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Espiritualidad
Miércoles 15 de junio de 2022 - 12:00 PM

Deje atrás sus miedos y vaya hacia adelante

Al querer cambiar, con relativa frecuencia, el miedo se apodera de usted. Es fundamental vencer los resquemores y recelos para seguir adelante con el sano propósito de transformar su vida.

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Muchas personas no saben cómo cambiar sus rutinarias vidas. Aunque sienten que deben darles giros sustanciales a sus entornos, siempre claudican porque no tienen ni idea por dónde empezar.

Y como no pueden dilucidar los pasos que deben dar para lograr ese sano propósito, se cruzan de manos y se quedan anquilosados.

¿Qué es lo que realmente los ata? Pues que se les despiertan los temores y las inseguridades que rondan sus mentes. Además, la idea de salir de sus ‘zonas de confort’ los hace desfallecer.

Así las cosas, será fundamental liberarse de los miedos que tanto los acobardan. Deberían tener presente que a veces ese pánico que sienten no tiene fundamento alguno.

Lo primero que les debo decir es que aunque el deseo de transformarse es bueno, ello no implica que deban hacerlo ‘a la topa tolondra’. Un cambio de vida también implica reflexión y planificación.

Lo menciono porque cambiar de vida es, en esencia, un asunto que implica definir cuáles son las motivaciones que se tienen.

Es decir, propiciar un cambio verdadero tiene implícito el apostarle a un proyecto lo suficientemente poderoso como para que él sea el que determine el trayecto a seguir.

El cambio debe provenir de adentro, para que una vez den el paso no se arrepientan y puedan seguir adelante con el suficiente interés por esa transformación.

Se pueden dejar llevar, de una forma prudente, de sus intuiciones. Ellas les ayudarán a tener un enfoque más práctico y les servirán para disponer de la fe necesaria a la hora de arriesgarse a tomar caminos nuevos.

Les reitero que no deben precipitarse. Es preciso transformarse poco a poco, diseñando las estrategias en la mente con anticipación, y buscando o reuniendo toda la información y detalles claves que les permitan adquirir la suficiente seguridad a la hora de tomar decisiones.

Y cualquiera que sea el camino por el que opten, no pueden olvidarse de Dios. Confiar en Él y en su buena disposición será esencial para recibir las bendiciones y para contar con su ayuda cuando sea necesario, no importa cuán difíciles sean las circunstancias por las que atraviesen.

Si se animan a dar el paso de transformar sus vidas, a su debido tiempo, el Creador y la vida misma comenzarán a entregarles todo lo que le hayan pedido y eso les dará fuerzas para desarrollar aún más todas sus potencialidades. ¡Dios los bendiga!

BREVES REFLEXIONES

* El termino prudencia proviene del latín ‘prudentia’, que se traduce en esa cualidad que insta a la gente a actuar con moderación. Total: cuando no tenga nada bueno por decir, evite pronunciarse. ¡Es mejor ser ‘rey’ de su silencio a ser ‘esclavo’ de sus palabras!

* Hay amigos que transmiten tanta paz y confianza que sus conversaciones parecen terapéuticas y revitalizadoras. Hablo de esos ‘parceros’ que siempre nos hacen sentir a gusto, entre otras cosas, porque ellos son felices cuando sonreímos.

* Deje fluir, no se atreva a forzar nada ni se aferre a nadie. Todo tiene su momento en la vida y también cada cosa ocurre ‘para algo’. Le corresponde aceptar cada situación tal y como ella sea, sin que ello implique que deba vivir resignado o amargado.

¡CUÉNTENOS SU CASO!

Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo afectan en la actualidad? Háblenos de ellos para reflexionar al respecto en esta página. Envíe su testimonio a Euclides Kilô Ardila al correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, él mismo le responderá. Veamos el caso de hoy:

Testimonio: “Me siento defraudado. Les ofrecí mucho a unas personas, les di la mano y no me correspondieron como yo esperaba. No volveré a hablar con ellas, jamás los volveré a determinar porque traicionaron mi confianza. ¿Por qué no habré conseguido la debida reciprocidad si siempre les di lo mejor de mí?”.

Respuesta: Es complicado entender que las personas que creíamos reales para nosotros, finalmente nos defraudan.

No obstante, antes de tomar actitudes drásticas, es fundamental respirar y tomarse un tiempo para tranquilizarse.

Si reacciona de una manera impulsiva es probable que se llene de más recriminaciones y termine más decepcionado de la vida.

Le cuento que la reciprocidad de la que usted habla no siempre se da. El pretender recibir lo mismo que usted ofrece no resulta una ecuación tan exacta como se lo imagina.

Sé que esperaba, como mínimo, una voz de agradecimiento por lo que les ofreció a sus ‘amigos’. ¡No se amargue, el mundo es así!

La invitación es a aceptar que las decepciones que le dejaron esas personas forman parte una realidad que ya no puede cambiar. De igual forma, no se cree falsas expectativas de la gente.

Tal vez lo más recomendable, en su caso, es no dejarse afectar por las actuaciones de esas personas por física salud mental y espiritual.

En la medida de lo posible, sea un poco más cauto a la hora de regalarles su confianza a los demás. Siempre tenga unas buenas dosis de cautela y de prudencia, so pena de seguir siendo traicionado. ¡Hágame caso y verá que se sentirá mejor!

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Publicado por Euclides Kilô Ardila

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