Publicidad

entretenimiento/espiritualidad
Domingo 19 de marzo de 2023 - 12:00 PM

Espiritualidad del día: Qué nos tiene tan cabizbajos

Muchos suelen ir por la vida con la cabeza baja por el abatimiento, las preocupaciones, las tristezas o los diversos dolores que los agobian. Es preciso que todos recuperen e l matiz de sus rostros

Compartir
Imprimir
Comentarios

Compartir

Solemos ver mujeres y hombres cabizbajos a nuestro alrededor. Las afugias que los atosigan hacen que sus rostros se muestren demasiado tristes. La actitud y el desaliento se les nota en todo momento.

La verdad es que los problemas diarios, las crisis económicas, los asuntos emocionales y, en general, los desasosiegos que les trae la cotidianidad suelen generarles las ‘mil y una preocupaciones’.

Sin embargo, la manera como esas personas tomen las riendas de lo que les ocurre será clave para sobrellevar cualquier adversidad.

Quienes pasan por etapas complicadas deberían tener en cuenta que, muchas de las cosas que les preocupan tienen soluciones. En ocasiones, sin darse cuenta, estas personas hacen del presente un ‘infierno’ por cuenta de esa ‘montaña’ de angustias inoficiosas que anidan en sus pensamientos.

Los que se dejan llevar por los contratiempos deberían darse cuenta de la gran importancia que les representaría el mantener una buena vibra en el espíritu y en el alma.

No se trata de forzar la sonrisa o de fingir la alegría como se hace hoy día en las redes sociales; tampoco deben pintar en sus rostros una ‘felicidad alquilada’ para ganar ‘likes.

¡No estoy hablando de esas fingidas facetas!

Me refiero a no perder las ilusiones ni el sentido de la vida, pues hay que sacar de cada circunstancia difícil una enseñanza o un aprendizaje que les permita recobrar una alegría auténtica, libre y espontánea. Deben devolverse la capacidad de estar bien por dentro y por fuera.

Yo sé que se lee bonito y que, por supuesto, no es fácil contagiarse de ese entusiasmo cuando pasan por días duros. No obstante, los que afrontan situaciones complicadas deberían dedicar uno, dos o tres minutos diarios para entablar un autodiálogo.

La idea es alejar esas absurdas ‘telarañas’ mentales que muchos se tejen a cada instante, que recuerden que cada día trae su propio afán y que comprendan que las salidas a los problemas se ven mejor con una gota de serenidad.

Las cosas suceden cuando tienen que ocurrir y no tienen por qué amargarse la existencia.

Eso sí, a los problemas hay que hacerles frente a medida que van apareciendo, no antes ni después.

Si tienen claro dónde están parados podrán seguir adelante. Además, la Divina Providencia, como decían nuestras abuelas, en el mismo trasegar les irá despejando el camino.

Insisto en decirles que, de cada descalabro pueden aprender una o más lecciones. Tengan en cuenta, claro está, que Dios y sus propios corazones son los que les mostrarán el trayecto a seguir.

Ténganse fe y sientan la alegría de cada amanecer, a pesar de que la vida misma les traiga los contratiempos de la cotidianidad.

Reflexiones cortas

Él lo abriga

El abrigo celestial se manifiesta en aquellos que anhelan a Dios, más que a cualquier otra cosa en este mundo. Si ora, Él escucha; si espera, el Señor le prepara; si cree, el Altísimo le cumple; y si tiene fe, Jesús lo bendice. Eleve una plegaria al cielo y tenga la certeza de que una lluvia de gloria lo ‘bañará’.

¡A volar!

Los sueños, si no se trabajan para llevarlos a cabo, se convierten en falsas ilusiones. Ya es hora de que ponga sus sueños a volar. ¡Manos a la obra! Haga que las cosas buenas sucedan. Recuerde cuando elevaba los aviones de papel: los diseñaba usted mismo y luego, con sus propias manos, hacía que ellos despegaran.

Luz interior

¡Mírese por dentro! Procure sanar su mundo interior para que pueda desplegar e irradiar una buena vibra en su entorno. Debe lograr que todo lo que haga tenga brillo para que pueda hacer parte de un proceso dinámico, mediante el cual usted logra trascender a partir de sus valores y principios.

El caso del día

Testimonio: “Paso por un momento difícil que, si bien podría verse como un contratiempo más, me tiene frustrado e incluso ha hecho que ni siquiera cuide de mis cosas; es más, no duermo bien por ello. ¿Por qué la vida me trata mal? Antes todo era bonito, ahora me veo triste. Deme un consejo”.

Respuesta: Usted no me da mayores detalles de qué es eso que tanto lo agobia; no obstante, al leer su carta, me doy cuenta de que se está centrando en lo negativo y olvida que lo que le sucede puede ser solo una parte de las dificultades temporales que siempre trae la cotidianidad.

Le recuerdo que usted, yo y todos en general, en determinadas épocas de nuestra vida, enfrentamos situaciones complicadas.

En su caso, tal y como nos sucede a quienes pasamos por crisis, debe ser capaz de enfrentarse a eso que tanto le atormenta y le roba la paz.

Me preocupa que se esté abandonando a sí mismo. Justo ahora, cuando pasa por un momento duro, es cuando más debe cuidarse; sobre todo debe preservar su salud mental, pues ella es crucial para salir del atolladero en el que se encuentra. Asegúrese de dormir lo suficiente, aliméntese bien, haga ejercicio, en fin...

Lidie con esas emociones difíciles de forma creativa, ya sea a través del arte, la música, el cine, la escritura o cualquier otra cosa que le permita fluir con la vida misma.

Busque una salida a lo que experimenta de una manera coherente. Esa no será una tarea de un día para otro; es decir, le llevará tiempo curarse o sobreponerse.

No piense en lo que le salió mal ni se preocupe por lo que vendrá mañana; cuando la vida es dura, es importante centrarse en el hoy.

¡Dios lo bendiga!

Elija a Vanguardia como su fuente de información preferida en Google Noticias aquí y únase a nuestro canal de Whastapp acá.

Publicado por Euclides Kilô Ardila

Publicidad

Publicidad

Tendencias

Publicidad

Publicidad

Noticias del día

Publicidad