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Martes 08 de marzo de 2022 - 12:00 PM

10 cambios necesarios para un mundo mejor para las mujeres

En el Día Internacional de la Mujer reflexionamos sobre hechos que se necesitan para avanzar en la equidad.

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El mundo no es un lugar seguro para las mujeres y niñas: 200 millones, en 30 países, son mutiladas genitalmente; a 750 millones las casan antes de los 18 años; en 18 países los esposos pueden impedir que trabajen y en 49 no hay leyes contra la violencia doméstica; una de cada cinco mujeres ha sufrido de violencia física o sexual por parte de su pareja y muchas no se sienten seguras ni en el día, ni en la noche, ni en el colegio o el trabajo ni en sus propias casas (cifras todas de ONU Mujeres).

Si usted es mujer, seguramente entiende estas imágenes y, si es hombre, pregúntele a una mujer cercana: va por la calle y ve adelante a un grupo de hombres, prefiere cambiar de acera o tomar otro camino que pasar en frente de ellos porque, aunque no la toquen o agredan físicamente, sabe que posiblemente le harán algún comentario sobre su cuerpo; es probable que le hayan hecho en el trabajo algún comentario sexual que la incomodó; que en el bus o en el metro alguien la haya tocado sin consentimiento; que su propia pareja o su esposo hayan abusado sexualmente de usted incluso cuando fue explícita y dijo que no quería; o que haya sido juzgada y llamada “puta” o “fácil” por elegir vestirse o actuar de cierta forma. Hay violencias, muchas, unas percibidas como más graves que otras, pero todas válidas.

Hay mujeres agredidas, aporreadas y hasta asesinadas; es la realidad y es mundial.

Las mujeres deberían tener los mismos derechos, las mismas libertades, oportunidades y garantías que los hombres, y aunque se ha avanzado, todavía falta mucho. Por eso, uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles de la ONU es la igualdad de género, poner fin a las formas de discriminación contra las mujeres y niñas como derecho humano básico y como elemento crucial en el desarrollo porque, dicen, empoderarlas tiene un efecto multiplicador que promueve el crecimiento económico.

Este es un acercamiento sobre lo que debe pasar para tener un mundo mejor para las mujeres, construida con la información ONU Mujeres y con apoyo de Laura Figueroa, activista feminista y fundadora del colectivo Incendiarias.

10 cambios necesarios:

1. Que no nos maten

Según el informe global de 2019 sobre homicidio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, fueron asesinadas intencionalmente ese año más de 87.000 mujeres en el mundo, casi todas por parejas íntimas o miembros de la familia. El primer paso será reconocer que sí hay violencias dirigidas específicamente a las mujeres y analizar sus causas para buscar soluciones. El gobierno, por su parte, debe garantizar una buena respuesta institucional e invertir en proyectos como la Línea Púrpura o el 123 Mujer, donde las mujeres pueden encontrar apoyo y denunciar.

2. Sí existe la violencia basada en género

Violencia física y verbal, violencia doméstica y sexual, discriminación... De cada tres mujeres, una ha experimentado algún tipo de violencia de género, dice ONU Mujeres. Se necesita representación, mujeres tomando decisiones con enfoque de género, no más hombres hablando en nombre de mujeres, no más interrupciones en espacios de trabajo, no más mujeres discriminadas por su forma de vestir o sus gustos musicales o la forma en la que disfrutan su sexualidad... Los gobiernos deben crear estrategias locales y nacionales con líneas de ayuda, refugio y apoyo, y los colegios deben educar y sensibilizar.

3. Eliminar prácticas arcaicas y dañinas

750 millones de mujeres, a nivel global, se casan antes de cumplir 18 años, casi siempre en matrimonios arreglados y obligados. Unicef calcula que al menos 200 millones de niñas y mujeres de 31 países han sido sometidas a mutilación genital femenina. En Colombia ocurre en zonas rurales y en territorios y comunidades indígenas, pero también puede pasarle a su vecina o a alguna niña conocida. Colombia ya dio un paso y se adhirió a uno de los objetivos de ONU Mujeres de eliminar estas prácticas nocivas. Ahora deberá presentar el plan de acción.

4. Despenalización del aborto

Aunque los registros siempre serán menores dada la clandestinidad, el número de abortos inseguros entre adolescentes y niñas de América Latina se estima que alcanza los 670.000 al año, según el Fondo de población para las Naciones Unidas, y 400 son anualmente criminalizadas por abortar, 97 % procedentes de contextos rurales.

Despenalizar el aborto no es solo una medida de salud pública sino que, explica Figueroa, es una forma de reafirmar la autonomía de los cuerpos de las mujeres, de las personas gestantes, y de entender la autodeterminación. Este 2022 se debe profundizar el debate, incluir a las más afectadas en la toma de decisiones y entender que las tres o cuatro causales de algunos países no son suficientes porque sigue habiendo falta de información y de acceso a la salud.

Colombia ya dio el paso hacia un aborto seguro y está a la altura de países como Inglaterra, Gales y Escocia, y es el más avanzado en todo Latinoamérica. Ahora deben unirse los demás países.

