era hace 50 años. La diferencia es que ya no lo pones en el periódico, lo pones en una bolsa de empleo digital, pero te siguen llegando las hojas de vida de antes. Eso es algo que por alguna razón todavía no se ha revolucionado. En mi experiencia con las compañías que creé previamente, pudimos crear algoritmos que automáticamente seleccionaban personas para ciertos trabajos muy específicos, y con eso combinado fue que visualicé que el hecho de conseguir trabajo va a ser altamente automatizado, sino completamente automatizado. No se trata de si va a ocurrir, se trata de cuándo va a ocurrir. Esto depende de la hoja de vida que no debe ser más de una página. Es denigrante, pero guardar información en formato digital es casi que gratis. Que hoy día nos sigamos considerando profesionales basados en lo que está en una paginita chiquita, no tiene sentido. Nosotros creamos el concepto del genoma profesional, una colección de miles de puntos de información de una persona que incluye lo que ves en el perfil de LinkedIn o en la hoja de vida, pero mucho más que las experiencias son habilidades blandas, duras, habilidades que quieres o no desarrollar; certificaciones, verificaciones, recomendaciones, tu red de contactos, redes sociales, psicometría, etc. La psicometría es cómo te comportas, o sea, tu tipo de personalidad, y eso se lo metemos a un par de docenas de algoritmos que replican la intuición de la gente que hace contrataciones, y la intuición también de la gente cuando está buscando trabajo, y eso nos permite no solo predecir si una persona va a ser buena para un trabajo, sino para trabajar con un equipo en particular, porque esa información también la capturamos del equipo.
En un futuro, la gente no va a tener que andarse postulando a tantos trabajos. Si quieres recibir una oferta, simplemente hace click y en par de minutos ya le llega una oferta y empiezas el lunes, si quieres.
¿Cuáles son las habilidades que están necesitando hoy en el mercado y cuáles serían las carreras que se demandarán en cinco años?
Una cosa es la demanda que hay para vivir de talento y otra cosa es la demanda que hay para el futuro. Hoy, si una persona me dice qué carrera estudio o mejor aún, qué profesión aprendo, mi primera sugerencia es que uno no aprende y después trabaja, uno aprende y trabaja, y constantemente se repite el ciclo. Por ejemplo, yo le dedico dos horas de mi día todos los días a aprender algo nuevo y espero que mi equipo también lo haga, porque si no, uno se desactualiza. Acá le toca a uno aprender y aplicar, e ir aprendiendo. Entonces esa mentalidad es lo más importante, independiente de la carrera o de la profesión. De hecho, ha habido estudios que inclusive en medicina, los doctores recién graduados tienen más posibilidades de curar a los enfermos que los doctores que han venido trabajando por décadas, porque tienen mucho más fresco el conocimiento.
Hablemos en términos de producción, ¿qué se necesita?
En desarrollo de software la demanda es impresionante. Es común hoy día ver jóvenes con 20 años de edad, que trabajando desde pueblitos en las en el campo en Colombia y están ganándose salarios equivalentes a cuatro o cinco veces más que el mejor salario que sus padres jamás se pudieron ganar en la vida. Y la otra habilidad es el inglés: un profesional que hoy día, con toda la oportunidad que hay de trabajo global y trabajo remoto, hable inglés, puede esperar compensaciones tres, cuatro o cinco veces más altas de una persona que no habla inglés.
En Bucaramanga se lanzó Campus 5.0, un sitio de entrenamiento en desarrollo de software para jóvenes gratuito. ¿Qué piensa sobre estas iniciativas? ¿Cómo se puede visualizar a Santander para que se convierta en un HUB de tecnología (unidades de innovación)?
Estos espacios son importantes. Si yo tuviera la oportunidad de decir qué se debe hacer en Colombia, una de las cosas que más rápida y radicalmente haría es reinventar el sistema educativo. Lastimosamente la educación en Colombia es terrible, los sindicatos que hay detrás de eso son terribles. Toca aprovechar la tecnología para traer una nueva forma de educar. Yo enseñaría desde mucho más temprano algoritmos, el desarrollo de software, inglés. Creo que en el futuro el concepto de maestro va a ser reemplazado por coach, porque sistemas de inteligencia artificial van a poder entender mucho mejor al niño o la niña que tienen que enseñarle y preguntarle en cada momento de lo que puede hacer un maestro. Pero sí es importante que haya una persona de al lado que esté constantemente motivando.
En donde usted está, en Silicon Valley, el fracaso es sinónimo de orgullo y decir que he fracasado tantas veces, es también decir ‘mire lo que he hecho’. ¿Qué tan importante es el fracaso para un emprendedor?
Tampoco es que uno ande por acá pregonando la caída tantas veces, pero no está mal visto, es decir, no es algo que te tache como un fracasado. El emprendedor fracasado es el que deja de intentar después de que ha fracasado varias veces. Pero, mientras uno siga intentando, sigue empujando, eso es lo importante. Uno como inversionista, he invertido nuevamente en emprendedores que han fallado con su negocio, porque denota la tenacidad para volver a intentar con algo nuevo. Y es porque finalmente invirtió un montón de plata en la educación de ese emprendedor.
Según Alexander Torrenegra, CEO y cofundador de Torre, una plataforma global que permite a los usuarios encontrar fácilmente oportunidades laborales, las profesiones que van a ser mejor pagadas en 20 años “a lo mejor ni siquiera existen y mucho menos tienen una demanda en el mercado”. Pero, lo que sí es claro, es que la apuesta profesional debe ser por aprender.
“Esto es extremadamente importante, porque conforme empezamos a vivir el futuro, vamos a tener que hacer cosas que antes no hacíamos y ni se nos pasaba por la cabeza”, asegura el también inversionista de Shark Tank y emprendedor colombiano.
Dentro de ese conjunto de habilidades que llevan por la senda del aprendizaje, Torrenegra explica que no es indispensable un sitio físico para trabajar y que se debe aprender a liderar los trabajos y los equipos remotamente.
“Muchos de los líderes que hoy están teniendo problemas con sus compañías es porque no aprendieron a desaprender y aprender nuevas cosas, y les queda muy difícil visualizar cómo trabajar remotamente, porque simplemente hacen las cosas como las venían haciendo”.