Muchos sienten y saben que deben tomar decisiones fundamentales, pero el solo pensar en esos pasos que deben dar hace que se afanen más de la cuenta. Les da miedo fracasar, sin contar que el hecho de que asumir cualquier riesgo les produce escozor.
Lo cierto del caso es que esos hombres y mujeres tienen claro que no están conformes con alguna o varias áreas de sus vidas y, pese a ello, siguen prisioneros de sus tedios.
Ojo: cuando nos sentimos estancados y aburridos en donde estamos, esas son señales inequívocas de que debemos hacer algo para cambiar; es decir, es hora de tomar decisiones.
También es evidente que dar ese primer paso es ‘aterrador’. Y da pavor porque a todos nos afana salir de esa falsa ‘zona de confort’ en la que solemos estar y en la que decidimos seguir, así no seamos felices o estemos demasiado estancados.
Hay algunos que tienen claro que deben cambiar y hasta se llenan de valor para hacerlo; no obstante, por alguna razón, pierden el impulso de actuar y luego creen que las cosas se le resolverán solas. En personas así, el nivel de ansiedad termina por confundirlas aún más.
¿Es su caso?
Le comento que es relativamente ‘normal’ sentirse así, pues elegir el camino a seguir implica un alto grado de responsabilidad que se debe asumir con total seriedad.
Aunque no existe un manual al que pueda acudir para buscar la respuesta correcta, es fundamental ver los ‘pro’ y los ‘contra’ de cualquier paso que vaya a dar.
Lo que quiero decirle es que antes de tomar cualquier decisión es importante evaluar lo más objetivamente posible todas las alternativas, sin olvidar la estabilidad anímica, personal ni mucho menos el aspecto laboral, cuando se trata de decisiones en la oficina.
Los cambios o los proyectos nuevos se deben emprender, pero antes hay que visualizarlos y analizarlos bien para que lo que decida realizar se haga de una manera coherente.
No creo que debe dejar que las cosas se arreglen solas. Sin embargo, sí es clave permitir que se dé la debida fluidez en la vida, pues lo que ha de ser será.
Tenga confianza en usted mismo e inserte en su mente la idea de que todo le saldrá bien. Y si por alguna razón surgen inconvenientes, pues debe irlos resolviendo con serenidad en la medida en que las vicisitudes hagan sus apariciones.
Ojo: No tomar ninguna decisión puede traerle repercusiones graves, entre otras cosas, porque aumentará su grado de incertidumbre.
Pero no por eso decida hacer cosas a juro. Deje a un lado sus ideas preconcebidas de fracaso. Cuando se serene, usted mismo comenzará a eliminar esos distractores y procederá a dar los pasos que más le convengan.
CUÉNTENOS SU CASO
Las inquietudes asaltan con frecuencia a nuestro estado de ánimo. No obstante, con cada cuestionamiento tenemos una posibilidad más para afrontar un nuevo horizonte, ya sea razonando o aplicando sanas estrategias para el alma. ¿Cuáles son esos temores que lo afectan en la actualidad? Háblenos de ellos para reflexionar al respecto en esta página. Envíe su testimonio a Euclides Kilô Ardila al siguiente correo: eardila@vanguardia.com En esta columna, él mismo le responderá. Veamos el caso de hoy:
Testimonio: “He tratado de visualizar mis proyectos y no logro nada productivo. Proyecto cosas y todas se me quedan ‘en veremos’. ¿En qué puedo estar fallando? Me gustaría que me aconsejara. Gracias por su atención”.
Respuesta: La visualización le permite emplear la imaginación y su ingenio para generar cambios positivos en su vida. A través de ella puede incidir sobre su forma de proceder, originando actuaciones satisfactorias y reacciones sanas en su cotidianidad.
Usted no me cuenta exactamente cómo ha realizado ese proceso de visualización; sin embargo, debe entender que hacer ello es algo más que ver sus iniciativas como si ya las estuviera disfrutando. Si no se pone manos a la obra, todo será en vano.
De igual forma, tenga presente que debe saber manejar sus emociones para que ellas no le jueguen una mala pasada en esta misión. Y le digo eso porque aquí de lo que se trata no es de solo imaginar lo que le puede pasar, también debe diseñar estrategias y rutas viables: Si no mueve ni un solo dedo no podrá lograr nada.
Le recalco: tiene que definir y articular los pasos que debe seguir para cristalizar cada uno de sus proyectos.
Obviamente en ese proceso tendrá que solucionar contratiempos, enfrentarse con obstáculos, tal vez deberá caer y volver a levantarse; es decir, recomenzar cuantas veces sea necesario.
Tenga claro que llegar al lugar o al puesto que quiere no sucede en un segundo, ni se da de la noche a la mañana: Todo tiene su tiempo, su dedicación y, sobre todo, su esfuerzo. Además, también se debe contar con la Venia de Dios, pues en últimas Él tiene la última palabra.
BREVES REFLEXIONES
* Existen canciones que, al cerrar los ojos, nos trasladan con sus letras y sus ritmos a personas, a situaciones, a épocas felices y tristes, a amores, en fin... Con ellas también se puede aliviar el alma, calmar las tensiones, llegar a la serenidad y controlar el estrés. ¡Demos gracias por la música!
* La vida me ha enseñado que hay que buscarles el lado ‘bueno’ a las cosas. Hay que entender las situaciones que nos suceden y no desesperarse. Nada saca con ‘navegar’ en un ‘mar de lágrimas’ por aquello que considera que es ‘malo’. Todo pasa para bien y en cada instancia hay un aprendizaje.
* No viva con esa sensación de estar siendo perseguido por fuerzas incontrolables. Así algo o alguien le haya causado una frustración, tenga claro que en la vida siempre será fundamental ‘no enredarse la pita’. No tiene por qué seguir lamentándose por todo; es mejor enfrentar cada uno de los problemas.
Periodista de Vanguardia desde 1989. Egresado de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y especialista en Gerencia de La Comunicación Organizacional de la Universidad Pontificia Bolivariana. Miembro del equipo de Área Metropolitana y encargado de la página Espiritualidad. Ganador del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.
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