5. Acceso y educación sexual y reproductiva

Hay que garantizar el acceso universal a la salud sexual y reproductiva y el cumplimiento de los derechos de cada niña, joven y mujer. Este año, Colombia planea hacerlo de conformidad con el Programa de Acción decidido en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, que busca igualdad, empoderamiento, salud, esperanza de vida y educación de niñas y mujeres; y con la Plataforma de Acción de Beijing, un programa que busca defender los derechos de las mujeres como vivir sin violencia, asistir a la escuela, tener igual remuneración.

6. Igualdad en cargos y oportunidades

A nivel global, la representación de las mujeres en los parlamentos nacionales de todo el mundo es de 23,7 %, un lento incremento desde 11,3 % en 1995. ONU Mujeres insiste que, para este año, es importante que las mujeres participen, que tengan el espacio y también la representación, que se garantice igualdad de oportunidades y de acceso a posiciones de liderazgo sea en la vida política, económica, académica o pública en general. No basta con abrir una posición laboral para una mujer sino garantizar que pueda tomar el trabajo porque tiene dónde dejar cuidando al niño, por ejemplo.

7. Gestión de la menstruación con dignidad

683.000 colombianas no pudieron acceder a elementos higiénicos para gestionar su menstruación por problemas económicos y 82.700 más, para mayo del año pasado, tuvieron que usar papel periódico, ropa vieja o trapos por falta de productos adecuados. Aquí, menstruar representa un gasto anual que es igual a una quinta parte del salario mínimo: 180.000 pesos.

Obtener acceso a estos productos es un privilegio y una necesidad para una menstruación digna, que no discrimine ni limite, para que no haya niñas y jóvenes faltando a la escuela o para que mujeres no pierdan oportunidades por no poder competir o tener independencia.

Cada mujer deberá tener acceso a elementos dignos y adecuados a su tipo de cuerpo, preferencias y estilo de vida, sea tampones, copas menstruales o toallas; todas sin iva, sin intereses o, de una vez, gratuitos. Comfama, por ejemplo, creó el primer subsidio del país para la menstruación que da a adolescentes acceso a copas, toallas reutilizables y calzones absorbentes y que ofrece talleres educativos.

8. Acceso a los recursos físicos y económicos

Es todo un problema estructural pero, al final del día, las mujeres suelen tener menos recursos económicos que los hombres. Por ejemplo, solo 13 % de las mujeres son propietarias de las tierras.

Para que haya los mismos derechos e igualdad frente a los recursos económicos, acceso a la propiedad, control de tierras, servicios financieros, herencias y hasta a los recursos naturales, debe haber leyes que las protejan y que garanticen esta autonomía. La ONU, además, espera que haya en cada país acceso a protección social y paquetes de estímulo económico especiales para mujeres y niñas.

9. Financiación y apoyo a la mujer

Que desde el gobierno, pero también desde la individualidad, se financien proyectos hechos por mujeres y proyectos feministas. Aquellos, por ejemplo, de sobrevivientes al conflicto armado o a las violencias basadas en género, o de mujeres trans. Se requieren incentivos, becas en ciencias o para la educación superior, para la creación, estímulos al arte...

Haga usted el ejercicio: busque y compre libros de escritoras, películas dirigidas por mujeres, consuma arte, música y alimentos de cantantes, cocineras y artistas. Desde la academia se debe enseñar basados en trabajos e investigaciones de mujeres y las científicas y escritoras deben ser parte de la malla curricular de universidades y colegios.

10. Trabajo no remunerado

Las mujeres dedican más tiempo a las tareas domésticas que los hombres, 2,6 veces más. Ese trabajo no es remunerado en casi ningún caso y, además, el tiempo que invierten en él les impide obtener ingresos de otras formas y les quita tiempo para otras actividades. El cuidado de hijos, personas mayores y enfermos suele ser también relegado a mujeres.

Este 2022 se debe, inicialmente, reconocer a las mujeres que están ancladas a los trabajos no remunerados, sean domésticos o de cuidados, y proveerles garantías y pago por sus trabajos. Además, la responsabilidad en el hogar y la familia debe ser compartida.

ONU Mujeres se centra en tres áreas clave para abordar este problema: apoyo a la evaluación de necesidades y desarrollo de políticas públicas adecuadas, apoyo a los cuidadores, incluidos los trabajadores domésticos y campañas de cambio de comportamiento.

Un cambio adicional: la representación y participación

Las mujeres son una población vulnerable. La ONU reconoce que, por ejemplo, frente al cambio climático, son una de las poblaciones que enfrentan mayor riesgo y carga. En la actual crisis sanitaria por la pandemia son también las que más peso han cargado y, aún así, son poco tenidas en cuenta.

Este año ONU Mujeres invita a promover que las mujeres y las niñas lideren y participen en la planificación y la toma de decisiones de la respuesta al coronavirus, que se garantice que los mecanismos de coordinación, las decisiones y todos los aspectos de procesos de paz, seguridad, acción frente al cambio climático o el coronavirus las incluyan, las escuchen, las tengan en cuenta y se den con perspectiva de género. Que la igualdad de género sea un aspecto central en la planificación nacional. Que las políticas se creen, se adopten y se cumplan.

ONU Mujeres se centra en cuatro áreas clave de esta prioridad: convocar a líderes y tomadores de decisiones para defender la importancia del liderazgo de las mujeres en la respuesta, apoyo a las organizaciones de mujeres y a las mujeres en la primera línea de la respuesta, apoyo a las mujeres que viven con el VIH, campañas de sensibilización y movilización social.

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Publicado por El Colombiano

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