Es verdad que puede parecer muy normal que los jóvenes sufran de pequeñas crisis existenciales, pero no prestarles la atención y ayuda requerida pueden significar un profundo impacto en su vida. Expertos le ofrecen sus consejos para ayudarles a manejar sus dudas existenciales.
Ciertos cambios en la vida pueden sacudir hasta la médula.
Otros le dejan preguntándose cuál es el punto de todo esto.
Cuando estos sentimientos se apoderan de los jóvenes es posible que estén experimentando una crisis existencial.
Los expertos señalan que una crisis existencial es una fase de transición normal que experimentan muchas personas, sobre todo en la adolescencia, pero que pudo haberse agudizado con la pandemia al haber tenido que enfrentar cambios en la vida como la conocían.
“Una crisis existencial puede definirse como un momento en el que un adolescente cuestiona repentinamente su significado, propósito, valor y existencia en general”, señala la pedagoga Eliana Sánz.
Es ese momento en la vida de un adolescente en el que chocan contra una “pared de ladrillos” metafórica y están profundamente preocupados por lo que harán con sus vidas y cuál es su propósito.
“Esta crisis puede conducir a pensamientos negativos y depresivos graves y los adolescentes que sufren pueden correr el riesgo de autolesionarse o incluso intentar suicidarse”, explica la pedagoga Eliana Sánz.
Es por eso que vale la pena tener alguna guía sobre cómo poder ayudar a los jóvenes para salir de esta crisis. Los expertos le ofrecen sus consejos.
No todos los caprichos y pataletas se corresponden con una crisis existencial en los jóvenes: a veces solo se trata de una forma narcisista de ver el mundo que necesita un ajuste emocional.
Es por eso que para tenerlo claro, el psicólogo Jonathan García le ofrece el ABC de una crisis existencial:
A. Cuando los jóvenes (o incluso los adultos) están viviendo una crisis existencial suelen tener sentimientos intensos de malestar con relación a quién es y lo que quiere hacer con su vida.
B. Hay un periodo de introspección, donde los jóvenes se cuestionan sobre aspectos de su vida que hasta el momento no le importaban demasiado.
C. De manera general, cuando los jóvenes pasan por una crisis existencial se genera una apatía y un desinterés por las responsabilidades o se lanzan a probar nuevas experiencias para llenar un vacío a través de sensaciones. Y estos dos comportamientos producen un daño emocional en los jóvenes.
D. Es muy común que los jóvenes experimenten insomnio, ansiedad, pérdida del apetito y tristeza.
Las investigaciones y la experiencia muestran que durante la adolescencia los jóvenes tienden a separarse un poco de los padres para buscar su propia identidad y formar sus propios grupos de amigos.
Sin embargo, eso no significa que cuando llegan estas preguntas existenciales en los jóvenes y mucho más durante este tiempo donde no solo ellos, también los adultos pueden estar preguntándose qué hacer con su vida, los padres no puedan jugar un papel fundamental.
La pedagoga Eva María Rodríguez recomienda a los padres llenarse de paciencia (sí, aún más) para tratar de comprender dónde puede estar la clave de estas dudas de los jóvenes.
La experta indica que es normal que los padres se sientan angustiados ante lo que podría estar viviendo emocionalmente su hijo o hija, pero señala que se sentirán mucho mejor si comprenden que sentirse así es parte de la vida y un proceso natural de los jóvenes.
Una vez que interioricen esta base tendrán la sabiduría para guiarlos en sus decisiones, “ayudándoles a marcar objetivos profesionales realistas y a diseñar planes para el futuro”, dice.
Rodríguez señala que es normal que los jóvenes prefieran hablar con sus amigos sobre su sexualidad y con sus padres sobre sus metas y esperanzas para el futuro, pero que es importante que los padres generen un ambiente de confianza y tranquilidad para fomentar en los jóvenes el deseo de hablar de sus preocupaciones con ellos.
Además de comprender la situación de los jóvenes, hay formas prácticas de ayudarles a que superen la crisis existencial por la que pueden estar pasando.
La pedagoga Eliana Sánz le ofrece las siguientes recomendaciones:
1. Ayudarles a ajustar su punto de vista. Lo más importante es su forma de pensar y la lente a través de la cual mira esta experiencia. En lugar de pensar en la situación como una crisis o algo malo, explíquele al joven que puede considerarla como una oportunidad para hacer cambios que se sumarán a su felicidad.
2. Recomiéndele un diario de gratitud. Mantener un diario de gratitud sobre las cosas por las que está agradecido y que le dan sentido a su vida le harán descubrir al joven dónde realmente desea usar su energía, tiempo y esfuerzo.
3. Enséñele a conectar con la gente. Una crisis existencial puede ocurrir cuando se siente desconectado de las personas en su vida y suele pasar cuando hay una desconexión con los padres. Pídale que se comunique con sus amigos y familiares y hable con otras personas que hayan tenido experiencias similares.
4. Muéstrele cómo puede redirigir su energía. La pandemia arrebató mucha cotidianidad en la vida de los jóvenes. Es por eso que redirigir su energía ayuda. Necesitan restablecer el equilibrio centrándose más en sus amigos, en sus estudios, en sus pasatiempos.
5. Ayúdele a dejar de analizarse demasiado. Los jóvenes suelen deprimirse mucho cuando se analizan demasiado con relación a los demás. Ayúdele a enfocarse en sus fortalezas y a trabajar con tranquilidad en aquellos comportamientos que necesitan reevaluarse, pero manejando los sentimientos de frustración y angustia.
