Tal vez usted, sin darse cuenta, deja pasar las oportunidades que el destino le trae. ¿Por qué? La respuesta tal vez sea, por miedo. ¡Y no es para menos! La dificultad de salir de su zona de confort le implica un enorme desafío que le da ‘vértigo’ por lo que pueda venir.
Lo anterior sin contar que, en cierta medida, dar un ‘salto al vacío’ le produce incertidumbre, más allá de que con él podría tener la posibilidad de convertir ‘lo que venga’ en una novedosa experiencia.
Si tuviera presente que son las experiencias las que lo convierten en un verdadero maestro en el arte de vivir, descubriría que es bueno mirar un poco más allá de lo que hoy tiene; aunque ello implique reconocer sus lados flacos e incluso darles la cara a sus mayores dificultades.
No le estoy sugiriendo que se lance ‘a la topa tolondra’; sino que reflexione que el quedarse quieto lo lleva a un tipo de vida que no le conviene, porque ella lo sumirá en un estado de permanente mentira y de falsa apariencia que le impedirá ver la realidad tal como y ella es y, por ende, no podrá disfrutarla.
Reflexione y entienda que, en el fondo, en usted yace esa incomodidad que no le permite estar a gusto con el curso de las cosas y, lo admita o no, quiere cambiar por otro entorno que sí le satisfaga.
La propuesta es que tome valientemente la decisión de ser siempre totalmente franco y que comience a manejar su vida diaria con otras reglas de juego, unas más claras y más prácticas.
En este consejo también debe aprender a esperar sin alterarse, sobre todo cuando algo no sale como usted se lo ha imaginado o como pensó que estaba planeado.
Y si por esas cosas de la vida, aparece un tropezón, no tiene porqué dejarse llevar por la tristeza o la melancolía. Ya vendrán hacia usted nuevas y valiosas oportunidades. Lo importante es no desanimarse y jamás perder la capacidad de recuperación.
Tampoco sea tan radical. Se lo digo porque existe una gran cantidad de aspectos frente a los cuales acostumbra a adoptar una actitud y una conducta demasiado vertical. Por eso, es conveniente revisar sus puntos de vista y hacerlos más flexibles.
Recuerde que la sabiduría es muy amplia y que además tiene muchas caras y facetas.
Permítase hacer algo con sus sueños y dejar que sea el corazón el que guíe sus decisiones para el futuro.
Por último, quiero recomendarle que a la hora de enfrentar los problemas y las dificultades sea resiliente porque, de esa forma, logrará madurar y se convertirá en un vencedor. ¡Dios lo bendiga!
LA INQUIETUD DE HOY
Testimonio: “A veces no sé qué hacer. Me veo sumergido en una carga de situaciones que no puedo manejar y que, por algún motivo, hacen que mi vida se vea caminando por una ruta llena de rencores, amarguras y desaciertos. No sé cuál rumbo tomar. ¿Qué me puede aconsejar?”
Respuesta: Podría darle varias sugerencias que le ‘resolvieran’ su inquietud; sin embargo sólo en usted se encuentra la respuesta que necesita.
Considero que es preciso que se oiga a usted mismo y también que entable un diálogo con Dios; Él, en últimas, es quien sabe qué es lo que realmente le conviene.
No le estoy sugiriendo que se aparte de su entorno; sólo que por un momento se aleje del ruido exterior y entre en la intimidad con su corazón, para que le haga las preguntas más importantes atinentes a su vida y para que él le sugiera las estrategias más oportunas y seguras para saber mirar hacia el frente.
Es decir, debe tomar un tiempo prudencial para hacer una reflexión sincera de autoconocimiento y autoanálisis. De igual forma, debe detectar cuáles son las cargas y los lastres con los que carga y que hoy le están restando muchas energías.
Por favor, no deje que sean otras personas quienes opinen por usted o tomen las decisiones que sólo usted mismo puede entender a cabalidad y asumir a plenitud.
En ese orden de idas, lo invito a procurar la máxima autenticidad y, por supuesto, a desprenderse de todo aquello que no le pertenece realmente y que no hace parte de su propia naturaleza. ¡Le envío una buena vibra!
BREVES REFLEXIONES
Si usted pudiera conocer el viacrucis que otras personas llevan sobre sus hombros, soltaría las armas y dejaría de ir por ahí juzgando a todo el mundo. Estamos en mora de ‘ponernos en los zapatos del otro’ para no recrearnos ni jactarnos en las emociones de enojo y venganza que suelen acompañarnos.
Amar no es ocupar el lugar de alguien, es crear un lugar que nadie más pueda remplazar. Las verdad es que los que sí han aprendido a amar no dependen de la persona amada, ni permiten que ella dependa de ellos; y lo mejor es que crean un espacio de libertad para sus respectivas parejas.
Oración: Señor, si mis planes no son los que usted tiene para mí, destrúyalos. Sé que si algo no me conviene o sencillamente no me corresponde tomarlo, debo dar un paso al costado y seguir con mi vida. Me pongo en sus manos con la absoluta certeza de que lo que viene para mí será lo más acertado.
Periodista de Vanguardia desde 1989. Egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y especialista en Gerencia de La Comunicación Organizacional de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del equipo de Área Metropolitana y encargado de la página Espiritualidad. Ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.
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