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Farándula
Sábado 17 de septiembre de 2022 - 12:00 PM

Así revivió La Esquinita, el rincón bohemio de Bucaramanga lleno de historia y acetatos

Cada rincón de este lugar guarda un sentimiento, un pensamiento y hasta el amor de un bohemio que encuentra en la música vieja una puerta para conectarse con el pasado.

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Los tocadiscos son los recuerdos vivos de la música de antaño, de aquellas canciones que nos hacen recordar viejos amores, llorarlos y hasta reírnos de ellos.

Todos estos sentimientos los evoca ‘La Esquinita’, un lugar por el que han pasado cientos de artistas de talla nacional y también internacional. Está en Bucaramanga desde 1965 y aún hoy alberga a los bohemios, a los artistas, a los melómanos y coleccionistas musicales que sienten este lugar como su casa.

Su historia

Los primeros dueños de este lugar fueron Gonzalo Velásquez y William Wolf, ellos le dieron vida para ofrecerles un rato de sano esparcimiento a personas que venían de paso por la ciudad, muchos de ellos comerciantes.

Fue solo hasta el año 1977 cuando el ya desaparecido Carlos Pinto Buenahora la adquirió, en ese entonces por un millón de pesos. Hay que decirlo, el lugar tomó fuerza gracias a este melómano, uno de los más grandes que ha tenido nuestro país y Latinoamérica.

Y es que él se propuso la tarea de adquirir discos de 78 revoluciones por minuto de Gardel y de muchos más. Viajó por todo el continente en busca de los discos originales de estas joyas. Y le fue tan bien que convirtió a ‘La Esquinita’ en el cofre musical más bello de todos los tiempos. Este lugar llegó a tener no menos de 14 mil discos de 78 revoluciones por minuto y más de 10 mil elepés.

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Publicado por Lenix Arenas Ramírez

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